“Las máquinas no alimentan a las familias”, decía uno de los carteles que agitaba un trabajador portuario de los Estados Unidos, durante la huelga de estibadores que se extendió durante tres día y que, tras acordar un importante aumento salarial, quedó en suspenso hasta enero de 2025, momento en el que trabajadores y empresas deberán alcanzar un acuerdo con respecto al avance de la automatización en las actividades portuarias, que es un punto clave del conflicto.
Del otro lado del Atlántico, los principales sindicatos de España, UGT y CCOO, llamaron a una huelga de transporte con el fin de presionar al gobierno para que regule la jubilación anticipada de los conductores profesionales, en un contexto de denuncias por las duras condiciones laborales y el alto índice de siniestralidad que afecta a sus trabajadores.
En los Estados Unidos, las 72hs que duró el paro, produjeron pérdidas cercanas a los u$s13.500 millones de dólares y pusieron en riesgo la dinámica de las cadenas globales.
Mientras que en el caso de España, si bien se llegó a un acuerdo preliminar que “desactivó” el paro cuatro días antes de su fecha estipulada, el conflicto puso en riesgo nada menos que el abastecimiento de la campaña navideña y el Black Friday, eventos clave para el comercio.
Estas son solo algunas de las ráfagas de los profundos vientos de cambio que soplan sobre las cadenas de suministro en todo el mundo.
Muchas fuerzas en tensión
La logística y el comercio internacional, como las demás actividades, se enfrentan a un cambio de paradigma todavía difícil de predecir, ya que en el mismo confluyen muchos factores diversos y distintas “fuerzas en tensión” que, a pesar de todavía ser impredecibles, están construyendo la nueva realidad del sector.
Consumidores que demandan cada vez mayor nivel de servicios logísticos, escasez de oficios, nuevas exigencias sustentables, reclamos por las condiciones laborales y, a la vez, trabajadores que se manifiestan ante el avance de la tecnología que, consideran, amenaza sus puestos de trabajo; son algunas de las presiones latentes que anticipan un nuevo escenario para los profesionales de estos sectores.
Selección natural en logística y comercio exterior
A pesar de su grandeza y poderío, ningún gran dinosaurio logró sobrevivir al cambio de contexto que vivió el mundo en la “extinción masiva” que, según la teoría más aceptada, se generó a partir de los múltiples desastres climáticos que generó el impacto de un asteroide contra nuestro planeta.
Sin embargo, los que lograron sobrevivir fueron los insectos, principalmente gracias a su capacidad de adaptación para subsistir con diferentes fuentes alimenticias, y fueron a la vez clave para la supervivencia de otros animales como parte de su cadena alimentaria.
Cuando los contextos cambian de forma radical como en este caso, también cambian las reglas y lo que parecía tan seguro e indiscutible, como el reinado de los dinosaurios, rápidamente dejó de serlo y para siempre.
Rumbo a un mundo nuevo
Si bien el impulso tecnológico cada vez se acelera más, así como los múltiples cambios que genera en el contexto, afortunadamente su impacto es más paulatino que la caída de un asteroide.
Sin embargo, más temprano que tarde, la automatización se va a imponer no solo en los puertos de Estados Unidos, sino en todo el mundo. Y muy posiblemente, las malas condiciones laborales de los choferes españoles pase a la historia, cuando los vehículos autónomos sean los que transporten las cargas por las rutas y caminos europeos, donde ya se están realizando pruebas de manera exitosa, por ahora, en entornos controlados.
Pero la demanda de más y mejores servicios logísticos internacionales seguirá creciendo, porque así lo demuestran las exigencias de los consumidores y también porque, entre otras cosas, la masificación de la logística inversa será un factor vital en la búsqueda de ser más sustentables.
Sin dudas, el talento logístico tiene lugares reservados en el disruptivo mundo que viene, por algo es una de las principales carreras del futuro según la consultora de Recursos Humanos Randstad, pero para asegurarnos un asiento, sería conveniente comenzar a trabajar ya en el profundo cambio de mentalidad en el que todos tendríamos que trabajar.
Un profundo cambio de mentalidad
Deberíamos asumir que el cambio es inevitable y aceptar que nuestra zona de confort nunca fue una opción, en un mundo donde lo único permanente es la impermanencia.
Sin embargo, las personas estamos acostumbradas a afrontar cambios diversos y, aunque este es significativo, tenemos todo para volver a transformarnos y evolucionar.
En este caso, el desafío más grande es el del cambio de mentalidad, ya que el mismo no se resuelve simplemente incorporando nuevas formas de pensar.
Cambiar de mentalidad exige, además, una transformación profunda de hábitos y creencias, para lo que es preciso ser constante e incorporar esta nueva mirada en nuestra rutina diaria, porque así aprende el subconsciente, que es donde realmente se producen los cambios profundos.
Podemos, por ejemplo, probar una app nueva cada semana, buscando que nos aporte valor a nuestro trabajo o vida personal.
Cuestionar lo establecido, practicar la curiosidad y desaprender lo que ya no es útil para liberarnos de patrones que nos estancan.
Así como fomentar el diálogo con perfiles tecnológicos y disruptivos, dos características que cada vez ganarán más protagonismo de cara al mundo que viene.
Nadie tiene el diario del lunes, pero está claro que el futuro nos quiere flexibles y adaptativos y es tiempo de desafiarnos, una vez más.