Las exportaciones de minerales de Argentina, un sector clave en la economía nacional, registraron una caída del 35,4% en julio de 2024 en comparación con el mismo mes del año anterior, al totalizar con un total de 244 millones de dólares de recaudación. Así surgió del último informe publicado por la Subsecretaría de Desarrollo Minero, dependiente de la Dirección Nacional de Promoción y Economía Minera.
Este dato mensual también da como resultado un total de 2.167 millones de dólares durante los primeros siete meses del año, lo que a su vez refleja una caída interanual del 6,8%.
El impacto de esta contracción en las exportaciones mineras se ve exacerbado por su baja participación en el total de las exportaciones argentinas, donde representaron solo el 3,8% en julio y el 4,9% en el acumulado de 2024. Pese a la caída en valores absolutos, el desempeño del sector en lo que va del año se sitúa un 3,4% por encima del nivel promedio registrado entre 2010 y 2023 para los mismos meses.
Contracción en las exportaciones de minerales metalíferos
Los minerales metalíferos sufrieron un retroceso notable en julio de 2024. Las exportaciones de esta categoría totalizaron 195 millones de dólares, lo que equivale a una caída interanual del 32,7%.
En ese marco, el oro, que representó el 63% del total exportado con 153 millones de dólares, y la plata, con el 15% y un total de 37 millones de dólares, fueron los principales responsables de esta disminución, registrando caídas interanuales del 34,5% y 28,5%, respectivamente.
En el acumulado de los primeros siete meses del año, las exportaciones de minerales metalíferos sumaron 1.760 millones de dólares, mostrando una ligera alza del 0,5% respecto al mismo período del año anterior.
El oro sigue ocupando el primer puesto en el ranking de exportaciones mineras, aportando 1.430 millones de dólares, lo que representa un crecimiento del 11,4% en comparación con el año anterior. Por otro lado, la plata continúa en retroceso, con una caída del 32,4% en los montos exportados.
Exportaciones de litio cayeron y otros minerales no logran compensar
El litio, que ha sido una de las promesas del sector minero argentino, también experimentó un fuerte revés en julio de 2024. Las exportaciones de este mineral totalizaron 32 millones de dólares, lo que representa una caída interanual del 57,4%. En los primeros siete meses del año, las ventas de litio al exterior alcanzaron los 321 millones de dólares, lo que significa una disminución del 34,7% en comparación con el mismo período de 2023.
El resto de los productos mineros, que incluyen minerales no metalíferos y rocas de aplicación, alcanzaron los 17 millones de dólares en julio de 2024, mostrando un crecimiento interanual del 32,3%. Sin embargo, en el acumulado del año, estos productos sumaron 87 millones de dólares, un incremento modesto del 5,4% que no logra contrarrestar las caídas en las otras categorías principales.
Principales destinos y situación global
Las exportaciones mineras argentinas están altamente concentradas en unos pocos destinos, siendo Suiza, Estados Unidos, China y Canadá los principales compradores, explicando el 76% del total exportado en julio de 2024 y el 79% en el acumulado del año.
Sin embargo, las caídas en estos mercados han tenido un impacto significativo en las cifras globales de exportación. Suiza, por ejemplo, vio una disminución del 42% en las importaciones de minerales argentinos en julio, mientras que Canadá experimentó una caída del 40%.
El litio, por su parte, sigue siendo dominado por un reducido número de países, con China, Estados Unidos y Corea del Sur representando el 93% de las exportaciones en julio de 2024. A pesar de la disminución en los montos exportados, China ha incrementado su participación en un 102% en los primeros siete meses del año en comparación con el mismo período de 2023.
El desempeño de las exportaciones mineras de Argentina en 2024 refleja los desafíos que enfrenta el sector, con caídas significativas en precios y volúmenes que afectan tanto a minerales tradicionales como emergentes. Las cifras muestran una necesidad de resiliencia en un contexto global de alta volatilidad y competencia.