Brasil, país que ejerce la presidencia del foro BRICS, apuesta a promover el comercio en monedas locales entre los miembros del bloque. La iniciativa no busca desplazar al dólar, sino fomentar el dinamismo de las economías emergentes.
“Lo que se quiere es una reforma con vistas a una economía más pujante, que funcione y atienda las realidades económicas del mundo actual”, dijo el embajador Eduardo Saboia, jefe de la delegación de Brasil en el foro que este país fundó en 2009 junto con Rusia, India, China y Sudáfrica.
El embajador dejó en claro que esta discusión no persigue alterar el orden financiero mundial, sino estimular el comercio y las inversiones entre los miembros del bloque. Con este enfoque, el foro busca consolidar su papel en la economía global sin generar tensiones innecesarias con otros participantes del comercio internacional.
La relación con el dólar y el regreso de Trump
Frente a las preocupaciones del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, quien amenazó con imponer aranceles adicionales si el bloque adoptaba una nueva moneda, Saboia enfatizó que tales medidas carecen de fundamento. “La idea de los BRICS nunca fue acabar con todo y comenzar de cero”, sino que es una “apuesta en el multilateralismo, la carta de la ONU y otros principios de cooperación que siguen siendo válidos”, explicó.
Señaló que desde su fundación en 2009, la agenda del bloque ha permanecido constante, buscando reformas en la gobernanza global y en las instituciones financieras internacionales para adaptar la configuración económica a los tiempos corrientes. En ese sentido, indicó que “los BRICS pasaron la prueba del tiempo y se han fortalecido”, al punto de atraer el interés de nuevos miembros, todo “dentro de una lógica que supera las turbulencias y va a continuar”.
Expansión del bloque y nuevos miembros
El bloque BRICS ha experimentado una expansión significativa, con la incorporación de Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Etiopía, Irán, Indonesia y Arabia Saudí. Saboia explicó que Arabia Saudí participa como miembro pleno en las actividades del foro, aunque su adhesión formal aún no se ha completado. Esta expansión refleja el creciente interés de las economías emergentes por formar parte de un bloque que promueve la cooperación multilateral y el desarrollo sostenible.
Durante la cumbre de Kazán, celebrada el año pasado, se creó la figura del Estado asociado, que ya incluye a Bolivia y Cuba por América Latina, así como a Bielorrusia, Kazajistán, Malasia, Tailandia, Uganda y Uzbekistán. Saboia confirmó que otros países han sido invitados a unirse al bloque, aunque no se han revelado sus nombres ante la posibilidad de que alguno rechace la invitación. La categoría de Estado asociado permite a estos países participar en algunas iniciativas del foro sin necesidad de convertirse de inmediato en miembros plenos.
Aunque Saboia no lo citó, existe un antecedente con Argentina, que había acordado ingresar cuando aún gobernaba el progresista Alberto Fernández y luego se echó atrás cuando asumió el poder Javier Milei.
La posibilidad de futuras adhesiones permanece abierta, pero con criterios estrictos. Los candidatos deben adherirse a las iniciativas de reforma de la gobernanza global, rechazar la aplicación de sanciones unilaterales y mantener buenas relaciones con todos los miembros del bloque.
En ese marco, la presidencia de Brasil promete una continuación de la agenda orientada a consolidar el papel de los BRICS en el fomento del comercio entre las economías emergentes, sin desatender las complejidades del contexto internacional. Además, se espera que la ampliación del bloque continúe, reforzando su capacidad de influir en el sistema económico global, promoviendo un mayor equilibrio en las relaciones internacionales y fortaleciendo el papel del bloque en el comercio global.