La Secretaría de Industria y Comercio, dependiente del Ministerio de Economía, anunció que derogará los reglamentos técnicos de bicicletas, cámaras y cubiertas en los próximos días, buscando simplificar la comercialización de estos productos. Esta iniciativa apunta a fomentar la libre competencia y reducir costos innecesarios que han encarecido el mercado local.
Según indicó en sus redes sociales el Subsecretario de Comercio Exterior, Esteban Marzorati, hasta el momento, las normas establecen que los importadores o comercializadores deben certificar las plantas de producción en origen una vez al año y ensayar los productos mediante muestras.
Dichos procedimientos elevan los costos y demoran la entrada de bicicletas al mercado local, lo que, en definitiva, incrementa los precios a los que acceden los consumidores. Eso justamente se eliminará con la nueva medida, que no exigirá el envío de muestras para su certificación, lo que reducirá significativamente los tiempos y los costos asociados al proceso de importación.
Altos precios y bajo nivel de importaciones
En el comunicado oficial del Gobierno nacional, se indicó que Argentina se posiciona como el segundo país con bicicletas más caras en comparación con otras economías como Inglaterra, Estados Unidos, España, y Brasil.
Para clarificar esto, se señaló el ejemplo del modelo Mountain Bike rodado 29, que se vende en el país por $549.000, mientras que en Francia su precio es de $261.485 y en Estados Unidos alcanza los $244.333 (convertido a pesos argentinos).
Además, Argentina es el cuarto país de América Latina con menos importaciones de bicicletas en relación con su consumo. Solo el 10% de las bicicletas comercializadas en el país provienen del exterior, lo que demuestra la dependencia de la producción local, que no ha logrado compensar la demanda ni ofrecer precios competitivos.
Al eliminar los reglamentos técnicos, se espera que los importadores puedan acceder a productos con precios más bajos, a la vez impulsando una mayor variedad de modelos en el mercado.
Otro rubro alcanzado por la facilitación de las operaciones de comercio exterior
Por otra parte, en el sentido de simplificación del comercio que viene llevando a cabo el Gobierno, el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA) introdujo un nuevo marco regulatorio con la Resolución 1065/2024, que busca mejorar la competitividad de Argentina en el comercio exterior de productos veterinarios.
La medida, que entrará en vigor el 1 de octubre de 2024, simplifica los procedimientos de inscripción para productos biológicos veterinarios y equipos de diagnóstico, un sector clave en la exportación de insumos agropecuarios. El objetivo principal de esta resolución es eliminar las barreras burocráticas que afectaban los tiempos y costos de las empresas involucradas en la exportación de productos veterinarios.
La transferencia de las tareas de inscripción a la Dirección General de Laboratorios y Control Técnico de SENASA, apunta a que los procesos se agilicen considerablemente, mejorando la capacidad del país para cumplir con los exigentes estándares internacionales y facilitar su integración en el mercado global.
Esta actualización normativa es particularmente relevante para el comercio exterior, ya que Argentina forma parte del Comité de las Américas de Medicamentos Veterinarios (CAMEVET). Este organismo busca la armonización de normativas y controles sanitarios entre los países de la región, lo que permite que los productos veterinarios locales puedan ser comercializados más fácilmente en mercados internacionales.
Al adecuarse a las directrices globales, Argentina estará en condiciones de exportar productos con mayor eficiencia, aumentando así su participación en las cadenas de valor globales relacionadas con la sanidad animal y la seguridad alimentaria.
La modernización del marco regulatorio también tendrá un impacto directo en la capacidad del país para acceder a nuevos mercados y mejorar la competitividad de las exportaciones. Con la simplificación de estos procedimientos, las empresas argentinas podrán ofrecer productos veterinarios con tiempos de respuesta más cortos y a costos más competitivos, lo que favorecerá su inserción en mercados extranjeros y contribuirá a fortalecer el comercio exterior agropecuario del país.