Donald Trump, presidente electo de Estados Unidos, hizo pública su oposición a la inversión de empresas extranjeras en la automatización de los puertos del país. El mandatario indicó que aquellas empresas que deseen invertir en sus mercados deberán contratar mano de obra estadounidense.
A través de sus redes sociales, mostró su desacuerdo con la sustitución de trabajadores nacionales por maquinaria automatizada. Para Trump, las empresas extranjeras que tienen habilitada la operación en los mercados del país norteamericano obtuvieron ganancias récord, y lo ideal sería que inviertan parte de esas ganancias en “los grandes hombres y mujeres” de sus puertos, no en maquinaria.
Estas declaraciones surgieron luego de un encuentro que el presidente electo norteamericano mantuvo con las autoridades de la Asociación Internacional de Estibadores (ILA), Harol Daggett (presidente) y Dennis Daggett (vicepresidente). Según lo comunicado por Trump, la automatización de los puertos de Estados Unidos fue uno de los temas que se debatieron en esta reunión.
El representante republicano, que sucederá a su contrario Joe Biden el próximo 20 de enero, se declaró como ávido estudiante y buen conocedor de las temáticas relacionadas a la automatización. Una de las críticas que hizo en su comunicado fue dirigida a los costos que implica este tipo de tecnologías.
Para Trump, “la cantidad de dinero ahorrada no se acerca en absoluto a la angustia, el dolor y el daño que causa a los trabajadores estadounidenses, en este caso, a nuestros estibadores”. Su deseo es que las empresas involucradas comprendan su preocupación y la de la población.
Asimismo, llamó a las empresas a actuar en consecuencia. Como parte de su comunicado, indicó que, para contar con el privilegio de acceder a los mercados norteamericanos, los interesados deberán contratar a los “increíbles trabajadores estadounidenses”. Su objetivo es que Estados Unidos vuelva a ser la prioridad número uno.
Huelga portuaria
Estas declaraciones surgen en el contexto de las huelgas que se produjeron en los puertos de la costa este estadounidense y del golfo de México. Los estibadores de estas zonas portuarias reclamaban mejoras en las condiciones laborales y la concreción de un acuerdo que los protegiera contra la automatización de su oficio.
Durante las negociaciones entre estibadores y empleadores, los trabajadores exigieron un aumento salarial del 77%. Teniendo en cuenta que los miembros del sindicato cobraban, hasta el momento, entre 81.000 y 200.000 dólares anuales, el sector empresarial criticó fuertemente las pretensiones de los trabajadores y las calificó como “excesivas”.
Otra de las principales preocupaciones que los miembros del sindicato presentaron durante la huelga tenía que ver con la automatización, en específico, de grúas, puertas y camiones utilizados en el traslado de contenedores. Estas herramientas forman parte de los procesos de carga y descarga en más de 30 puertos del país, incluyendo ciudades importantes como Maine y Texas.
Solo cuatro días después del inicio de las protestas, la Alianza Marítima de Estados Unidos y el sindicato de estibadores estadounidenses llegaron a un acuerdo provisional. Los puertos habrían definido los salarios con un aumento aproximado del 60%. De todas formas, hasta ratificar un contrato final, todo incremento salarial debería ser aprobado por los miembros del sindicato.
En su momento, el presidente saliente Joe Biden expresó su alivio por la finalización de la huelga. En un posteo en redes sociales, el mandatario agradeció a las instituciones involucradas por reabrir los puertos y garantizar la disponibilidad de suministros. Cabe aclarar que la huelga se desarrolló en época de huracanes y preparaciones navideñas, dos momentos críticos para la sociedad y el comercio estadounidense.
Las negociaciones por un nuevo acuerdo entre empleadores y trabajadores retomarán su curso el primer mes del año entrante. Los debates seguirán ocurriendo hasta el 15 de enero, momento en el que los empleados portuarios votarán a favor o en contra del acuerdo.