La Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (CIARA) y el Centro de Exportadores de Cereales (CEC) anunciaron que, durante el mes de agosto de 2024, las empresas del sector agroexportador liquidaron 2.451 millones de dólares.
Este monto representa un aumento significativo del 40% en comparación con el mismo mes del año anterior, aunque una disminución del 6% respecto a julio de 2024. Durante los primeros ocho meses del año, la liquidación total registró un incremento del 9,4% respecto al mismo período en 2023.
Las entidades que representan el 48% de las exportaciones argentinas atribuyeron este resultado al régimen de dólar exportador vigente desde diciembre de 2023, que favorece la competitividad del sector. Además, indicaron que el ingreso de divisas se vio influenciado por factores como los precios internacionales, las condiciones climáticas, la presencia de plagas que afectaron la cosecha de maíz y soja, y la relación entre los costos de insumos y granos.
El impacto del régimen de dólar exportador y otros factores clave
El régimen de dólar exportador ha sido un pilar fundamental para sostener el ingreso de divisas, permitiendo a las empresas agroexportadoras seguir comprando granos a los productores al mejor precio posible. Este mecanismo de liquidación de divisas no solo facilita la compra de granos, sino que también asegura la continuidad de las exportaciones, ya sea de granos en su estado natural o transformados en productos procesados, como aceites y harinas proteicas.
La mayor parte del ingreso de divisas en este sector se produce con antelación a la exportación, lo que implica una planificación financiera robusta. En promedio, las divisas se liquidan 30 días antes en el caso de la exportación de granos, mientras que para aceites y harinas proteicas, el período de anticipación puede extenderse hasta 90 días. Esta estrategia de anticipación es clave para evitar retrasos en la liquidación, a pesar de las fluctuaciones propias del ciclo comercial de los granos y las variaciones en las condiciones del mercado.
Condicionantes y fluctuaciones en la agroexportación
El sector agroexportador, sin embargo, sigue enfrentando desafíos importantes que condicionan el ritmo de ventas y fijaciones. Las condiciones climáticas adversas y la presión de plagas han impactado en el ritmo de cosecha, lo que a su vez afecta la oferta disponible para la exportación. A estos factores se suman las oscilaciones internacionales de precios y la retracción de la oferta, que generan incertidumbre en el mercado.
Además, la capacidad ociosa de la industria agroindustrial argentina es otra variable crítica. Actualmente, se estima que la capacidad instalada de procesamiento de soja en el país está cerca del 70%, lo que subraya la necesidad de políticas que promuevan una mayor eficiencia y aprovechamiento de los recursos disponibles.
El rol estratégico del complejo oleaginoso-cerealero en la economía argentina
El complejo oleaginoso-cerealero sigue siendo un pilar de la economía argentina, aportando el 50,1% del total de las exportaciones del país en 2023, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec).
Este sector, que incluye al biodiésel y sus derivados, tiene en la harina de soja su principal producto de exportación, representando el 12% del total exportado por Argentina el año pasado. El maíz y el aceite de soja siguen en importancia, con el 11% y 6.9% respectivamente.
La situación del complejo oleaginoso-cerealero argentino en agosto de 2024 ilustra tanto el potencial como las vulnerabilidades que forman parte de este sector que representa uno de los más importantes de la economía nacional. Con un ingreso de divisas robusto, pero con desafíos latentes, el sector sigue siendo un actor clave en la balanza comercial argentina y un punto de referencia para la política económica del país.