La investigación por la causa de los cuadernos de la corrupción está a punto de cumplir cuatro meses. "No habrá sortijas para todos", dijo el 6 de agosto el fiscal Carlos Stornelli, cuando algunos imputados dudaban en convertirse en arrepentidos.
Después de haber sumado más de una veintena de imputados-colaboradores y a la espera de que la Cámara Federal revise los procesamientos por asociación ilícita, dádivas y cohecho, el expediente parece haberse puesto más exigente a la hora de otorgar esas "sortijas" por los elementos con los que ya cuenta.
Así lo sintió el empresario marplatense Osvaldo Fabián Parolari, un broker inmobiliario dedicado a la venta de propiedades de lujo en Argentina, Estados Unidos y Dubai, que fue detenido el viernes pasado. Ayer, tras ser llevado al juzgado del juez Claudio Bonadio, pidió ser imputado-colaborador. Sin embargo, cuando lo trasladaron a la fiscalía y su defensa dio detalles de lo que podía aportar, a los investigadores les pareció poco.
"Lo que tenía para ofrecer, ya lo tenemos", dijo a Infobae una fuente del caso. Fue por eso que, apesadumbrado, Parolari volvió al juzgado del juez Claudio Bonadio, formalizó la indagatoria y quedó preso sospechado de haber participado de la banda de los cuadernos.
Fuentes judiciales indicaron que la causa no se cerró para los arrepentidos y los nuevos aportes que puedan querer los acusados, pero hicieron hincapié en que a medida que la investigación fue avanzando fue obteniendo sus propias pruebas. En el caso de las operatorias que rondan a Daniel Muñoz, había muchas pruebas documentales sobre los movimientos de dinero y los dichos de dos imputados colaboradores fueron muy precisos para conseguir a cambio la excarcelación.
Parolari fue arrestado el viernes pasado en el aeropuerto internacional de Ezeiza cuando llegaba de Estados Unidos. Su nombre está ligado al entramado de sociedades que se armó detrás del dinero que pasó por las manos de Daniel Muñoz, el ex secretario privado de los Kirchner que falleció en 2016, cuando se descubrió que aparecía en los Panamá Papers.
La figura del broker de Mar del Plata está ligada a la ex pareja de otros dos marplatenses, Sergio Todisco y su ex mujer, Elizabeth Ortiz Municoy, quienes declararon como arrepentidos para dar todos los detalles de la maniobra en la que intervinieron. Para cuando Parolari llegó a los investigadores, lo que dijo que podía aportar dejó sabor a poco. Fue la primera vez, señalaron en Comodoro Py 2002, que Stornelli dijera que no podía hacer un acuerdo con esos datos.