En diálogo con Movant Connection, Ángel describe las dificultades de gestionar exportaciones e importaciones, y la actual situación normativa del comercio exterior en Argentina.
¿De dónde vienen los insumos de la industria del plástico?
Estamos manejando la adquisición de insumos plásticos a través de un trading que trabaja con diferentes fabricantes, los cuales pueden provenir de diversos lugares como Estados Unidos, China e incluso Vietnam. Además, también contamos con proveedores de la región, incluyendo Brasil, Chile y Uruguay.
Actualmente, uno de nuestros proveedores más importantes de polipropileno es de Chile. Este proveedor nos permite reducir los tiempos logísticos debido a la proximidad geográfica y, al ser parte de la región, también nos beneficia con preferencias arancelarias, lo que facilita y optimiza nuestras operaciones.
¿Cómo elegís a los proveedores?
La elección del proveedor depende de varios factores, principalmente los precios que ofrecen y los tiempos de entrega que necesitamos.
Además, es bueno manejarse con proveedores con los que haya confianza. En la empresa en la que trabajo tenemos ese tipo de vínculos con quienes nos suministran ciertas materias. Este tipo de proveedores ofrecen una mayor flexibilidad al momento de negociar y explicar la coyuntura del país. A la vez, siempre es necesario explorar nuevas opciones en el mercado.
¿Cómo gestionás la logística internacional?
En la logística internacional es fundamental mantener un contacto constante con diferentes actores. Sin embargo, tratamos de centralizar todo a través de forwarders, que nos ofrecen la ventaja de centralizar la información y proporcionar múltiples opciones, facilitando así la gestión.
Además de las importaciones desde países de la región, también gestionamos la logística terrestre. Donde trabajo, exportamos gran parte de los insumos que traemos, que suelen importarse de manera temporal para su transformación.
A la vez, contamos con sedes en Uruguay y Brasil, y estamos abriendo otra en Estados Unidos. Esto nos lleva a manejar no solo la logística de importación, sino también la de exportación, lo que nos brinda una perspectiva más amplia sobre las operaciones logísticas.
¿Hay diferencias entre las exportaciones y las importaciones?
La dinámica de la exportación es mucho más rápida que la de la importación. En una importación, especialmente desde China, los tiempos son más extendidos: te comunicás con el proveedor, coordinás la orden y luego gestionás la logística con el forwarder. Una vez que la mercadería embarca, tenés entre 30 y 55 días hasta que llega.
En contraste, la exportación es un proceso más ágil. Los productos se fabrican en la planta y se envían rápidamente, a menudo en un plazo de dos o tres días. La empresa cuenta con la habilitación para realizar exportaciones directamente desde la planta, lo que elimina la necesidad de utilizar un depósito fiscal. Esto facilita la gestión operativa del comercio exterior, ya que todo se maneja localmente, a solo metros de la oficina de Comercio Exterior, lo que agiliza aún más el proceso.
¿Cómo ves el escenario actual para el comercio exterior?
Actualmente, la situación se está volviendo un poco más favorable. Creo que, en general, quienes trabajamos en comercio exterior estamos viendo el panorama con más optimismo que en agosto del año pasado.
Con reglas más claras y algunas herramientas que ha implementado el gobierno actual, sin entrar en consideraciones partidarias, noto que hay una apertura significativa en el comercio exterior.
Ahora, con la apertura de pagos al exterior y la flexibilización de algunas barreras que antes existían, siento que tenemos más margen de maniobra y mayores oportunidades de crecimiento en el sector de comercio exterior. Aunque el contexto económico y social no sea el más favorable, creo que hay un potencial considerable para que la situación mejore aún más.