Aumento de los precios de combustibles: cómo puede impactar en los costos logísticos

El incremento registrado este viernes en el litro de nafta y de gasoil se ubica en torno al 1,75%

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Desde el sector logístico se
Desde el sector logístico se anticipan un posible aumento de tarifas para absorber el impacto de la suba del combustible (Foto: Shutterstock)

El incremento en los precios de los combustibles que se llevó a cabo desde este viernes podría generar una suba generalizada en los costos logísticos, afectando tanto a las empresas de transporte como a los consumidores finales.

Desde este viernes el precio del litro de gasoil y de la nafta se elevará en torno al 1,75%, marcando un nuevo golpe a las cadenas de abastecimiento que dependen del transporte terrestre. Este ajuste responde a la actualización de los impuestos sobre los combustibles líquidos, lo que se traduce en una presión directa sobre los costos operativos de las flotas de transporte.

En ese marco, desde el sector logístico se anticipan un posible aumento de tarifas para absorber el impacto del combustible más caro. Con el gasoil como uno de los principales insumos para el transporte de mercaderías, el alza en los precios genera un efecto en cadena que repercute en los costos de distribución de productos esenciales. Este escenario también plantea interrogantes sobre la capacidad de los operadores logísticos para mantener sus niveles de eficiencia sin trasladar de manera directa el incremento a los precios finales que afrontan los consumidores.

Aumento del combustible y su incidencia en la estructura de costos

El costo del combustible representa entre el 30% y el 40% del total operativo de una flota de camiones de carga, según estimaciones del sector. Un aumento del 1,75% en el precio por litro significa un ajuste considerable en el presupuesto mensual de cada unidad de transporte, lo que podría derivar en revisiones inmediatas de las tarifas de servicio. Este aumento no sólo impacta a las grandes empresas logísticas, sino también a los transportistas independientes que suelen operar con menores niveles de liquidez.

Adicionalmente, la incidencia de los precios del combustible en la estructura de costos logísticos no se limita al transporte terrestre. Las operaciones intermodales que combinan transporte terrestre con ferroviario o marítimo también experimentan un encarecimiento generalizado. La competitividad de estas modalidades depende en gran medida de mantener costos bajos en el segmento terrestre, por lo que cualquier alza en el gasoil afecta directamente su viabilidad.

Repercusiones en la cadena de abastecimiento

La suba del combustible también genera un impacto indirecto en otros eslabones de la cadena de suministro. Proveedores, distribuidores y minoristas podrían enfrentar aumentos en sus costos operativos, lo que se traduciría en subas de precios al consumidor final. Al tratarse de un insumo clave para la movilidad de mercaderías, cualquier variación en el precio del gasoil influye en los tiempos de entrega, la disponibilidad de productos y las condiciones de negociación entre los distintos actores del mercado.

En este contexto, dentro del sector se apuesta a que las empresas avancen en la adopción de estrategias de optimización, como la utilización de vehículos más eficientes en consumo de combustible o la implementación de rutas logísticas más cortas. Sin embargo, estas medidas requieren inversiones que no todos los operadores están en condiciones de afrontar de manera inmediata, lo que podría limitar su capacidad de adaptación al nuevo escenario.

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Un aumento del 1,75% en el precio por litro significa un ajuste considerable en el presupuesto mensual de cada unidad de transporte, lo que podría derivar en revisiones inmediatas de las tarifas de servicio (Foto: Shutterstock)

La otra cara de esta suba es que, en el caso de mantenerse esta tendencia alcista en los precios del combustible, podría desencadenarse una disminución en la demanda de servicios logísticos, especialmente en aquellos sectores que trabajan con márgenes de rentabilidad ajustados. Este fenómeno podría derivar en una contracción de la actividad económica en general, dada la dependencia de gran parte de la economía argentina de la eficiencia del sistema logístico.

El impacto del reciente aumento del combustible se presenta como un factor determinante para la estructura de costos del transporte y la logística en el país. Si bien el sector continúa buscando alternativas para mitigar las consecuencias, la suba de precios plantea un desafío significativo para mantener la competitividad y el ritmo de abastecimiento en un contexto económico complejo.

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