En diálogo con Movant Connection, Carolina comparte su perspectiva sobre cómo el comercio exterior argentino se adapta a cambios constantes, el impacto de los contextos internacionales en la logística y la importancia de construir relaciones colaborativas con los proveedores.
En tu experiencia, ¿qué desafíos presenta trabajar en comercio exterior en un contexto tan cambiante?
Los cambios de gobierno generan escenarios impredecibles, desde aperturas hasta restricciones repentinas que afectan directamente las operaciones y la estabilidad laboral. Durante la pandemia, estas dificultades se intensificaron, sumando incertidumbre por las restricciones locales e internacionales. Fue una etapa de constante adaptación, tanto en la forma de trabajo como en la relación con los mercados.
El contexto global también plantea retos. Factores como la devaluación del yuan o cambios en la demanda de mercados clave, como Medio Oriente, impactan en las operaciones. Adaptarse a estas condiciones es esencial para mantener la continuidad y el crecimiento. Estas experiencias fortalecen habilidades como la resiliencia y confirman la relevancia del comercio exterior como pilar de la economía.
¿Cómo se gestiona la comunicación con transportistas y otros proveedores en un sector tan exigente?
La empatía es clave para construir relaciones sólidas con transportistas y proveedores. Trabajamos con personas que enfrentan condiciones laborales muy diferentes, como transportistas que recorren largas rutas o coordinadores que manejan flotas grandes. Reconocer su esfuerzo y tratarlos como socios estratégicos permite que el trabajo sea más eficiente y colaborativo.
En logística, el éxito depende de que todas las partes estén alineadas. Por eso, la comunicación debe ser abierta y respetuosa. Cuando logramos que los proveedores se sientan parte del equipo, se generan resultados positivos para ambas partes. Esta forma de abordar los vínculos refuerza la calidad del servicio y facilita el logro de los objetivos.
La carne es uno de los productos más emblemáticos de Argentina. ¿Qué particularidades tiene su logística?
La exportación de carne argentina se destaca por la calidad y el cumplimiento de estrictos estándares internacionales. Cada etapa está diseñada para garantizar que el producto llegue en condiciones óptimas. Se utilizan herramientas como termógrafos y cámaras de monitoreo, además de preparar documentación detallada para asegurar la trazabilidad.
Esta industria también genera desafíos como cumplir con las cuotas Hilton o la “481″, que en ambos casos exigen un planeamiento logístico meticuloso. Estas operaciones no solo reflejan la calidad del producto, sino que también requieren precisión para cumplir con los plazos y cantidades.
¿Qué rol juega la tecnología en el comercio exterior y la logística?
La tecnología es indispensable para garantizar la trazabilidad y la calidad en el comercio exterior. Desde cámaras que monitorean la carga hasta sistemas que registran temperaturas, cada paso del proceso se supervisa para cumplir con los estándares internacionales. Esta transparencia es fundamental para responder a cualquier inconveniente y fortalecer la confianza del cliente.
Además, el acceso a datos precisos optimiza la toma de decisiones y mejora la eficiencia. La tecnología no solo agiliza procesos, sino que también permite a las empresas adaptarse rápidamente a los cambios. Es una herramienta esencial para mantenerse competitivo en un entorno global exigente.
¿Cómo gestionan la logística de exportación a destinos diversos como son los países limítrofes, Europa o Asia?
Cada destino tiene requisitos únicos. Por ejemplo, las exportaciones a Chile, realizadas por camión, requieren superar pasos aduaneros nacionales e internacionales en un tránsito de siete días. En Europa, las cuotas Hilton y la 481 demandan planeamiento preciso y cumplimiento de especificaciones estrictas. Estas operaciones reflejan la alta calidad de los productos exportados.
En Asia, los envíos suelen iniciarse con muestras para garantizar la aprobación del cliente antes de una operación mayor. Esto no solo abre mercados nuevos, sino que asegura que se cumplan las expectativas.
¿Qué impacto dirías que tienen el comercio exterior y la logística en la vida cotidiana de las personas?
La logística está presente en nuestra vida diaria, aunque a menudo pase desapercibida. Desde la llegada de un producto esperado, hasta la conexión global que permite que los alimentos lleguen a diferentes mercados, esta actividad es esencial. Lo que antes era exclusivo del ámbito empresarial ahora impacta directamente al consumidor final.
Trabajar en este sector me hace sentir parte de algo mucho más grande. Cada operación contribuye a que productos esenciales estén disponibles donde se necesitan. Esto demuestra cómo la logística y el comercio exterior son pilares fundamentales para el desarrollo económico y social a nivel global.