La logística en la industria de la pintura: fuerte estacionalidad y foco en sumar eficiencia

En un sector que alterna entre periodos de alta demanda y otros de marcada disminución en las operaciones logísticas, garantizar la eficiencia para mantener la competitividad representa todo un desafío

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Ariel Londero es especialista en logística para la industria de la pintura (Foto: Movant Connection)
Ariel Londero es especialista en logística para la industria de la pintura (Foto: Movant Connection)

Trabajar en logística en la industria de la pintura es un reto constante. A lo largo de mi carrera como analista de transporte, he aprendido que, en este sector, cada día trae nuevos desafíos que requieren planificación, comunicación efectiva y, sobre todo, capacidad de adaptación.

La estacionalidad marca el ritmo de nuestro trabajo: desde septiembre hasta marzo o abril, la demanda se dispara y, con ella, la necesidad de coordinación con los transportistas para que cada camión esté donde y cuando lo necesitamos. En temporada baja, en cambio, las cargas y el volumen se reducen, y eso implica ajustar los planes sin perder la eficiencia ni dejar a nadie afuera.

Para maximizar la eficiencia, organizo los trayectos de manera que cada camión aproveche al máximo su viaje. Por ejemplo, si un camión sale hacia un centro de distribución en Rosario, ya planifico para que, una vez descargado, cargue mercadería con destino a un cliente final, como una pinturería importante que suele hacer compras en volumen. Así se evita que el camión vuelva vacío, reduciendo costos y optimizando el uso de los recursos.

También trato de generar vueltas adicionales consultando a las pinturerías si tienen palets vacíos para devolver. Este tipo de logística inversa es clave en nuestro trabajo y asegura que, incluso en los momentos de menor actividad, podamos reducir costos y aprovechar cada oportunidad.

Más comunicación, mejor capacidad de reacción

La comunicación, para mí, es la base de toda operación exitosa en logística. Mantener un diálogo fluido con los transportistas, saber que ante cualquier problema me van a avisar de inmediato y poder reaccionar rápido es fundamental. En este sector, una comunicación proactiva puede marcar la diferencia entre resolver una contingencia a tiempo o que se convierta en un problema mayor.

Desde las primeras horas del día, ya estoy en contacto con las empresas de transporte, organizando y monitoreando cada carga para asegurarme que los planes se cumplan sin imprevistos.

A lo largo de mis años en logística, he visto cómo la tecnología ha transformado nuestra manera de trabajar. Recuerdo cuando todo se hacía de manera manual; hoy, en cambio, contamos con aplicaciones que optimizan rutas y tableros digitales que nos permiten seguir en tiempo real el estado de cada operación.

Además, herramientas como WhatsApp nos han facilitado la comunicación directa y constante con los choferes, algo invaluable cuando surge una contingencia y necesitamos resolverla en el momento. Esta trazabilidad en tiempo real nos da la posibilidad de anticiparnos y tomar decisiones informadas, algo que antes era difícil de imaginar.

Sin embargo, trabajar en logística en Argentina no está exento de desafíos.

"Desde septiembre hasta marzo o abril, la demanda se dispara y, con ella, la necesidad de coordinación con los transportistas para que cada camión esté donde y cuando lo necesitamos", señala Ariel (Foto: Shutterstock)
"Desde septiembre hasta marzo o abril, la demanda se dispara y, con ella, la necesidad de coordinación con los transportistas para que cada camión esté donde y cuando lo necesitamos", señala Ariel (Foto: Shutterstock)

La necesidad de sumar agilidad internacional

Los procesos de nacionalización, por ejemplo, son una traba importante para la fluidez de nuestras operaciones y afectan la confianza de las empresas del exterior. A menudo, el pago del flete se retrasa hasta 30 días luego de la nacionalización, lo que hace que muchas empresas desistan de exportar al país. Si este sistema fuera más ágil, estoy seguro de que podríamos mejorar la eficiencia y abrir la puerta a nuevas oportunidades en el sector.

A pesar de estos obstáculos, no dudo en recomendar este rubro a quienes buscan un entorno desafiante y dinámico. La logística tiene ese toque de adrenalina que a muchos nos apasiona: la certeza de que cualquier día puede traer algo inesperado y la satisfacción de gestionar y resolver situaciones al instante.

Creo que las empresas valoran cada vez más nuestro trabajo, por lo que este es el momento ideal para considerar una carrera en logística. En la industria de la pintura, nuestra labor no es solo mover productos de un lugar a otro; es asegurar que cada lata de pintura llegue en el momento adecuado, de la forma más eficiente posible, contribuyendo así al crecimiento de la empresa y al éxito del equipo.

Este sector tiene un futuro prometedor, y quienes formamos parte de él lo sabemos: la logística no es solo un eslabón en la cadena, es el motor que permite que el negocio avance.

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