México en el vértice: influencia china, reacción de EE.UU y una crisis política interna

El gigante asiático ha puesto su mirada en México y se lanza a su conquista

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Misael Reyes es Especialista en Comercio Internacional y Aduanas (Foto: Movant Connection)
Misael Reyes es Especialista en Comercio Internacional y Aduanas (Foto: Movant Connection)

Después del escenario vivido durante la pandemia, el comercio mundial demostró su debilidad en dar respuesta a la repentina irrupción de las cadenas de suministro en todo el mundo, pero lo más notable fue que China mostró los niveles de dependencia que tienen el resto de los países por sus productos.

El gigante asiático, de acuerdo con datos de la Organización Mundial del Comercio, en 2023 exportó 3.380.024 miles de millones de dólares, es decir más del 14% de las exportaciones de todo el mundo y esto lo pone a la cabeza como el principal exportador a nivel mundial, sin embargo, este escenario ha motivado a los gobiernos de distintos países a poner un freno y reducir los niveles de importaciones de productos chinos, imponiendo aranceles a los mismos y así promover una desaceleración de las importaciones Chinas.

Por lo anterior, el gobierno chino ha replanteado cambios en su producción y ha decidido llevar fuera de su territorio sus plantas de manufactura y así poder evitar el pago de impuestos a diferentes mercados, y siendo el estadounidense el principal mercado a conquistar, es donde México juega un papel importante.

México es una nación abierta al mundo, cuenta con 14 Tratados de Libre Comercio que le permiten tener acceso preferencial a 50 países alrededor del mundo, pero el más importante es el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá.

Se calcula que, por día, México exporta hacia EEUU alrededor de 1.600 millones de dólares y que, desde la firma del tratado en 1944, ha incrementado sus exportaciones hacia su vecino del norte de manera favorable.

Un atajo al mercado estadounidense

México se posiciona como el principal proveedor de EEUU, sin embargo, es aquí donde las empresas chinas ven la oportunidad de usar al país como un “trampolín” y así evitar el pago de impuestos, además de aprovechar la cercanía geográfica estratégica que tiene el país del tequila.

De acuerdo con datos de la Secretaría de Economía de México, la presencia de China ha aumentado notablemente en los últimos 10 años, siendo su mayor pico de inversión en 2022. Sin embargo, aunque en 2023 hubo un descenso, China ocupó el segundo lugar como origen de la Inversión Extranjera Directa, siendo solo superado por EEUU.

Para la Casa Blanca, la creciente presencia e interés de China en México ha encendido sus alertas, en el contexto de una guerra comercial entre el país asiático y Estados Unidos, que ha llevado a un conflicto directo y a la imposición de aranceles recíprocos.

China ocupó el segundo lugar como origen de la Inversión Extranjera Directa en México, siendo solo superado por EEUU (Imagen: Shutterstock)
China ocupó el segundo lugar como origen de la Inversión Extranjera Directa en México, siendo solo superado por EEUU (Imagen: Shutterstock)

Sin embargo, el gobierno estadounidense es consciente de que China podría estar buscando rutas alternas a través de México. Al manufacturar productos en suelo mexicano para luego exportarlos hacia el mercado norteamericano, China podría encontrar una forma de eludir las restricciones impuestas directamente sobre las importaciones desde Asia.

Esta estrategia no solo representaría una amenaza para la política comercial estadounidense, sino también un desafío adicional en la gestión de las relaciones económicas y comerciales entre México y China.

Después de las renegociaciones del Tratado entre México, EEUU y Canadá rebautizado T-MEC, los EEUU han presionado a México para unirse a la lucha contra las importaciones chinas, y estas presiones han llegado incluso a amenazar la prórroga del tratado al término de los 16 años de vigencia desde su entrada en vigor en 2018. Esto sería un golpe brutal para la economía mexicana y su comercio exterior, ya que se calcula que alrededor del 80% del total de sus exportaciones son hacia los EEUU.

Idas y vueltas en la estrategia conjunta

En los últimos meses, el Gobierno mexicano había dado señales de iniciar un bloque en conjunto con sus socios del T-MEC, para poder iniciar un freno a las importaciones de China. Las primeras medidas en este sentido, se implementaron en agosto de 2023, cuando el Gobierno decretó un aumento en los aranceles de importación para 392 fracciones de productos, incluyendo acero, aluminio, productos químicos, calzado, textiles y piezas automotrices provenientes de países sin Tratado de Libre Comercio con México.

Estos aranceles se incrementaron en un rango del 5% al 25%. Sin embargo, en abril de 2024, el Gobierno mexicano dio un paso más al decretar un nuevo aumento en los aranceles, elevándolos hasta un 50% y expandiendo su aplicación a 544 fracciones arancelarias.

Posterior a esto, en abril de 2024, la Secretaría de Economía de México anunció el inicio de una investigación antidumping sobre las importaciones de calzado provenientes de la República Popular China. En dicha investigación, se incluyen más de 500 empresas chinas proveedoras de calzado en condiciones de discriminación de precios.

Sumado a lo anterior, el 11 de junio de 2024, el Gobierno de México anunció un acuerdo que realizó en conjunto con EEUU, donde establece que las importaciones de acero que no hayan sido fundidas o vertidas en México, Estados Unidos o Canadá, deberán pagar un arancel del 25%. Para el aluminio, los gobiernos fijaron un arancel del 10% sobre aquellos productos fundidos o moldeados en China, Rusia, Bielorrusia o Irán.

Con lo anterior, todo apuntaba a que México declaraba abiertamente una alianza con EEUU y Canadá en contra de las importaciones chinas, sin embargo, en las últimas semanas, los Gobiernos de los tres países han tenido diferencias en torno a las polémicas declaraciones por parte de los Embajadores de EEUU y Canadá, en las cuales opinaban e invitaban al Estado Mexicano a reconsiderar algunas reformas a la Constitución Política de México.

Esto desató que el mismo Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, declarara una “pausa” a las relaciones con los diplomáticos de ambos países. Sin embargo, la tensión se intensificó cuando el propio Brian A. Nichols, subsecretario para el Hemisferio Occidental del Departamento de Estado de los EEUU, en un comunicado oficial, anunciara que respaldaba las opiniones del Embajador de la Unión Americana en México y aseguraba que su intención es proteger la relación e intereses de ambos países, y que esta no se vea afectada por las reformas a nivel federal en las que se encuentran ya trabajando los legisladores Mexicanos.

De esta forma, el escenario dio un cambio de último minuto y tal parece que, en los próximos meses, los gobiernos de los tres países deberán ponerse de acuerdo y limar asperezas en torno a hacer frente al comercio chino. Todo esto podría ser abordado en reuniones oficiales incluso antes de 2026, año en el que el T-MEC tendrá su primera revisión desde su entrada en vigor, tal como se señala el Artículo 34.7 del propio tratado.

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