En diálogo con Movant Connection, Vanessa comparte su visión sobre los retos que enfrenta la logística en Argentina, desde los incrementos de costos hasta la estacionalidad que caracteriza a este sector transversal a todas las actividades económicas.
¿Por qué creés que es importante que las personas entiendan la importancia de la logística y qué representa en sus vidas?
La logística es un pilar fundamental para garantizar que los productos lleguen a las manos de los consumidores. Hoy, la expectativa de recibir un producto rápidamente tras realizar una compra online ha puesto una gran presión en el sector. Esta demanda de inmediatez ha impulsado la innovación en la última milla, mejorando la eficiencia y reduciendo los tiempos de entrega.
Al comprender el impacto de la logística, las personas también pueden valorar el esfuerzo y los recursos que se invierten para que cada producto llegue en tiempo y forma, enfrentando factores externos como el clima, la economía o la disponibilidad de transporte.
¿Cuáles son los principales desafíos que enfrentas en tu posición?
En el ámbito de la logística, uno de los mayores retos es llegar a todos los rincones del país para que nuestros consumidores puedan tener el producto en el momento que lo necesitan y al menor costo posible.
Esto se vuelve aún más complejo en el contexto macroeconómico actual, donde los costos se han disparado de manera significativa en los últimos años. El manejo del presupuesto de logística ha requerido aprender, desaprender y volver a aprender a medida que enfrentamos diferentes crisis.
La incertidumbre económica también nos ha llevado a cambiar nuestra forma de planificar. Antes podíamos presupuestar a un año, pero ahora trabajamos con períodos más cortos debido a la volatilidad de costos como el combustible, los neumáticos y las tarifas de transporte. Esto ha requerido un nivel de adaptabilidad y análisis constante para optimizar los recursos y garantizar la continuidad del servicio.
¿Cómo afecta el panorama económico general al sector logístico?
El panorama económico impacta profundamente en las operaciones logísticas. Por ejemplo, la inflación y la volatilidad de los precios de los insumos, como el combustible, generan un cambio constante en la estructura de costos de transporte. Esto afecta tanto a los proveedores de logística como a nosotros, que dependemos de sus servicios para llegar a los clientes.
Es crucial entender que la logística es un servicio, mientras que nosotros producimos bienes. Esto crea una dinámica particular: los bienes ajustan sus precios según la inflación, pero los costos logísticos están sujetos a otros factores, como las paritarias, que no siempre acompañan esos aumentos. Este desbalance exige un trabajo continuo para encontrar soluciones que equilibren las necesidades de ambas partes y garanticen la sostenibilidad de las operaciones.
¿Qué rol juega la colaboración en la cadena de suministro?
La colaboración con los transportistas y otros actores de la cadena de suministro es vital. Estas relaciones deben ser sostenibles y beneficiosas para ambas partes. Nosotros trabajamos estrechamente con nuestros socios logísticos para asegurar que comprendan nuestras necesidades y las del contexto económico. Esto incluye renegociar condiciones cuando el contexto lo requiere y buscar soluciones que beneficien tanto a la empresa como a los transportistas.
Es fundamental reconocer que la logística no es solo un costo, también es un servicio que agrega valor al producto final. Esta visión nos permite trabajar en conjunto para superar los desafíos que enfrentamos, desde paritarias hasta caídas en el consumo.
¿Qué particularidades tiene la logística de consumo masivo?
El transporte en consumo masivo tiene retos específicos, como el tipo de embalaje y las limitaciones de peso en rutas. Trabajamos con bitrenes, que permiten transportar hasta un 30% más de carga por viaje, optimizando los costos y reduciendo la cantidad de viajes necesarios. Este tipo de innovación es clave para enfrentar las exigencias del mercado.
También hay que considerar las diferencias entre los canales de distribución. En algunos casos, el cliente final es el consumidor mientras que, en otros, es un distribuidor que entrega a comercios. Esto influye en las estrategias de transporte y en la logística necesaria para minimizar daños en el producto durante el traslado.
¿Tienen estacionalidades en sus operaciones? ¿Cómo las manejan?
La estacionalidad es un desafío constante en este sector. Durante el verano, por ejemplo, la demanda puede duplicarse en comparación con el invierno. Esto requiere una planificación muy precisa para garantizar la disponibilidad de camiones y transportistas, así como la colaboración con otros sectores para equilibrar recursos. Por ejemplo, cuando nuestra demanda baja en invierno, los transportistas suelen trabajar con otras industrias, como la de frutas o verduras, para mantener su rentabilidad.
En regiones como el sur del país, la logística enfrenta retos adicionales, como el alto costo del combustible debido al viento y las condiciones climáticas extremas en invierno. Esto aumenta los costos y exige equipos especializados para garantizar que las entregas se realicen sin inconvenientes.
¿Cómo evaluás los retos y aprendizajes de los últimos años en el sector logístico?
El 2023 fue un período de grandes retos para la logística en Argentina. La combinación de crisis económica, inflación y dificultades operativas nos obligó a adaptarnos día a día, dejando de lado la planificación a largo plazo. Sin embargo, esta experiencia también nos preparó para afrontar un 2024 con mayor resiliencia y flexibilidad.
Hoy, miramos hacia un futuro más prometedor, con un contexto macroeconómico que parece estabilizarse y sectores como el agropecuario, el minero y el energético que ofrecen oportunidades de crecimiento. Esto nos da la esperanza de que los próximos años traerán una mayor estabilidad y permitirán consolidar los aprendizajes adquiridos.