Logística en América Latina: cuentas pendientes y proyecciones para el futuro de la región

En diálogo con Movant Connection, Anaiza explica los retos que enfrenta la logística en América Latina. Además, analiza cómo la digitalización y las iniciativas sustentables están configurando el futuro del sector en la región.

El futuro de la logística en Latinoamérica está marcado por grandes desafíos, principalmente en términos de infraestructura. A pesar de los avances en algunos países, la región aún enfrenta limitaciones en la capacidad de sus puertos y su conectividad interna. Esto afecta la eficiencia de la cadena de suministro y representa una barrera para poder recibir cargas más grandes y complejas.

El puerto de Chancay en Perú, por ejemplo, se proyecta como una inversión clave que podría modificar la dinámica logística en la región, al acercar a los países latinoamericanos a mercados de Asia, Europa y Estados Unidos. Sin embargo, esto también representa un desafío para los puertos tradicionales, como San Antonio en Chile, que deben modernizarse para no quedarse atrás.

A la par de la infraestructura, otro reto importante es la mentalidad de los mercados latinoamericanos. Si bien la región exporta principalmente materias primas, los cambios globales impulsan hacia una mayor integración intra-regional. Este cambio cultural es crucial para que Latinoamérica pueda aprovechar su potencial y dejar de depender tanto de productos importados.

Uno de los puntos clave para mejorar la logística en la región es la formación de talentos especializados, pero con un enfoque integral que combine tanto el conocimiento técnico como las habilidades blandas. Aunque las nuevas tecnologías y la sustentabilidad son esenciales, la gestión del cambio y la comunicación efectiva dentro de la cadena de suministro son igualmente importantes. La logística no es solo mover mercancías, sino gestionar eficientemente las interacciones entre los diferentes eslabones de la cadena. Por ello, es fundamental capacitar a profesionales que entiendan la importancia de trabajar de manera colaborativa para lograr que la mercancía llegue a su destino de forma eficiente y en el tiempo esperado.

Además, en muchos países de la región, las aduanas y los trámites burocráticos siguen siendo un obstáculo importante para el comercio. Mientras países como Chile avanzan con políticas de libre comercio y simplificación de procesos aduaneros, otros como Perú y Colombia están implementando medidas más restrictivas, lo que genera costos adicionales tanto para exportadores como importadores. La agilización de estos trámites sería clave para mejorar la competitividad de la región y hacerla más atractiva para el comercio internacional.

La digitalización es una de las principales herramientas para mejorar la eficiencia logística en Latinoamérica. Tecnologías como la inteligencia artificial, el Internet de las Cosas (IoT) y la automatización colaborativa están transformando las operaciones logísticas, permitiendo predecir y optimizar rutas, reducir desperdicios y mejorar la visibilidad de la cadena de suministro. En países como Chile, se están realizando esfuerzos por reactivar el uso del tren, lo que no solo podría mejorar la eficiencia, sino también contribuir a reducir la huella de carbono del sector.

La digitalización también es esencial para gestionar los riesgos derivados de factores externos, como los cambios geopolíticos y el cambio climático. Al adoptar tecnologías avanzadas, las empresas pueden hacer sus operaciones más resilientes y adaptarse mejor a situaciones imprevistas, como interrupciones en las rutas comerciales o desastres naturales. Esto permitirá a las compañías de logística manejar de manera más eficiente la incertidumbre que genera el entorno global, lo cual será clave en los próximos años.

La sustenibilidad es uno de los mayores retos que enfrenta la logística hoy en día. Si bien existen iniciativas en varios países para promover el uso de camiones eléctricos y alternativas de transporte más ecológicas, el sector sigue siendo uno de los más contaminantes. La clave está en adoptar soluciones multimodales que permitan optimizar el uso de diferentes modos de transporte, de forma que se reduzcan tanto los costos como el impacto ambiental. En países como Chile, por ejemplo, se están haciendo esfuerzos para reactivar el tren, lo que podría ser una alternativa más sustenible y eficiente.

Además, las empresas deben comprometerse a integrar la sustentabilidad en sus políticas y operaciones diarias. La transición hacia una logística más verde será gradual, pero la adopción de tecnologías limpias y la mejora de la infraestructura serán cruciales para lograrlo. En este sentido, la colaboración entre gobiernos, empresas y la academia será esencial para crear soluciones innovadoras que hagan que la logística no solo sea más eficiente, sino también más responsable con el medio ambiente.

La logística es un campo amplio y con un gran potencial de desarrollo, que ofrece oportunidades para mujeres en diversas áreas, desde la planificación hasta la gestión de la cadena de suministro. A menudo, la industria es vista como un campo predominantemente masculino, pero este estereotipo está cambiando y cada vez más mujeres están demostrando que tienen las habilidades necesarias para sobresalir.

En muchos casos, las mujeres que han ingresado al sector han tenido que demostrar aún más su capacidad, y muchas optan por continuar su educación con postgrados y diplomados. Esto refleja una necesidad de especialización constante, lo que no solo les permite destacarse, sino también contribuir a una transformación cultural dentro de la industria. A medida que más mujeres ocupen puestos de liderazgo, la logística será más inclusiva.

El futuro de la logística estará marcado por la innovación tecnológica, la sustentabibilidad y la colaboración. Las tecnologías emergentes, como la inteligencia artificial y la automatización, permitirán una mayor eficiencia en las operaciones logísticas y mejorarán la capacidad de adaptarse a los constantes cambios globales. Además, la sustentabilidad será una prioridad creciente, ya que las empresas buscan minimizar su impacto ambiental y reducir las emisiones en sus procesos.

Sin embargo, la región aún enfrenta desafíos significativos, como la falta de infraestructura adecuada y los trámites burocráticos que ralentizan el comercio. Por lo tanto, los próximos años serán cruciales para abordar estos problemas mediante la inversión en infraestructura, la digitalización y la simplificación de procesos. La clave será crear una red de actores colaborativos que permita optimizar la cadena de suministro y hacerla más resiliente ante los cambios globales, contribuyendo al mismo tiempo al desarrollo económico y social de la región.