Suba de combustibles: cómo puede impactar en los costos logísticos de noviembre

Este ajuste afectará tanto a la nafta como al gasoil e posiblemente impacte en todas las principales marcas del mercado de combustibles

Una reciente resolución oficial publicada en el Boletín Oficial determinó la actualización de precios de los biocombustibles, lo que impacta en la suba que se registrará en noviembre (Foto: Shutterstock)

El precio de los combustibles en Argentina experimentará un aumento promedio del 4% a partir del próximo viernes 1 de noviembre. Este incremento responde a una combinación de factores, entre ellos la devaluación del peso, el alza en los precios de los biocombustibles y la actualización de impuestos específicos. Sin embargo, algunas regiones del país, especialmente las más alejadas de los centros de refinación, podrían enfrentar mayores incrementos.

Este ajuste afectará tanto a la nafta como al gasoil, lo que impactará en las principales marcas del mercado de combustibles, ya que el aumento en los biocombustibles como el biodiesel y el bioetanol aporta un 2% adicional al costo final. La reciente resolución oficial publicada en el Boletín Oficial justifica esta actualización de precios para cubrir los desfasajes en los costos reales de producción, buscando mitigar el déficit en el abastecimiento interno sin afectar drásticamente la demanda.

Actualización de impuestos y precios de referencia

Además de los incrementos en los biocombustibles, la suba se ve impulsada por la actualización del Impuesto a los Combustibles Líquidos (ICL) y al Dióxido de Carbono (IDC), que incrementa los valores de referencia en los surtidores. Este ajuste de noviembre se suma a una baja de 1% registrada en octubre, que se produjo en línea con la caída del precio internacional del crudo. No obstante, la nafta ha acumulado un incremento anual de casi 90%, reflejando la volatilidad de los precios en un contexto de inflación y altos costos logísticos, especialmente en zonas alejadas de los principales centros de distribución.

La Secretaría de Energía determinó un nuevo precio mínimo para la tonelada de biodiesel, de $1.004.562, y el bioetanol de caña de azúcar también recibió un aumento del 2%, alcanzando un valor de $670,564 por litro. Estas subas impactan en el precio final del combustible debido a su mezcla obligatoria para el consumo interno. Con el aumento en los costos de producción y de impuestos específicos, el precio de los combustibles mantiene una escalada que desafía los esfuerzos de las empresas logísticas para absorber el incremento sin trasladarlo al costo de bienes y servicios en todo el país.

Impacto en la logística y aumento general de costos

La logística nacional enfrenta un reto significativo en este contexto, ya que el precio del combustible representa uno de los principales componentes de costo en el transporte de mercancías. A las empresas de transporte, que dependen de la nafta y el gasoil para sus operaciones, seguramente estas subas les afectarán directamente el costo de los servicios logísticos. A la vez, el avance de los costos de transporte puede generar un impacto en los precios de los productos, afectando el bolsillo de los consumidores y la competitividad de las empresas nacionales.

El impacto de la suba de combustibles en Argentina tiene además un impacto particular porque las distancias entre los centros de producción y los mercados de consumo son amplias y el transporte terrestre es fundamental para la distribución. Además de eso, el combustible es un insumo clave en la cadena de suministro. Desde el abastecimiento de productos básicos hasta la entrega de mercancías en tiendas y supermercados, el alza en el combustible se traduce en un incremento de los costos logísticos que se refleja en los precios finales de una gran variedad de productos.

Las empresas que dependen de flotas de camiones seguramente tengan que considerar el impacto que tendrá esta suba para analizar estrategias y optimizar rutas (Foto: Shutterstock)

Desafíos para el sector logístico

Con el ajuste previsto para noviembre, las empresas del sector logístico seguramente enfrentarán una presión adicional para mantenerse competitivas. La combinación de la devaluación del peso, los impuestos al combustible y la escalada en el costo de los biocombustibles hace que la planificación de costos sea cada vez más desafiante para los operadores logísticos. Las empresas que dependen de flotas de camiones o transporte terrestre deben considerar el impacto de cada kilómetro recorrido y analizar estrategias para optimizar rutas y reducir gastos operativos.

Por otra parte, la inflación y las fluctuaciones en el tipo de cambio continúan siendo obstáculos importantes para el sector logístico, que depende en gran medida de la estabilidad en los precios del combustible para garantizar una distribución equitativa y accesible en toda Argentina. La tendencia al alza en los precios del combustible plantea un panorama desafiante para el sector, que debe adaptarse constantemente para afrontar estos incrementos teniendo en cuenta el impacto en los consumidores y la demanda.