El titular de FAETyL destaca la importancia de adaptarse a las nuevas realidades del mercado, las tensiones que enfrenta la logística y la necesidad de innovación en un contexto de alta inflación. Además, enfatiza el rol vital que juegan las pymes en la actividad y la colaboración entre las distintas cámaras para afrontar los retos del presente.
¿Cómo viven la situación actual del sector desde la federación?
Estamos muy atentos a cada situación, cambio, información y novedad. Desde que comenzamos a transitar este año, hemos visto cómo se han materializado medidas económicas y políticas que han impactado en toda la sociedad y, particularmente, en nuestra actividad. Hemos incorporado todas las herramientas posibles para dar respuesta a las dificultades que se nos presentan, ya que nuestra actividad está directamente relacionada con la economía del país y la situación de cada uno de los argentinos. Por ello, cada decisión relacionada con la economía o la legislación que afecta nuestro sector es muy sensible para nosotros.
Actualmente, el escenario recesivo que enfrentamos, donde la inyección de dinero que hubo en la sociedad durante 2023 ya no existe, está teniendo un impacto negativo en el consumo. Como resultado, los volúmenes de transporte han disminuido considerablemente, al igual que los niveles de almacenamiento.
En nuestras actividades de logística, nos encargamos de almacenar y distribuir para terceros. Es importante destacar que nuestros clientes también están experimentando, de alguna manera, los mismos efectos negativos que ha traído la situación económica actual. En este sentido, hay muchas variables que necesitan ser reordenadas en nuestro querido país, lo que genera un impacto general negativo.
Sin embargo, hemos estado enfrentando estos desafíos con todo el esmero y la responsabilidad posible. Trabajamos con mucha preocupación, confiando en que tal vez lo peor ya ha pasado y lo que nos queda por delante es tratar de corregir cualquier desvío en nuestras actividades, para poder ser mucho más eficientes de lo que éramos antes, especialmente en un contexto de alta inflación y escasez de insumos.
Esta situación nos ha llevado a desarrollar nuevas habilidades para sortear cada uno de estos momentos difíciles. El empresario argentino es sumamente versátil para adaptarse a estas circunstancias.
Los cambios en los hábitos de consumo y las particularidades en las exigencias de horarios de carga, descarga y entrega son aspectos que deben adaptarse rápidamente. Nuestra actividad comprende, asume y asimila estos cambios con agilidad, lo que nos permite brindar soporte efectivo a cada uno de los asociados de nuestras cámaras.
En este contexto, ¿cuáles son los principales retos que identifican?
Hemos llegado a un punto donde ya hemos perdido, lo que nos sitúa en una etapa de aplanamiento de la actividad. Estamos intentando contener la situación y hemos realizado casi todos los ajustes necesarios para garantizar la sustentabilidad económica de cada una de nuestras operaciones. En muchos casos, estos ajustes no han sido suficientes, pero seguimos trabajando en ello, siempre preservando las nóminas en nuestras compañías. Este es un gran desafío que enfrentamos, y es por eso que a veces nos cuesta dormir.
En este contexto, algunas actividades ya han despegado, mientras que otras muestran indicadores positivos en ciertos momentos. Sin embargo, hay sectores que, debido a su estacionalidad, están atravesando situaciones adversas. Por ejemplo, esperamos que la próxima temporada de verano, especialmente en el caso de las bebidas, sea más auspiciosa o al menos un poco mejor que el año pasado, que fue uno de los peores momentos económicos del país.
¿Cuáles son esas actividades que despegaron?
En el sector de línea blanca, por ejemplo, observamos indicios de despegue, al igual que en el ámbito de la electrónica. El comercio electrónico, por su parte, se ha mantenido sólido; de hecho, desde la pandemia ha traído alivio a determinados sectores.
En cuanto al consumo masivo, la situación económica actual y el sinceramiento de precios están generando un redireccionamiento del volumen disponible hacia diversos canales de venta, sin restricciones ni regulaciones. Sin embargo, este proceso llevará tiempo hasta que se logre un equilibrio y un sinceramiento en los volúmenes. Una vez alcanzada esa estabilidad, será fundamental el acompañamiento de los salarios de los trabajadores, que también se ajustan a la inflación promedio.
Todos nuestros ingresos están asociados a las ventas, por lo que, si el volumen cae, nuestra actividad se resiente rápidamente.
¿Cuál es tu mirada sobre los cambios normativos que definió el Gobierno para el transporte de cargas?
Creo que, para efectos estadísticos, el RUTA (Registro Único de Transporte Automotor) debe funcionar; sin embargo, lo de la revalidación no tiene sentido. En cuanto a la LINTI, hay conductores con 30 años de experiencia; a partir del quinto o sexto año, ¿qué más se puede incorporar al conocimiento de un trabajador? Esto es evidente y carece de justificación.
Es esencial contar con una formación inicial sólida, al menos hasta el cuarto, tercer o quinto año de profesionalismo del conductor. Este criterio debería ser determinado por un equipo académico y técnico que evalúe cuándo un conductor ha sido debidamente formado.
Además, el aspecto médico es crucial. La licencia profesional que obtenemos actualmente a través de los municipios donde cada conductor tiene su domicilio legal no abarca con la rigurosidad que la LINTI sí aplicaba, especialmente en lo que respecta a los exámenes médicos periódicos.
Confiamos en que el ente regulador, que asumirá el control de esta área, considere estos aspectos, ya que sin duda contribuyen a reducir accidentes laborales y garantizan que la persona que está conduciendo una unidad sea apta para hacerlo. Es fundamental asegurarse de que no presente problemas de vista u otras limitaciones físicas.
Además, es importante detectar a tiempo cualquier consumo problemático para poder ofrecer apoyo, soluciones o tratamientos al trabajador afectado y evitar que conduzca en condiciones no adecuadas, contrarias a lo que la ley prevé.
¿Qué expectativas tienen en relación a la implementación de innovaciones para la actividad logística?
Nuestra actividad siempre ha sido innovadora. La logística ha estado a la vanguardia de las implementaciones y de la tecnología. No debemos olvidar que, hace 15 o 20 años, cualquier implementación realizada en cualquier parte del mundo llegaba a nosotros en menos de seis meses, gracias a la logística. Cualquier cambio de procesos o innovación siempre fue traído por la logística primero, y eso es algo que nos enorgullece.
Aspiramos a que se implemente el remito electrónico, ya que esto simplificará la vida no solo a las empresas de logística, sino también a los transportistas. Con un código QR, podrán acceder a toda la información de la carga que transportan y a los documentos, todo almacenado en la nube. Nos preguntamos cómo no se puede implementar un remito electrónico, especialmente cuando el Estado nacional debería ser el mayor interesado en contar con toda la información y la trazabilidad de los volúmenes de mercancías que se producen y comercializan en nuestro país. Esta información es invaluable; representa riqueza y un recurso crucial.
Creemos que ahí radica el futuro de nuestra actividad, ya que la implementación del remito electrónico reducirá significativamente el tiempo de gestión, incluso para que los transportistas cobren por sus servicios. Este sistema permitirá que todas las operaciones se cierren en el momento en que se entrega la carga, evitando la espera por ese papel con un sello que podría extraviarse o deteriorarse en su trayecto desde Jujuy o cualquier rincón del país.
Con un código QR, una vez que se consolida una entrega, el receptor de la carga puede acceder al portal de la AFIP o a la plataforma correspondiente, confirmar que ha recibido la mercadería y cerrar la transacción. Todos los intervinientes ya tendrán la información de esa carga o de esa operación finalizada, y todos estarán satisfechos.
De esta manera, el transportista no tardará en cobrar por su servicio, el operador logístico tendrá la seguridad y certeza de que la operación se ha completado, y nuestro cliente estará contento al ver que todo se ha llevado a cabo en tiempo y forma. Además, el Estado nacional podrá verificar que todo ha salido perfectamente.
Incluso aspiramos a incluir la geolocalización para rastrear el tránsito de cada vehículo, así como sus paradas y rutas. Este es nuestro mayor anhelo. El mundo ha cambiado y se dirige hacia nuevos horizontes. Desde FAETYL, lo hemos mencionado y promovido desde hace mucho tiempo, y consideramos que esta es una solución necesaria: basta de trámites burocráticos.