Sacarse el preservativo en pleno acto sexual ya es considerado una forma de violación

Es un fenómeno mundial llamado “Stealthing”. Son hombres que conocen a una mujer en una red social, deciden tener sexo pero luego se sacan el preservativo, por la fuerza o disimuladamente. Ya hay denuncias en Argentina

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Existe, en la mayoría de nosotros, una idea más o menos sólida acerca de qué es una violación. Por lo general, suponemos algo así: un hombre que se le aparece a una mujer en la calle, la apunta, la obliga a subir a un auto, la golpea, a veces la droga, y luego la viola. Sin embargo, algunos especialistas empezaron a registrar un fenómeno que está lejos de ese estereotipo pero que, de todos modos, ya es considerado una forma de violación. Se trata de parejas ocasionales -que se conocen por Tinder o por una red social-, la pasan bien y deciden tener sexo. Pero en pleno acto sexual, los hombres se sacan el preservativo. Algunos lo hacen y las obligan a seguir. Otros lo hacen disimuladamente, con trucos y en la oscuridad, y la mujer se entera después, cuando ve el preservativo vacío en el piso.

El fenómeno ya tiene nombre, se llama "Stealthing" o "stealth sex" y su significado viene de hacer algo sigilosamente, de manera oculta. Tuvieron que ponerle una denominación porque empezaron a aparecer casos concretos. En enero, de hecho, un tribunal de Suiza condenó a un hombre a un año de prisión en suspenso por "violación". El hombre, de 47 años, fue denunciado por una mujer que había conocido en Tinder. La Justicia determinó que si ella hubiera sabido que él iba a sacarse el preservativo, se habría negado a tener relaciones sexuales.

(Shuttersotck)
(Shuttersotck)

¿Por qué es considerado una forma de violación? "Por el no consentimiento. Vos acordaste tener relaciones sexuales, pero no consentiste que sea bajo esas condiciones", explica a Infobae la psicóloga María Soledad Dawson, coordinadora de los "Equipos Móviles de Violencia Sexual" del Ministerio de Justicia y DDHH de la Nación. Lo que sucede entonces, es que un acto de sexo consentido se convierte en un acto de sexo no consentido.

En Argentina ya hay mujeres que están denunciando: "En todos los casos, denuncian que los varones se sacaron el preservativo durante el acto sexual y las forzaron a continuar hasta que ellos eyacularan. A veces les dicen 'no te preocupes, me lo saco pero termino afuera', algo que luego no sucede y que tampoco evita un embarazo ni una enfermedad de transmisión sexual", sigue Dawson. "No son muchas las que denuncian. Como son relaciones ocasionales, muchas sienten vergüenza, tienen la sensación de que son responsables".

En concreto, de los 400 casos de delitos contra la integridad sexual denunciados este año, tres fueron por este tema. Pero saben que, en este tipo de delitos, "detrás de un caso que se denuncia, hay al menos siete que no". Lo cierto es que en todos los casos de Argentina hubo algo, más evidente, que hizo sonar una alarma: el uso de la fuerza: "Como estoy encima tuyo, manejo la situación, te someto y vos no tenés escapatoria", dice la experta. Sin embargo hay casos mucho más sutiles que no se denuncian porque aún no se registran como una forma de violencia.

De eso habló la semana pasada Alexandra Brodsky, investigadora de la Universidad de Yale, que entrevistó a víctimas para entender el fenómeno. Su trabajo muestra que todos los relatos comienzan así: "No estoy segura de que sea una violación pero…". Lo que sigue después del "pero" son sus sensaciones: todas dijeron que se habían sentido violadas, traicionadas en su confianza, que sus decisiones en el acto sexual no habían importado y que habían sentido un grave daño a su dignidad.

En los casos que relevó, hubo varones que se sacaron el preservativo mientras cambiaban de posiciones sexuales, para que la mujer no lo notara. De hecho encontró foros en los que, quienes lo hacen, ofrecen "tips, trucos y técnicas" para asegurarse de "vaciar toda la carga y que ellas no sospechen". En ese foro, al que Infobae tuvo acceso, sugieren usar mucho lubricante y tener sexo fuerte para que no se den cuenta.

Aconsejan también ponerle mucho lubricante a la mujer, acordar con ella eyacular afuera pero "dejar un poco adentro, camuflado con el lubricante". O tener preparado un acting para cuando ella vea el preservativo vacío en el piso: "¿Qué pasó? Pensé que te habías dado cuenta y estaba ok. ¿De verdad me decís que no te diste cuenta cuando me lo saqué?". Y dan consejos sobre cómo "esparcir las semillas en las vaginas fértiles".

Quien habla ahora es Irene Meler, doctora en psicología y coordinadora del foro de psicoanálisis y género de la Asociación de Psicólogos de Buenos Aires. "Además de la protección y de la provisión, uno de los emblemas tradicionales de masculinidad, es decir 'qué es ser un hombre', ha sido la fecundación. Eso ha quedado obsoleto, sin embargo muchos varones que hoy se sienten descalificados e inseguros acerca de su masculinidad recurren al viejo emblema de la fecundación como una de las maneras, aberrantes y violentas, de reafirmar su masculinidad. Se sienten masculinos en tanto fuerzan a una mujer a una concepción no deseada. No creo que la fantasía sea contagiar enfermedades sino más bien embarazar compulsivamente. En ese contexto, un embarazo es una manifestación imaginaria de potencia".

Ahora bien, ¿puede una mujer probarlo ante la Justicia? "Creo que es muy difícil. Supongamos que la chica contrae una enfermedad o queda embarazada ¿Cómo probar que el hombre se sacó el preservativo a propósito y que no se pinchó?". Lo que puede sí, es estar atenta para evitar que suceda. .

La investigación de Brodsky, publicada esta semana, tuvo centenares de comentarios de lectores. Alguien, en uno de ellos, preguntó: "Hay mujeres que dicen que están tomando pastillas para tener sexo sin protección y no es verdad, ¿eso también es violencia?". "Desde mi punto de vista, sí", concuerda Meler. "Tengo en mi consulta casos de chicas que no logran formar pareja y mienten en una relación ocasional con tal de tener un hijo antes de que se les pase el tiempo biológico. Por eso yo planteo que debe haber una nueva ética de género. Si las mujeres no queremos padecer embarazos no deseados por culpa de un varón también tenemos que comprometernos a no sustraer material genético de ellos sin autorización y con engaños".

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