El empate 1-1 de la Selección ante Islandia por el primer partido del Grupo D dejó un sabor amargo entre todos los fanáticos argentinos, que ilusionados con un triunfo ante un rival de menor jerarquía apuntaron contra algunos jugadores por su rendimiento.
Ángel Di María fue uno de los más criticados tanto por los analistas como por los hinchas. El Fideo no consiguió desnivelar por la banda izquierda y cuando llegó hasta el fondo no logró acertar con el pase atrás.
Sus cualidades para desequilibrar lo convierten en una pieza fundamental para el entrenador pero no pudo demostrar su talento a lo largo del cotejo disputado en el Otkrytie Arena de Moscú.
De esta manera, ante las ofensas el jugador del PSG decidió hacer una publicación en su cuenta oficial de Instagram a modo de descargo. Allí, el futbolista formado en Rosario Central explicó que, más allá del cansancio o el sufrimiento que provoca el deporte, nunca se dará por vencido ya que lo único importante es la satisfacción que genera alcanzar un objetivo. "Una cima a la que no se llega superando a los demás, sino superándose a uno mismo", ejemplificó al final de sus palabras.
El elenco dirigido por Jorge Sampaoli se entrenará esta tarde en su bunker de Bronnitsy de cara al segundo compromiso ante Croacia, el jueves 21 a las 15. Se estima que el entrenador de Casilda meterá mano en la formación y dispondrá de algunas variantes, entre ellas la salida de Di María para darle la titularidad a Cristian Pavón, precisamente el cambio hecho el sábado pasado a los 30 minutos del segundo tiempo.
El descargo de Di María en Instagram:
Están los que usan siempre la misma ropa.
Están los que llevan amuletos.
Los que hacen promesas.
Los que imploran mirando al cielo.
Los que creen en supersticiones.
Y están los que siguen corriendo cuando les tiemblan las piernas.
Los que siguen jugando cuando se les acaba el aire.
Los que siguen luchando cuando todo parece perdido.
Como si cada vez fuera la última vez.
Convencidos de que la vida misma es un desafío.
Sufren, pero no se quejan.
Porque saben que el dolor pasa, el sudor se seca, y el cansancio termina.
Pero hay algo que nunca desaparecerá:
la satisfacción de haberlo logrado.
En sus cuerpos hay la misma cantidad de músculos.
En sus venas corre la misma sangre.
Lo que los hace diferentes es su espíritu.
La determinación de alcanzar la cima.
Una cima a la que no se llega superando a los demás,
Sino superándose a uno mismo.
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