Importaciones y logística en la industria del petróleo

Homero Morán, Especialista Senior en Logística en una importante empresa proveedora de productos y servicios para la industria energética a nivel mundial, analiza las particularidades de este rubro y comparte sus experiencias de gestión en los mercados venezolano y argentino

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Homero Morán es Especialista Senior en Logística para la industria del petróleo (Foto: Movant Connection)
Homero Morán es Especialista Senior en Logística para la industria del petróleo (Foto: Movant Connection)

En diálogo con Movant Connection, Homero cuenta que se desarrolló profesionalmente en el rubro logístico cosechando experiencias tanto en Venezuela como en Argentina, donde se especializó en el abastecimiento de herramientas y equipamientos para la extracción de hidrocarburos, siempre enfocado en cumplir con las necesidades de su “cliente interno”.

¿Qué relevancia tiene la industria petrolera en los distintos países en los que has trabajado?

El petróleo representa el 80% del comercio en Venezuela. Eso marca una diferencia respecto a Argentina, donde existe una mayor diversidad de sectores como el agro, los lácteos y el turismo.

En Venezuela, el nivel de importancia del sector petrolero es tal que ha moldeado la educación y la industria durante los últimos 80 o 100 años, con carreras enfocadas en ingenierías relacionadas con el petróleo, como ingeniería petrolera, industrial, mecánica y de mantenimiento. La mayoría de las industrias, como transporte y mantenimiento, también están vinculadas y orientadas a apoyar a ese sector.

¿Cuáles eran tus responsabilidades en Venezuela?

Yo estaba a cargo del área logística doméstica en el sector occidental de la empresa, donde dirigía a seis personas encargadas de coordinar el transporte terrestre de herramientas y equipos necesarios para los pozos petroleros.

Además de movilizar los equipos, también me encargaba de gestionar la logística del personal que debía trasladarse a los distintos pozos. Los empleados trabajaban en turnos de 7 días, por lo que era necesario organizar el transporte para reemplazar al equipo saliente. Esto implicaba coordinar camionetas para llevar al nuevo grupo al pozo, asegurando que todo el proceso se realizara de manera eficiente y sin interrupciones.

Además de coordinar estos aspectos, debía supervisar a las empresas contratistas, asegurando que todo el personal contara con los cursos y certificaciones necesarias para trabajar, así como de que los vehículos estuvieran en buenas condiciones.

La logística no se trata solo de mover un equipo o trasladar un camión, sino también de asegurar que las personas y los vehículos involucrados en el proceso estén en condiciones óptimas para evitar inconvenientes. Desde el sector logístico es crucial garantizar que todo funcione correctamente para generar confianza, asegurando que el cliente interno reciba su producto a tiempo y en perfectas condiciones.

Luego de tu experiencia en Venezuela, comenzaste a trabajar en la misma industria pero en Argentina. ¿Qué diferencias operativas percibiste entre ambos países?

Dependiendo del tipo de organización en la que trabajes, existen sistemas que se utilizan de manera estándar en diferentes países. Sin embargo, al cambiar de país, las normativas pueden variar, y esto afecta el comercio exterior. Por ejemplo, las reglas de importación y exportación no son las mismas en Venezuela, Perú, Colombia o Argentina. Estas diferencias requieren adaptarse a las regulaciones específicas de cada lugar para gestionar correctamente las operaciones internacionales.

También hay diferencias significativas en cuanto a la extracción y producción entre los pozos de Argentina y los de Venezuela. En Argentina, se exploran tanto pozos convencionales como no convencionales, especialmente en Vaca Muerta, que es el foco actual de la industria.

El petróleo representa el 80% del comercio en Venezuela. Eso marca una diferencia respecto a Argentina, donde existe una mayor diversidad de sectores como el agro, los lácteos y el turismo (Foto: REUTERS/Agustín Marcarian)
El petróleo representa el 80% del comercio en Venezuela. Eso marca una diferencia respecto a Argentina, donde existe una mayor diversidad de sectores como el agro, los lácteos y el turismo (Foto: REUTERS/Agustín Marcarian)

En cambio, en Venezuela los pozos son más pequeños y menos profundos. Por ello, las herramientas utilizadas por los clientes internos son diferentes. Por ejemplo, en Venezuela se importan guayas y cañones para perforaciones, mientras que en Argentina se utilizan herramientas de telemetría y perforación direccional en taladros.

¿Cómo describirías la dinámica importadora actual en Argentina?

Este año, con el cambio en el sistema de importación, se facilitó el proceso para los importadores, ya que antes era muy restrictivo y ahora las solicitudes se aprueban rápidamente.

Por otra parte, el aumento del Impuesto PAIS fue una decisión que afectó a muchas empresas, ya que no estaba contemplado en los costos. Sin embargo, recientemente este impuesto se redujo del 17,5% al 7,5%, lo que flexibiliza las condiciones para los importadores, mejora los costos de venta y, en última instancia, brinda alivio al consumidor final.

¿La industria petrolera argentina cuenta con alguna facilidad normativa para las importaciones?

El proceso del sector es el mismo que el de otras industrias, no hay una ventaja en particular, pero cuando se trata de importar herramientas esenciales para trabajos urgentes de perforación, se notifica con mayor prioridad. Por otro lado, al mencionar que se trata de importaciones para Vaca Muerta se suele generar una atención especial en comparación con otros productos.

Además, si las herramientas o equipos han sido usados previamente en otro país, se requiere un trámite adicional en la Aduana, que incluye una certificación especial para equipos usados.

¿Cómo creés que va a impactar el avance de la tecnología en la industria del petróleo?

El mundo entero, no sólo el sector petrolero, avanza constantemente hacia nuevas tecnologías. En ese sentido, el ámbito del petróleo y el gas no es la excepción.

Hace 10 años importábamos herramientas con una tecnología que hoy ya es obsoleta, y este avance sigue el ritmo de las actualizaciones globales. El sector no se queda estancado en tecnologías pasadas, sino que se actualiza de manera continua, adaptándose a las innovaciones que surgen día a día y, seguramente, esa tendencia se va a mantener en el futuro.

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