“Coordino toda la cadena logística, desde la recepción de las materias primas que ingresan a la planta, hasta la producción y la distribución de los productos terminados, tanto para clientes nacionales como internacionales”, cuenta María sobre su desarrollo profesional en esta entrevista realizada por Movant Connection.
¿Qué características buscás en un proveedor de servicios logísticos?
Para mí, los proveedores son socios estratégicos. En ese marco, considero que la honestidad es clave para saber si algo se puede realizar o no. Siempre prefiero que me digan la verdad a que me digan que sí y después encontrarme con un incumplimiento.
La confianza también es fundamental, tengo proveedores que quizás son un poco más costosos, pero que ofrecen un servicio que nunca falla. También hay proveedores que, en teoría, tienen todo lo necesario pero simplemente no funcionan. Por eso valoro tanto el hecho de poder confiar y lograr que el proveedor entienda que es una relación donde ambos ganamos.
En este sentido, se aprecia mucho cuando los proveedores no sólo cumplen con su función, sino que también aportan mejoras, se involucran en la operación y buscan áreas donde se puede optimizar.
Por otra parte, para alimentar esa confianza también hay que ser flexible. Por ejemplo, antes ajustábamos los contratos trimestralmente, pero cuando los costos comenzaron a aumentar periódicamente, redujimos el plazo de pago a 30 días e incluimos una cláusula gatillo, como una forma de demostrar que si el otro no falla vos tampoco vas a fallar, así todos ganamos.
¿Alguna preferencia entre trabajar con proveedores grandes o chicos?
Tengo la convicción de que en las compañías grandes algunos de los proveedores deben ser empresas de ese mismo tamaño. Pero, en servicios muy específicos, a veces es mejor trabajar con proveedores más pequeños.
De lo contrario, en la relación grande-grande, al tener que interactuar con tantos departamentos y personas, se puede complicar la comunicación y perder efectividad, lo que termina trabando los procesos.
En ese sentido, por ejemplo, cuando me asignaron la responsabilidad de la región Andina, me cuestioné por qué no estábamos trabajando con proveedores locales en cada país y seguíamos con un proveedor grande este gran proveedor que llevaba 15 años. Nadie lo sabía, simplemente se mantuvo así. Entonces decidí que quería segmentarlo por país y por servicio.
Me llevó dos años implementar este cambio, pero al final logramos que cada país tenga un proveedor local. En esos casos, generalmente es el mismo operador logístico quien recibe, realiza el cross docking y hace la entrega. Así, logramos que los ahorros en costos sean impresionantes.
Además, este formato permite que cuando surge algún problema o situación, uno pueda acudir directamente al dueño o a la persona que maneja la cuenta y está en la operación, lo que permite conseguir soluciones de una manera mucho más efectiva.
¿Cómo es el proceso para llevar a cabo las importaciones?
Todo lo relacionado con las importaciones que llegan por buque es gestionado directamente desde Suecia, donde funciona la casa matriz de la empresa en la que trabajo. Ellos realizan licitaciones globales en las que participan diversas empresas, por lo que todo lo que ingresa desde el exterior, a excepción de lo que proviene de Brasil por vía terrestre, ya está contratado a nivel global.
Una vez que la carga llega al puerto y comienzan los trámites aduaneros, ahí es donde entra mi responsabilidad, trabajando en conjunto con los despachantes de aduana, que también forman parte del área de logística.
En estas operaciones existen distintas áreas involucradas: el área de comercio exterior, que utiliza los servicios del despachante de aduana y el equipo de compras, encargada de buscar la mejor opción en términos de costos y eficiencia.
¿Argentina presenta particularidades en lo referido al comercio exterior?
Sí, Argentina a menudo te obliga a adaptarte a situaciones imprevistas, lo que hace que una esté mucho más involucrada en la operación. Eso también genera muchas oportunidades para aprender cosas que, en mi caso, luego me sirvieron para aplicar en otras regiones.
En lo personal, me encanta trabajar en Argentina, lo considero una verdadera escuela que dota de herramientas valiosas, porque siempre está ocurriendo algo inesperado. Si algo sucede en otro país, lo más probable es que ya haya pasado aquí antes, entonces los que tenemos experiencia trabajando en Argentina probablemente ya estemos un poco más preparados.
¿Qué relevancia tiene la tecnología en tu trabajo cotidiano?
En mi experiencia, en los últimos años la tecnología ha tenido un avance notable. Ahora, sin importar el proveedor, puedo rastrear exactamente dónde está el camión, ya sea en una importación o exportación. Es impresionante y proporciona un nivel de practicidad y eficiencia increíble.
Lo que más me ha impactado positivamente en el negocio fue el cambio de sistema que implementamos de manera global en la empresa. Al principio, tuvimos que hacer muchos ajustes, parecía que estábamos trabajando para el sistema en lugar de que el sistema trabajara para nosotros.
Sin embargo, hoy en día es increíble, con sólo presionar un botón, podés tener calculados todos los costos y costos adicionales, sin tener que depender de hojas de cálculo como antes.
Así como hasta este momento avanzó tanto, seguramente esto va a seguir creciendo. En ese sentido, creo que en el futuro la tecnología va a estar cada vez más incorporada en las diferentes tareas y que hay que adaptarse a esos cambios que puedan ir surgiendo.