Los estibadores afiliados a la Asociación Internacional de Estibadores (ILA, por sus siglas en inglés) iniciaron una huelga masiva en los puertos de la costa Este y del Golfo de Estados Unidos, desencadenando un paro laboral que impacta gravemente las cadenas de suministro del país.
Según cifras preliminares, la medida podría costar hasta 5.000 millones de dólares diarios a la economía estadounidense, afectando la importación de productos esenciales y generando un cuello de botella logístico en un área clave para el comercio exterior.
La huelga marca el primer paro de esta magnitud desde 1977 y fue impulsada tras el fracaso de las negociaciones entre la ILA y la Alianza Marítima de Estados Unidos (USMX) para lograr un nuevo contrato laboral.
En tanto, el sindicato conocido como la Hermandad internacional de camioneros (Teamsters), que engloba a trabajadores de Estados Unidos y Canadá, anunció su apoyo a la huelgo y responsabilizó a los empleadores de la USMX por la falta de acuerdo, enfatizando que los trabajadores portuarios merecen salarios líderes en la industria y fuertes protecciones laborales.
Impacto en la cadena de suministro
Los puertos de la costa Este y del Golfo, vitales para la entrada de mercancías a Estados Unidos, manejan una amplia gama de productos, desde vehículos hasta alimentos perecederos y productos farmacéuticos, los cuales se verán afectados si la huelga se prolonga.
En particular, el puerto de Nueva York-Nueva Jersey, el segundo mayor centro de contenedores del país, podría experimentar una interrupción significativa en la importación de bebidas no alcohólicas, ya que un 28% de sus importaciones totales corresponden a este tipo de productos. Otros puertos clave como el de Baltimore, que es el principal punto de entrada de vehículos al país, también se verán afectados, con un riesgo importante para las automotrices.
La interrupción en la cadena de suministro también afectará otros productos esenciales. El puerto de Wilmington, en Delaware, es un punto crucial para las importaciones de bananas, manejando cargamentos semanales de las principales compañías como Dole y Chiquita. Con una huelga prolongada, la fruta fresca que depende de un estricto cronograma logístico para llegar al mercado podría enfrentar problemas graves de distribución y almacenaje, afectando tanto a los comerciantes como a los consumidores finales.
Afectación a industrias claves
En cuanto a la industria automotriz, los puertos en la región manejan más del 55% de las importaciones de vehículos de motor. Baltimore y Nueva York son los principales puntos de entrada, gestionando cientos de miles de vehículos al año. Con una paralización total de las actividades, las automotrices podrían enfrentar retrasos considerables, afectando no sólo la disponibilidad de vehículos en el mercado interno, sino también la exportación de vehículos estadounidenses hacia otros países.
Los productos médicos también corren el riesgo de sufrir retrasos críticos. En el puerto de Savannah, Georgia, por ejemplo, las vacunas y otros productos inmunológicos representaron las mayores importaciones en 2023, con un valor total de 9.52 mil millones de dólares. Cualquier interrupción en su transporte podría comprometer el suministro de vacunas y otros medicamentos esenciales, impactando directamente al sistema de salud del país.
Respaldo sindical y perspectivas del conflicto
El sindicato de los Teamsters, que representa a trabajadores de diferentes sectores, ha respaldado plenamente la huelga de la ILA, y ha pedido al gobierno de Estados Unidos que no intervenga en el conflicto. “Los trabajadores del puerto tienen derecho a luchar por mejores salarios y condiciones laborales sin la interferencia del gobierno”, señaló el sindicato en su comunicado. Este apoyo aumenta la presión sobre los empleadores y refuerza la determinación de los estibadores de prolongar el paro hasta lograr sus demandas.
A medida que avance la huelga, el impacto en las cadenas de suministro globales se intensificará, y los expertos advierten que el costo económico podría aumentar exponencialmente si no se llega a un acuerdo pronto. Con un volumen considerable de productos esenciales como automóviles, textiles y alimentos dependientes de la actividad portuaria, la huelga amenaza con estrangular tanto a los minoristas como a las industrias manufactureras que dependen de insumos importados.
La situación en los puertos estadounidenses ha generado inquietud a nivel internacional, dado que la cadena de suministro global está estrechamente vinculada con el funcionamiento de estos puertos clave. Un paro prolongado podría tener repercusiones a largo plazo, no sólo en los mercados internos de Estados Unidos, sino también en las economías de los países que exportan e importan productos de y hacia ese país. Cómo se desarrolle este conflicto será crucial para determinar el nivel de impacto que puede generar en la logística global y el comercio exterior.