La IRU, organización internacional enfocada en el transporte terrestre, presentó algunas posibles soluciones a la que, hoy en día, se considera una de las problemáticas más importantes en el sector: la escasez de conductores.
Debido a la falta de profesionales capacitados para conducir transportes automotores de cargas, algunos países de la Unión Europea enfocaron sus esfuerzos en promover el sector entre el talento local, especialmente entre la población más joven y mujeres.
De todas formas, esto no fue suficiente. Más allá del alcance que tiene la escasez de conductores, una gran parte de los que se dedican a ello son personas de avanzada edad, próximos a retirarse. En síntesis, el sector necesita de profesionales de otros países.
Bajo esta propuesta, la IRU está en proceso de promover y facilitar el contacto entre las compañías de transporte y aquellos profesionales ajenos a la Unión Europea. La SDM4EU, una iniciativa que impulsa la movilidad de conductores cualificados hacia la UE, forma parte de los proyectos de asistencia técnica que promueve la MPF (Mecanismo de Asociación para la Migración).
A través de estos proyectos, se puso en evidencia la gran diferencia que existe entre los países europeos en cuanto a barreras técnicas y administrativas. Los resultados también revelaron una falta de procedimientos y normas armonizadas en todo el bloque.
Los beneficios de la propuesta
Durante la Conferencia de la Red de Profesionales de la Movilidad Laboral de la UE, el Director de Certificación y Normas de la IRU, Patrick Philipp, afirmó que, ante la latente necesidad de conductores, la SDM4EU se encargará de ayudar a aquellos países interesados a acceder a profesionales de países externos calificados y elegibles.
Este proyecto, según Philipp, será beneficioso también para los países socios de talento y solidificará los estándares de cualificación profesional de sus conductores. Es una solución ventajosa para todos.
Entre sus objetivos, la IRU pretende obtener el respaldo político de los países europeos que se beneficien de este proyecto a través de un modelo que les permita establecer, en países ajenos al bloque, capacidades y estándares de calificación que cumplan con los requisitos de la UE.
Otro de los beneficios de la SDM4EU es el aumento de interés entre los inversores. Tanto compañías de transporte como conductores profesionales, expertos en contrataciones, asociaciones, uniones, autoridades, institutos de capacitación y centros de evaluación pueden presentar cierto interés en estas propuestas.
Las pequeñas y medianas empresas, quienes impulsan en mayor medida el transporte terrestre, son quienes más necesitan de esta asociación entre el bloque y los trabajadores extranjeros.
Un problema global
Este inconveniente no es ajeno al resto del mundo. En Latinoamérica, estudios habían estimado un déficit que rondaba los 100.000 puestos libres. Así como sucedió en Europa, el envejecimiento de la fuerza laboral y la falta de atractivo de la profesión, sumado a la interrupción de los programas de formación luego de la pandemia de COVID-19 llevaron a la baja de conductores en el transporte terrestre.
El efecto que esta problemática tiene sobre la economía de cada país es preocupante. En lo que transcurrió durante los primeros ocho meses del año, los costos de transporte en Brasil habían aumentado un 18%. En España, la Confederación Española de Transporte de Mercancías (CETM) había estimado un aumento de hasta el 15%.
En la búsqueda de más conductores, las primeras propuestas que se impulsaron alrededor del mundo incluían programas de formación acelerada, programas de formación dual y mejoras laborales. Lo que más se implementó fueron las soluciones tecnológicas, como el uso de inteligencia artificial para la gestión de flotas y el agregado de vehículos autónomos.
Tanto para la Unión Europea como para las demás regiones del mundo, promover el oficio y facilitar el acceso a profesionales extranjeros puede ayudar en el crecimiento del sector.