La brusca caída del dólar, porque el Banco Central decidió intervenir en cualquier momento de la rueda vendiendo divisas, trajo cautela. Predominó la oferta de la moneda y por eso bajó tanto su precio. Sólo vendieron los que necesitaban hacerlo y tuvieron que soportar la ausencia de la demanda y perder una considerable cantidad de dinero. Fue un round de estudio.
Pero quien crea que el Banco Central encontró la fórmula mágica para contener al dólar se equivoca. El mercado lo va a poner a prueba en los próximos días y va a jugar contra la vulnerabilidad de las reservas. De acá a fin de año vencen USD 10 mil millones, que los tenedores de bonos no van a renovar porque los persigue el fantasma de las elecciones de octubre. En otras palabras, se perderán esas reservas.
Sólo vendieron los que necesitaban hacerlo y tuvieron que soportar la ausencia de la demanda y perder una considerable cantidad de dinero. Fue un round de estudio
Si se le suman las intervenciones diarias de 60 millones del Tesoro, que vende sus dólares para pagar gastos corrientes, más lo que pueda vender el Central cuando el dólar sobrepase los $51, le queda muy poco para intervenir sin poner en riesgo las reservas.
Por las dudas, el Central subió las tasas de Letras de Liquidez (Leliq), sin miramientos, a 73,65%, contra 71,87% del viernes. Captó $207.099 millones, pero liberó casi $9.500 millones para el martes.
"El punto débil es que la volatilidad no está generada por el mercado de cambios, es la incertidumbre electoral y el miedo a una restructuración de la deuda. La volatilidad está en la parte corta de la curva en dólares, es decir el corto plazo. Yo hubiera intervenido en el mercado de bonos, en lugar del mercado de cambios. Tendrían que comprar bonos cortos para fortalecerlos. Están tratando el síntoma y no la enfermedad", señaló Juan Manuel Pazos, de TPCG Valores.
Para Fernando Luciani, director del Mercado Argentino de Valores, "quedó claro que el FMI es muy flexible con la Argentina, pero veo un problema con las reservas si el mercado sale a comprar fuerte durante las próximas semanas".
Y razón no les falta, en mayo sólo por el Boden 2014 tienen que pagar USD 4.700 millones por renta y amortizaciones y al 10 de mayo los vencimientos se concentran USD 9.300 millones.
De acá a fin de año vencen USD 10 mil millones, que los tenedores de bonos no van a renovar porque los persigue el fantasma de las elecciones de octubre. En otras palabras, se perderán esas reservas
"Yo veo la situación en el mercado inmobiliario. Los únicos que venden departamentos son los que no tienen más remedio y los malvenden porque no hay demanda. La gente quiere estar en dólares. Después buscará el destino", señaló Adrián Mercado, broker inmobiliario que también ve que este "parche del Banco Central no beneficiará ni afectará a su actividad porque la gente no va a tomar decisiones hasta después de las elecciones".
En este contexto, el dólar mayorista que tocó $44,90, cerró en el mínimo del día de 44,37 por ciento. Perdió $1,60 (-3,41%). Pero, atención para el día siguiente las ofertas de divisa habían subido a 44,52 pesos. El monto de negocios fue de USD 968 millones lo que muestra la abundancia de vendedores a pesar del menor precio.
En bancos y casas de cambio, el dólar se vendió a $2,30 menos a $44,60 (-2,77%). El "blue" se derrumbó 5,56% a 44,20 pesos.
Por supuesto, esta brusca baja del dólar fue superior a la caída de los bonos de la deuda. El Bonar 2024, el título de referencia, cedió 2,13%, pero el riesgo país bajó 2,39% a 944 puntos básicos. No hay mérito de confianza en la medida en esta reducción, sino que fue la reacción a la sorpresiva baja del billete norteamericano y a una leve reducción del precio del bono del Tesoro de Estados Unidos.
Ante la posibilidad de que la Reserva Federal mantenga sin cambios la tasa de interés el miércoles, el dólar bajó en el mundo. Perdió 0,20% frente a las seis principales monedas del mundo y ante el real (-0,38%). En la región subió solo ante el peso chileno (+0,74%) y ante el peso mejicano (+0,87%).
Esta debilidad del dólar hizo que la caída de las reservas fuera menor a la esperada. Se perdieron USD 154 millones y quedaron en USD 71.744 millones.
La Bolsa pagó caro el cambio de las reglas de juego. Con un escaso monto de negocios por $561 millones el S&P Merval, el índice de las acciones líderes se derrumbó 3,81 por ciento. Las mayores caídas fueron las de las acciones de los bancos, Macro cedió 6,66%; Francés, 5,18% y Supervielle, 3.85%. Otros grandes perdedores fueron Pampa Energía con 5,24% y Transportadora Gas del Sur con 5,11 por ciento.
En Wall Street los ADR's argentinos, certificados de tenencias de acciones, tuvieron una rueda mixta. Entre los perdedores estuvo IRSA con 4,69%. Lo más destacado fue el alza de Despegar con 2,11 por ciento.
A partir de hoy el mercado pondrá a prueba al Banco Central. Hay una fila de fondos del exterior esperando la baja del dólar y mejores paridades de los bonos para salir de la Argentina. Por eso la demanda de dólares seguirá latente al igual que la oferta de bonos. Una combinación explosiva que hace que la jugada del Central sea riesgosa porque pone en peligro las reservas. Pero nadie mide riesgos, la mirada está puesta en llegar a octubre a cualquier precio.
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