En el día de ayer, la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (CIARA) y el Centro de Exportadores de Cereales (CEC) publicaron un informe sobre los resultados de las exportaciones del sector. Estas entidades, que representan el 48% de las exportaciones del país, revelaron que, durante el mes de noviembre, las empresas del sector liquidaron un total de 1.999 millones de dólares.
En comparación con los valores analizados en noviembre del año pasado, estos casi 2.000 millones de dólares representan un aumento aproximado del 99%. Por otro lado, la liquidación entre octubre y noviembre de este año sufrió una baja del 21%. De todas formas, en lo transcurrido desde principio de año hasta noviembre, se liquidó un 25% más que lo liquidado durante el mismo período del año anterior.
Según el informe de la CIARA, que se publica mensualmente, el ingreso de divisas correspondiente al mes de noviembre es el producto de la regularidad de venta de granos por parte de los productores. Los embarques de harina y aceite de soja forman parte de un programa fuerte y estable que también sumó en el resultado del mes.
La exportación de granos, en cambio, mostró un rendimiento más negativo. Según los datos, este sector de la industria sigue funcionando con niveles de capacidad ociosa elevados. Lo mismo sucedió con la industria aceitera, que se enfrenta a márgenes negativos de manera constante.
La importancia del ingreso de divisas
Siguiendo con la trayectoria de lo informado el mes pasado, el ingreso mensual de divisas, y su consecuente transformación a la moneda nacional, es el mecanismo que habilita a seguir comprando granos a los productores al mejor precio posible.
La compra de granos para su próxima exportación, ya sea como materia prima o como productos procesados a través de la industria, está fuertemente relacionada con la liquidación de divisas.
El mayor ingreso de capital en este sector se da mucho tiempo previo a la exportación en sí. Esta anticipación puede llegar a rondar los 30 días cuando se trata de exportación de granos y alrededor de 60 días más si se trata de aceites o harinas proteicas. Sin embargo, estas variaciones en anticipación no implican ningún retraso en la liquidación de divisas, ya que estas primeras dependen del momento de la campaña y del grano con el que se trabaja.
En el rubro de los cereales y los aceites, las comparaciones de datos estadísticos entre períodos diferentes suelen ser poco precisas o inexactas. Esto se debe a que el ciclo comercial de los granos influye en gran medida en la liquidación de divisas.
El ciclo comercial de los granos, por su parte, oscila mucho dependiendo de diversos factores externos a la producción en sí. Entre ellos, algunos de los más comunes son las variaciones internacionales de precios, las condiciones climáticas, feriados, medidas de fuerza sindicales, modificaciones en la oferta de los productos, distinto volumen o valor proteico de las cosechas, barreras arancelarias, exigencias fitosanitarias o de calidad de los países importadores, entre otros.
El dúo oleaginoso-cerealero
Según los datos proporcionados por el INDEC, en 2023, el sector que engloba tanto a las aceiteras como a los cereales, incluyendo al biodiésel y sus derivados, contribuyó en un 50,1% de las exportaciones del país.
La harina de soja es el producto que, con un 12% del total, más contribuyó en las exportaciones de la Argentina durante 2023. Este insumo, que es un subproducto industrializado generado a partir del complejo oleaginoso-cerealero, tiene en la actualidad una elevada capacidad ociosa que se acerca al 70%.
Por otro lado, el producto que, según los datos relevados por el INDEC para 2023, ocupó el segundo puesto en el ranking de exportaciones es el maíz (11%). El aceite de soja, con un porcentaje menor (6,9%), ocupó el tercer lugar.