Las exportaciones del complejo triguero argentino crecieron un 140% en volumen y un 90% en valor en la campaña 2023/24, consolidando su relevancia estratégica en el comercio exterior del país. Según indica la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), en base a datos difundidos por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), hasta noviembre el sector generó ingresos por cerca de 2.600 millones de dólares, impulsado por el aumento de despachos al exterior y el avance de la cosecha.
En los primeros 11 meses del ciclo, las exportaciones de trigo alcanzaron 7,1 millones de toneladas, mientras que el valor subió un 123%, aunque limitado por la baja en los precios internacionales. Además, se sumaron 375.000 toneladas de harina y 340.000 toneladas de subproductos, lo que eleva el volumen total exportado a 7.842.189 toneladas. Este desempeño representa un fuerte crecimiento en comparación con la campaña anterior, destacando el aporte económico de este sector clave.
Auge en el comercio local e internacional
La dinámica comercial interna también mostró signos de aceleración. En los primeros 14 días hábiles de noviembre, se comercializaron 1.038.000 toneladas de trigo, superando las 881.000 toneladas negociadas durante todo octubre. Este incremento significó más del 20% de lo vendido de la nueva cosecha, impulsado por un cambio en la modalidad de los negocios. Durante este mes, aseguraron desde la BCR, el 63,3% de los acuerdos se cerraron con precios firmes, un aumento de 18 puntos porcentuales respecto al mes anterior y casi 40 puntos por encima del promedio de los últimos cinco meses.
El crecimiento en las operaciones responde en parte a la necesidad de los productores de generar liquidez para afrontar los costos asociados a la siembra de soja de segunda, así como al optimismo generado por las perspectivas de cosecha. Este dinamismo interno encuentra su eco en el comercio exterior, donde noviembre se posiciona como el mes con mayor volumen de Declaraciones Juradas de Ventas al Exterior (DJVE) en 2024. Hasta ahora, las DJVE totalizan 1,64 millones de toneladas, superando las 975.400 toneladas de octubre.
De las declaraciones realizadas en noviembre, 523.000 toneladas corresponden a embarques previstos para este mismo mes, último de la campaña 2023/24. El resto, 1,12 millones de toneladas, se registraron para embarques en diciembre y enero, reflejando el interés en anticipar ventas en un contexto de creciente demanda internacional.
Condiciones globales y precios internacionales
En el mercado internacional, los precios del trigo experimentaron una recuperación luego de caer a mínimos en más de diez semanas. Este repunte estuvo motivado por tensiones geopolíticas en la región del Mar Negro, incluida la reanudación de ataques entre Rusia y Ucrania, que elevan la incertidumbre sobre el suministro global.
Sin embargo, factores climáticos continúan moldeando el panorama. En Europa occidental, el avance en la siembra del trigo de invierno gracias a la mejora de las condiciones meteorológicas favorece las perspectivas de producción. En Estados Unidos, el reporte del Departamento de Agricultura (USDA) indicó una notable mejora en la calidad de los cultivos, con un 49% de la superficie en condiciones buenas o excelentes, un máximo en cinco años para esta época del año.
En contraste, Rusia, el mayor exportador mundial de trigo, enfrenta tensiones internas en su mercado. Las políticas de intervención estatal, que buscan fijar precios mínimos de exportación, han generado una respuesta mixta. A pesar de la intención de las autoridades rusas de imponer precios piso de 250 dólares por tonelada, los valores FOB cayeron a 230 dólares por tonelada, reflejando la presión de los productores por liquidar inventarios antes de la introducción de cuotas de exportación.
Avances en la cosecha argentina
El informe de la BCR también señala que, en el plano local, la cosecha de trigo avanza a buen ritmo, alcanzando el 29% de la superficie sembrada, según lo informado por el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca (SAGyP). Este progreso supera en dos puntos porcentuales el registro del año pasado para la misma fecha. Mientras que en las provincias del NOA, Corrientes y Chaco las labores están prácticamente finalizadas, Santa Fe reporta un avance del 52% y Buenos Aires comienza a sumarse a la actividad, marcando una etapa clave para consolidar los resultados de la campaña.
En términos de dinámica comercial, noviembre marca un hito con un cambio en las condiciones de negociación. Los productores muestran una mayor disposición a cerrar operaciones a precios firmes, en un contexto de creciente demanda interna y externa. Este escenario permite proyectar un cierre de campaña positivo, impulsado por la combinación de factores locales e internacionales que sostienen el interés por el trigo argentino.
La interacción de estas variables resalta la importancia del complejo triguero como motor económico, aportando no solo divisas, sino también dinamismo al comercio exterior y al mercado interno. La mirada ahora se centra en el inicio de la próxima campaña, que promete nuevos desafíos y oportunidades para el sector.