En diálogo con Movant Connection, Juan cuenta que la logística fue ganando protagonismo en las decisiones estratégicas de las empresas. Además, aborda los desafíos que enfrenta el sector con la incorporación de nuevas tecnologías y la importancia de desarrollar habilidades digitales para adaptarse a un mercado en constante cambio.
¿Cuál es la relevancia que tienen hoy la logística y la cadena de abastecimiento en el mundo empresarial?
La logística y la cadena de abastecimiento se han convertido en piezas centrales para el desarrollo de las empresas, ganando protagonismo en la toma de decisiones estratégicas. Hoy, los responsables de logística tienen una voz significativa al lado de los directivos, ya que cualquier ajuste en las finanzas o en la planificación impacta de manera directa en la cadena de suministro. La logística es el único proceso que atraviesa todas las áreas de una empresa: desde compras y producción hasta el cliente final, pasando por áreas clave como finanzas, legales, comercio exterior y recursos humanos.
Por otra parte, actualmente no solo se busca la eficiencia en costos y tiempos, sino que la cadena de abastecimiento se centra en el cliente final. Esto significa que la logística debe adaptarse a las necesidades y expectativas del consumidor, generando valor a través de entregas a tiempo, nuevas fuentes de ingreso o mediante la mejora de la experiencia del cliente.
¿Cuáles son los principales retos que enfrenta hoy el sector logístico con la incorporación de innovaciones tecnológicas?
Uno de los mayores retos es lograr que la tecnología se introduzca sin generar disrupciones en la operación diaria. La adopción de herramientas digitales, aunque indispensable, exige una adaptación cultural y organizativa dentro de las empresas. No es solo introducir una tecnología nueva, sino también crear una mentalidad de cambio que permita a los equipos salir de su zona de confort para aprovechar estos avances.
Además, hay que considerar la inversión económica. La tecnología avanzada implica una inversión significativa y, en contextos económicos como el de Argentina, se vuelve un desafío hacerlo de manera sostenible. Sin embargo, cuando estas inversiones en innovación tecnológica se traducen en beneficios concretos como reducción de costos, eficiencia y un valor claro para el cliente, se justifica el riesgo y se fortalece el compromiso con la modernización de la cadena logística.
¿Cómo contribuye la inteligencia artificial a la transformación del sector?
La inteligencia artificial (IA) es un pilar fundamental en la modernización de la cadena de suministro. Hoy, las decisiones se toman basándose en datos y análisis predictivo, lo que permite crear escenarios de planificación mucho más detallados y precisos. Esto significa que decisiones antes intuitivas, como frenar un envío, cambiar una ruta o definir el stock de un producto, ahora pueden fundamentarse en datos objetivos. La IA facilita la automatización de procesos complejos, por ejemplo, mediante asistentes virtuales que gestionan pedidos o diagraman rutas, reduciendo errores y optimizando recursos.
Por otra parte, también se está desarrollando todo lo que tiene que ver con tecnología autónoma, como drones, vehículos autónomos y robots, que no solo aumentan la eficiencia, sino que también mejoran el servicio al cliente. La tecnología permite anticipar y personalizar el inventario, conectando la demanda del consumidor con el stock disponible en tiempo real. Esto se traduce en un servicio de mayor calidad y en una cadena de suministro más ágil y adaptable.
El valor que se crea con estos cambios no solo es para el cliente, sino también para la empresa, que obtiene una ventaja competitiva al ofrecer un servicio logístico adaptado y de calidad. Así, la logística se convierte en un puente entre la empresa y el consumidor, garantizando que las expectativas se cumplan y se fortalezcan las relaciones de fidelidad.
En ese marco, hay que tener en claro que la innovación debe siempre responder a las expectativas del cliente final. Por eso, cada mejora en la cadena de suministro se evalúa en función de su impacto directo en el cliente. Esto implica escuchar a los consumidores y adaptar la logística para satisfacer sus necesidades específicas.
¿Qué competencias profesionales creés que serán importantes para adaptarse en esta etapa de tantos cambios?
En el contexto actual, los profesionales de la logística deben ser hábiles digitales: personas capacitadas para adaptarse rápidamente a nuevas tecnologías y aplicarlas eficazmente en su labor cotidiana. La capacidad de aprender y adoptar herramientas digitales, como la inteligencia artificial y la automatización de procesos, resulta esencial para quienes buscan destacarse. Además, la adaptabilidad es clave en un sector donde los cambios tecnológicos son constantes y rápidos.
Quienes trabajan en logística necesitan una visión integral que abarque cada eslabón de la cadena de suministro, comprendiendo cómo deben interactuar entre sí para lograr una operación eficiente y alineada con las demandas del cliente final. Es importante entender que la logística actúa como la columna vertebral de las empresas y un motor de crecimiento para la economía.
En ese marco, los profesionales logísticos del futuro serán aquellos que no solo entiendan la tecnología, sino que la utilicen estratégicamente para fortalecer toda la cadena de valor, generando un impacto positivo y ubicándose como el motor para una industria argentina que necesita seguir creciendo.