Nuevos precios para biocombustibles: qué efecto puede tener en los costos logísticos

El ajuste de precios determinado también incluyó un límite en los plazos de pago tanto para el biodiesel como para el bioetanol

La determinación de precios y plazos en el mercado interno de biocombustibles no solo puede tener repercusiones en la logística doméstica, sino que también puede afectar a las exportaciones de estos productos (Foto: Shutterstock)

La Secretaría de Coordinación de Energía y Minería, dependiente del Ministerio de Economía, fijó este martes los nuevos precios para el biodiesel y el bioetanol, destinados a utilizarse para mezclar, de manera obligatoria, con combustibles. De esa manera, se estableció un precio mínimo de $1.004.562 por tonelada de biodiesel, un 2% por encima del valor previo. En paralelo, se determinó un precio de $670,564 por litro de bioetanol a base de caña de azúcar, también con un incremento del 2%.

Las nuevas medidas responden a la necesidad indicada por el Gobierno de subsanar desfasajes entre los costos de producción y los precios regulados, así como evitar distorsiones en los valores de los combustibles fósiles en el surtidor. Según las resoluciones, las actualizaciones buscan dar estabilidad a la cadena de biocombustibles a la vez que mitigar los impactos en los costos logísticos y de transporte de mercancías, un factor clave tanto para el consumo interno como para la competitividad del país en los mercados internacionales.

Nuevas regulaciones y plazos de pago

El ajuste de precios también incluyó un límite en los plazos de pago. En el caso del biodiesel, el período no podrá exceder los siete días desde la emisión de la factura correspondiente, mientras que para el bioetanol, el máximo será de 30 días corridos. Estas restricciones buscan asegurar el flujo de caja para los proveedores de biocombustibles, en un contexto donde las variaciones en el mercado pueden afectar significativamente la liquidez del sector.

Según el Marco Regulatorio de Biocombustibles, establecido por la Ley 27.640, la Secretaría de Energía tiene la facultad de fijar los precios mínimos y regular las mezclas obligatorias con combustibles fósiles, una política que impacta directamente en la logística de abastecimiento a nivel nacional. Al controlar los precios y plazos de pago, el Gobierno apunta a mejorar la previsibilidad del sector energético, una estrategia fundamental para la planificación logística de la distribución de biocombustibles y su mezcla con gasoil y nafta.

Implicancias para el comercio exterior y la competitividad

La determinación de precios y plazos en el mercado interno de biocombustibles no solo tiene repercusiones en la logística doméstica, sino que también afecta las exportaciones de estos productos. Argentina, como uno de los principales exportadores de biodiesel, debe mantener una estructura de costos competitiva para poder posicionarse en mercados internacionales. Las nuevas medidas de la Secretaría de Energía podrían influir en los precios de exportación, especialmente en un contexto donde la demanda externa está condicionada por las políticas de sostenibilidad y la transición energética.

En este sentido, los recientes incrementos, aunque menores en porcentaje, pueden afectar las proyecciones de rentabilidad de los exportadores. Un aumento en el costo del biodiesel podría reducir el margen de maniobra en las negociaciones de exportación, obligando a las empresas a ajustar su estrategia comercial y logística para mantener su participación en mercados clave, como la Unión Europea y Estados Unidos, donde las políticas de corte de combustibles fósiles son cada vez más estrictas.

Desafíos logísticos y sostenibilidad

Desde una perspectiva logística, el impacto de estas regulaciones se extiende más allá del precio. La necesidad de cumplir con plazos de pago más cortos implica una mayor presión financiera para los operadores logísticos, que deben gestionar sus flujos de efectivo de manera más eficiente. Además, la fijación de precios en un entorno económico volátil podría traducirse en costos adicionales en la cadena de suministro, afectando tanto el transporte terrestre como el aéreo, que dependen del gasoil y la nafta como insumos básicos.

Argentina, como uno de los principales exportadores de biodiesel, debe mantener una estructura de costos competitiva para poder posicionarse en mercados internacionales (Foto: Shutterstock)

Las resoluciones también llegan en un momento en el que el Gobierno busca consolidar una matriz energética más sostenible, promoviendo la utilización de biocombustibles en el transporte de mercancías. Sin embargo, el desafío para los operadores logísticos radica en equilibrar los costos crecientes con la necesidad de cumplir los objetivos de sostenibilidad. La transición hacia una mayor integración de biocombustibles plantea preguntas sobre la capacidad de la cadena de suministro para adaptarse a estos cambios sin perder eficiencia ni competitividad.

El impacto de estas medidas, que entran en vigor de inmediato, estará bajo escrutinio por parte de los actores del sector logístico y los exportadores, quienes evaluarán sus efectos tanto en la operativa diaria como en el posicionamiento de Argentina en el comercio exterior de biocombustibles.