El precio de los combustibles en Argentina aumentará un 3% o menos este domingo, marcando su tercer incremento consecutivo en los últimos meses. La suba afectará tanto a la nafta como al gasoil, lo que se explicaría por la depreciación del peso argentino y el aumento en el precio internacional del barril de Brent, que sigue siendo uno de los principales puntos de referencia para la determinación de precios de los combustibles en el país.
En ese marco, a pesar de que las ventas de combustibles repuntaron en octubre, con un aumento mensual del 7,57%, las cifras interanuales siguen siendo negativas. En comparación con octubre de 2023, la venta de nafta Premium y gasoil tradicional sufrió caídas importantes, de aproximadamente 19,55% y 17,08%, respectivamente. A pesar de este retroceso, la leve mejora en las ventas mensuales de octubre genera un alivio temporal para las empresas del sector, que siguen operando con volúmenes inferiores a los de años anteriores.
Repercusión de la suba en el sector del transporte
El ajuste en los precios de los combustibles tendrá un impacto sobre el sector del transporte, que ya enfrenta desafíos por el aumento de otros costos operativos, como las tarifas de peajes, el mantenimiento de la flota y la suba de los salarios. Los transportistas, que dependen principalmente del gasoil para sus vehículos, verán aumentados sus costos de operación en un contexto donde el precio de los combustibles sigue en ascenso.
La acumulación de ajustes sucesivos puede tener un importante impacto sobre los márgenes operativos de las empresas de transporte, que deben hacer frente a mayores gastos mientras tratan de mantener la competitividad.
El sector del transporte es clave para la economía argentina, dado que incide directamente en los costos de distribución de productos y servicios a nivel nacional. Desde la logística de productos de consumo hasta la distribución de mercancías industriales, el transporte representa un eslabón fundamental de la cadena de suministro. Por ello, cada aumento en los costos de combustibles se traduce en una presión adicional sobre los precios finales de productos y servicios. En este sentido, la suba de combustibles se convierte en un factor que contribuye a la inflación generalizada, afectando el poder adquisitivo de los consumidores.
Además, el transporte de cargas representa un porcentaje significativo de los costos en muchos sectores productivos, lo que provoca una reacción en cadena. Los incrementos en los costos operativos pueden llevar a las empresas a reajustar sus tarifas de transporte, lo que afectaría a otros eslabones de la cadena de distribución, aumentando el precio final de los bienes que llegan al consumidor. Esto genera un impacto directo sobre el bolsillo de los argentinos, especialmente en un mes como diciembre, en el que los precios tradicionalmente tienden a dispararse.
Previsiones e impacto en los precios finales
Con el objetivo de analizar las consecuencias de esta suba, cabe analizar que con el aumento de combustibles que se materializará este domingo, el sector del transporte se prepara para asumir los nuevos costos de operación, lo que podría generar un nuevo ajuste en las tarifas de transporte de cargas y pasajeros. Aunque el ajuste de combustibles en diciembre es moderado, se sumará a otros aumentos de precios en distintos sectores.
Los aumentos en los precios de los combustibles reflejan una presión sobre las cadenas de suministro y distribución, lo que podría llevar a una nueva escalada de precios finales. En ese marco, el impacto de este ajuste en los combustibles seguramente impacte tanto en el sector del transporte como más allá de él, afectando a los de diferentes productos y pudiendo generar presión sobre la inflación.