Braian Fillip, un visitador médico de 28 años, fue ejecutado ayer a la mañana de un tiro en la cabeza segundos después de bajarse de su Volkswagen Gol Trend color rojo en la calle General Lavalle al 2800, en la localidad bonaerense de San Fernando.
De acuerdo con la investigación, el asesino llegó en otro vehículo, lo abordó, sacó un arma y casi sin decirle una sola palabra, le disparó en el cráneo. El joven murió en el acto y la persona que le quitó la vida escapó.
Los investigadores rápidamente descartaron el robo. Según dijeron fuentes policiales a Infobae, Braian tenía todas sus pertenencias: dinero, celular y hasta las cadenas de oro que usaba. La hipótesis, para la Policía Bonaerense a cargo de investigar el caso, apunta a un ajuste de cuentas. Al lugar llegaron primero efectivos de la Comisaría 3ª de San Fernando, quienes pudieron saber según testigos que el asesino hizo arrodillar a la víctima y después la mató.
Con el correr de las horas, la UFI de San Fernando a cargo del fiscal José Ignacio Amallo, a cargo del expediente, pudo establecer que el homicidio fue supuestamente cometido por un ciudadano venezolano identificado como Roswil Nelson Belisario Bolívar, un ingeniero mecánico de 31 años con domicilio registrado en Vicente López, empleado a fines de 2017 por una firma local, que después de asesinar al visitador médico huyó hacia Brasil.
La supuesta fuga no fue el único dato que los investigadores pudieron recabar: descubrieron que detrás del crimen existe una trama aún más compleja y una planificación que involucró al menos a dos personas más.
De acuerdo con las fuentes, Braian había retomado una relación amorosa hace poco tiempo atrás con una joven de 24 años, quien a su vez había sido pareja de Belisario Bolívar.
Esto, al parecer, causó el enojo del padre de la chica -un hombre identificado como Enrique Zunino– que no toleraba que su hija estuviera nuevamente con Fillip. Fue entonces que junto al ex yerno (que también era su empleado en un taller) y su hijo, planificaron el asesinato. Según establecieron, fue el hermano de la joven quien compró un revólver calibre 38 largo marca Golitat y se lo habría dado a Bolívar para matar a Braian.
Ya con el arma en su poder, el sospechoso comenzó a seguir a la víctima por las calles de San Fernando a bordo de un Fiat 147 negro. Según las filmaciones de las cámaras del Centro de Operaciones del Municipio a las que accedió Infobae, el asesino persiguió con sigilo a Fillip hasta la casa de la ex novia.
Allí esperó durante algún tiempo hasta que observó que la pareja salió hacia la estación de tren de Victoria. La chica debía ir a trabajar y Braian la acompañó. En ningún momento la víctima sospechó que a pocos metros lo estaba siguiendo el hombre que minutos después le dispararía hasta la muerte.
El plan seguía según lo convenido: Roswil Belisario continuó detrás del auto rojo del visitador médico hasta que finalmente lo interceptó en la calle General Lavalle al 2876. Ambos conductores descendieron, el atacante hizo que se arrodillara y le disparó.
Horas después se libró un pedido de captura a Migraciones, a raíz de que los investigadores constataron que el autor material del hecho se estaba desplazando por la Ruta 14 hacia Brasil. Mientras tanto, en un allanamiento en el taller de Zunino lograron incautar el arma utilizada y el Fiat 147 en el que Belisario Bolívar se movilizó para concretar el macabro plan.
Pero como si no fuera suficiente, la policía se encontró con una situación que confirmaría que el crimen fue parte de un entramado con mucho tiempo de anticipación: el auto había sido pintado de color gris y su patente pertenecía a otro vehículo.
Según fuentes judiciales, se supo que el padre y el hermano de la joven fueron quienes se encargaron de adulterar totalmente el Fiat para evitar que los incriminen. Por ahora, el único sospechoso con pedido de detención es el joven venezolano.
En cuanto a la víctima, se supo que era padre de una niña y había cursado estudios en la Universidad Abierta Interamericana (UAI). Varios de sus amigos lo despidieron en las redes sociales, otros fueron al lugar del asesinato a dejar flores. Pero todos con un pedido en común: que se haga justicia. "Llegaste como un amigo de mi hermano y te hiciste re querer, amigo. En una época vivías en casa. Una re persona más buena que el pan. No entiendo qué pasó. Siempre con una sonrisa y buena onda y un gran padre. Pido justicia por vos, turro", escribió Alan, uno de sus íntimos.
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