Su rápido crecimiento económico, combinado con reformas estructurales y una demografía favorable, está atrayendo la atención de inversores globales.
El ascenso de India como un mercado emergente clave tendrá implicaciones significativas en el comercio internacional. Su consolidación como un actor económico de peso no solo diversificará las rutas comerciales, sino que también impulsará la relocalización de cadenas de suministro globales.
Sectores como la manufactura, especialmente en tecnología y automoción, podrían experimentar un cambio en los flujos de exportación e importación, favoreciendo a India como un nuevo centro de producción para empresas multinacionales que buscan alternativas a China.
Según estimaciones recientes, la economía india crecerá un 6,5% en el año fiscal 2024-25, y las proyecciones indican que podría alcanzar el 7% en 2026. Este desempeño la posiciona como una de las economías más dinámicas a nivel global, superando a otros mercados emergentes como Brasil y Sudáfrica.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial destacaron que las reformas económicas implementadas en los últimos años, junto con un fuerte consumo interno, están impulsando este crecimiento. Además, India está experimentando una diversificación económica, con sectores como tecnología, manufactura y servicios desempeñando roles cada vez más importantes.
Reformas estructurales y políticas atractivas
El gobierno indio implementó reformas clave que mejoraron significativamente el clima de negocios. Iniciativas como “Make in India” y “Digital India” han fomentado el desarrollo de infraestructuras, la digitalización y la atracción de inversión extranjera directa (IED). Según datos del Ministerio de Comercio e Industria de India, el país recibió más de 80.000 millones de dólares en IED en 2023, lo que representa un aumento del 10% respecto al año anterior.
Además, las políticas fiscales y regulatorias han simplificado procesos para las empresas extranjeras, reduciendo las barreras de entrada. El impuesto sobre bienes y servicios (GST, por sus siglas en inglés) y la liberalización de varios sectores clave, como el energético y el tecnológico, son ejemplos de medidas que han mejorado la competitividad de India.
Demografía: una ventaja estratégica
Uno de los mayores activos de India es su población. Con más de 1.400 millones de personas y una mediana de edad de 29 años, India cuenta con la población joven más grande del mundo. Esta ventaja demográfica no solo impulsa el consumo interno, sino que también garantiza una fuerza laboral abundante y en crecimiento.
La clase media india está expandiéndose rápidamente, lo que se traduce en un aumento del poder adquisitivo y un crecimiento del mercado de consumo. Según proyecciones del Banco Mundial, se espera que para 2030, más del 50% de la población india pertenezca a la clase media, lo que representa una oportunidad significativa para las empresas globales.
Sectores clave para el futuro
- Tecnología e innovación: India es uno de los principales centros tecnológicos del mundo, con ciudades como Bangalore y Hyderabad consideradas hubs globales de innovación. Empresas locales y multinacionales están invirtiendo en inteligencia artificial, blockchain y servicios en la nube, consolidando a India como un actor estratégico en la economía digital.
- Energías renovables: el país ha establecido ambiciosos objetivos para reducir sus emisiones de carbono, incluyendo la expansión de su capacidad de generación de energía solar y eólica. India busca convertirse en un líder global en energía renovable, atrayendo inversiones internacionales en este sector. Este compromiso trajo inversiones significativas de empresas globales interesadas en participar en el crecimiento del mercado de energías limpias en India.
- Manufactura y cadenas de suministro: gracias a su competitividad en costos y a las tensiones comerciales entre China y Occidente, India está emergiendo como una alternativa viable para la relocalización de cadenas de suministro. Sectores como la automoción y la electrónica están experimentando un rápido crecimiento.
Perspectivas para 2025 y más allá
Diversos analistas proyectan que India podría convertirse en la tercera economía más grande del mundo para 2030, superando a economías desarrolladas como Alemania y Japón. Este ascenso estaría impulsado por su resiliencia económica, el aumento de las exportaciones y el desarrollo de infraestructuras de clase mundial.
Sin embargo, el país aún enfrenta desafíos importantes, como la desigualdad, el desempleo en ciertas regiones y la necesidad de una educación y capacitación más inclusivas. Si bien el camino hacia el liderazgo global no está exento de obstáculos, India tiene el potencial para superarlos y consolidarse como un actor clave en la economía global.
India se perfila como el mercado emergente más importante de los próximos años, con un crecimiento económico sólido, reformas estructurales efectivas y una población joven y dinámica.
Su capacidad para adaptarse a las demandas globales y aprovechar las oportunidades del mercado internacional la posicionan como un destino clave para inversores y empresas. Si las tendencias actuales se mantienen, India no solo liderará entre los mercados emergentes, sino que también jugará un papel crucial en definir el futuro económico global.