En diálogo con Movant Connection, José expone los desafíos de las industrias de productos eléctricos y electrónicos ante la dependencia de insumos importados, las dificultades competitivas impuestas por la carga impositiva y el lugar que ocupa actualmente la tecnología en sus procesos.
¿Cuál es la relevancia de CADIEEL y su impacto en el comercio exterior?
CADIEEL representa a más de 400 empresas que emplean a unas 75.000 personas en sectores clave como la generación y distribución de energía, la electrónica y la iluminación. Las empresas de esta cámara producen para diversas industrias, desde bienes durables como lavarropas y heladeras, hasta electrodomésticos y equipos de aire acondicionado.
La agroindustria de precisión también se beneficia de las innovaciones tecnológicas representadas por CADIEEL. Muchas máquinas, como cosechadoras y tractores, operan digitalmente y de forma remota, y algunos drones y satélites fabricados en Argentina se exportan para servicios internacionales.
¿Qué relación tiene CADIEEL con el comercio exterior?
A lo largo de los años, CADIEEL ha exportado a más de 60 países, aunque el nivel de exportaciones ha disminuido en la última década, pasando de 8.000 millones de dólares a 5.500 millones.
A pesar de su papel exportador, la industria depende en gran medida de la importación de insumos, como el cobre, fundamental para la producción de transformadores y cables. Este insumo puede salir de Argentina como materia prima y volver como producto semielaborado. La integración de componentes importados, como los utilizados en la iluminación y la electrónica, es esencial para la manufactura local y la competitividad.
¿Cuál es el papel de la innovación en esta industria y cómo llegan a ella las pymes del sector?
La industria ha adoptado tecnologías avanzadas como la robótica, la inteligencia artificial y el Internet de las cosas (IoT). Un ejemplo de eso es el Centro Tecnológico Metalúrgico (CETEM), que cuenta con una cámara anecoica para certificar la compatibilidad electromagnética de productos, garantizando que dispositivos médicos como marcapasos no sean afectados por otras emisiones electrónicas.
En ese sentido, CADIEEL también trabaja con centros tecnológicos que ofrecen herramientas para facilitar el acceso a tecnología para pymes que, de otro modo, no podrían contar con esos recursos. Esto promueve la innovación y mejora la competitividad de las empresas en un mercado global.
¿Qué dificultades enfrenta la industria en el contexto económico actual?
Las dificultades para honrar contratos internacionales y realizar pagos a tiempo han sido un problema recurrente en los últimos años. Además, una carga impositiva, que supera el 50% del valor de los productos, y una burocracia administrativa compleja complican aún más el acceso a nuevos mercados y limitan la competitividad de las empresas frente a sus competidores internacionales.
Recientemente, la eliminación de controles previos, por ejemplo, los relacionados con la seguridad eléctrica y la implementación de verificaciones posventa han trasladado la responsabilidad de la vigilancia de calidad a las empresas, incrementando los costos y recursos necesarios para este fin. Un entorno regulatorio más justo es clave para que las empresas puedan competir en igualdad de condiciones.
El marco económico general también se ve afectado por una economía informal que obliga a las empresas formales a soportar una carga tributaria duplicada. Esta situación genera una competencia desventajosa, donde muchos contribuyen poco o nada y otros soportan el doble de cargas, afectando la capacidad de crecimiento y expansión internacional de la industria.
¿Qué necesita la industria para avanzar hacia el futuro?
Para que la industria pueda prosperar y contribuir plenamente al desarrollo económico, es esencial que se implementen políticas que nivelen el terreno. La carga tributaria desproporcionada y la economía informal han impuesto una complejidad adicional a las empresas formales, lo que las hace menos competitivas en el mercado internacional. Un entorno más equitativo y regulaciones que respalden a las empresas en lugar de penalizarlas son fundamentales.
No hay país que pueda crecer sin una industria fuerte y vigente que genere empleo, riqueza y movilidad social ascendente. Solo a través de un esfuerzo conjunto entre el sector público y privado, y con un marco regulatorio acorde, la industria podrá consolidar su papel en los mercados internacionales y fomentar un crecimiento sostenido.