La crisis diplomática que se desató luego de que el presidente de Colombia, Gustavo Petro, no permitiera este domingo el ingreso de dos aviones con ciudadanos deportados de Estados Unidos, tuvo su respuesta, de ambos lados, con sanciones al comercio exterior.
En principio, como respuesta a la decisión de Petro, que tuvo fundamento en la falta de “trato digno” a los ciudadanos deportados, Trump ordenó la imposición de aranceles del 25% a todos los productos colombianos y adelantó que en una semana “se elevarán al 50%”.
Por su parte, lo mismo hizo Petro, quien el domingo ordenó incrementar en un 25% los aranceles a las importaciones de EEUU.
Finalmente, y luego de varias horas de tensión en las relaciones bilaterales, la Casa Blanca anunció el lunes que el presidente Gustavo Petro aceptó los términos propuestos por el presidente Donald Trump, incluyendo la aceptación sin restricciones de todos los colombianos deportados que regresen de los Estados Unidos, incluso en aeronaves militares estadounidenses, sin limitaciones ni demoras. De esta manera, quedaron sin efecto los aranceles utilizados por ambas partes para zanjar diferencias políticas a través del comercio exterior.
Lecciones para el comercio exterior
Ante esta escalada con impacto directo en la dinámica económica entre ambos países y donde, claramente, Colombia es la que tiene más para perder, desde la Asociación Nacional de Comercio Exterior del país cafetero compartieron, en una carta abierta, sus “lecciones de una crisis”.
Lo primero a lo que se hace referencia tiene que ver con la complejidad de los acuerdos comerciales. La construcción del acuerdo bilateral entre Colombia y Estados Unidos requirió años de esfuerzo y de mantenimiento de condiciones estables. Al tratarse de algo tan complejo, “no se puede borrar de un plumazo en una tarde de domingo vía redes sociales”.
Estos nuevos aranceles podrían haber perjudicado a distintas regiones de ambos países. Por su parte, Estados Unidos representa el 31,2% del total de las exportaciones de Antioquia, el 17,6% del Caribe 28,8% para el Eje Cafetero y el 24% para el Suroccidente colombiano. Para el café, que es uno de los productos más exportados desde Colombia, significa el 40% de las ventas externas totales, y para las flores representa casi el 80%.
Según lo comunicado por la entidad colombiana, en importaciones desde el país norteamericano “son más de US$13.400 millones que hubiesen quedado en el aire e impactado múltiples sectores en Colombia”, entre los que se destacó al sector avícola y el de hidrocarburos, ya que cuentan con Estados Unidos como proveedor clave de materias primas.
Otro punto que se destacó en la carta fue el impacto en la inversión extranjera directa, que en 2023 superó los 5.500 millones de dólares. Para Colombia, privarse de este tipo de beneficios impactaría directamente en la disponibilidad de trabajos.
Al mismo tiempo, aseguraron que no pueden permitirse quedar por fuera del sistema financiero internacional, ya que esto “golpearía remesas, tarjetas de crédito, créditos, transferencias, corresponsales bancarios, entre otros”.
Es por eso que una de las primeras lecciones compartidas en la carta es considerar a Estados Unidos “como un aliado y no como un enemigo”. Teniendo en cuenta que las problemáticas de migración y narcotráfico serán temas recurrentes en la relación entre ambos países, desde la Asociación Nacional de Comercio Exterior colombiana remarcaron la necesidad de contar con “una ruta clara de cooperación” para que, en un futuro, no vuelvan a peligrar las relaciones comerciales.
Como segunda lección, se hizo hincapié en la arbitrariedad con la que se tomó la decisión de aplicar aranceles. Según la Asociación, “el arancel inteligente sería una figura a la cual se acudiría”. De todas formas, sugieren llevar a cabo un análisis “profundo y a conciencia” antes de recurrir a este tipo de medidas, ya que puede traer grandes consecuencias para la economía nacional.
Por último, “afianzar la palabra diversificación” es la premisa principal de la tercera lección. Apostar por nuevos socios comerciales es, para la Asociación Nacional de Comercio Exterior colombiana, un factor primordial que no se puede dejar de lado. El objetivo es dejar de tener todos los “huevos en la misma canasta”.
“Colombia debe saber jugar este juego comercial, donde la geopolítica quiere imponer nuevas reglas”, afirmaron desde la Asociación. Estas tensiones entre Colombia y Estados Unidos dejan en claro que, ante la constante volatilidad de las relaciones políticas internacionales, es importante recordar el impacto que todo cambio tiene en las economías nacionales y tenerlo en cuenta para la toma de decisiones.