Luis Caputo, Ministro de Economía, anunció una significativa reducción en la alícuota del Impuesto PAIS para la importación de bienes y fletes, que pasará del 17,5% al 7,5% a partir del 2 de septiembre.
Esta medida, que busca aliviar la carga sobre el comercio exterior, se produce en un contexto económico marcado por la recesión y en el cual se viene registrando una caída de las importaciones. Sin embargo, la rebaja no aplicará a los gastos de turismo en el exterior, una exclusión que ha generado diversas reacciones entre los analistas.
El Impuesto PAIS, creado en diciembre de 2019, ha sido una herramienta para compensar la caída de ingresos tributarios en medio de un contexto de menor actividad económica. La tasa se había incrementado temporalmente al 17,5% y se reducirá al 7,5%.
Así, entre enero y julio de este año, la recaudación alcanzó los 4,2 billones de pesos, un monto cercano al generado por el Impuesto a los Débitos y Créditos Bancarios, que refleja el nivel de actividad económica formal en el país. A pesar de este rendimiento, la necesidad de un alivio en las operaciones de comercio exterior ha llevado al Gobierno a revertir parte de los incrementos aplicados en diciembre de 2023.
Impacto de la reducción en el comercio exterior
La rebaja del Impuesto PAIS representa un abaratamiento significativo del dólar comercial para los importadores. Este ajuste busca incentivar las importaciones en un momento donde la economía muestra signos de contracción.
El stock acumulado de bienes importados y la persistente caída en la demanda podrían ser predictores que indiquen que, a pesar de la reducción, no se espera un incremento masivo en las operaciones.
Este movimiento también se puede interpretar como un gesto hacia las negociaciones que el Gobierno de Javier Milei busca mantener con el Fondo Monetario Internacional (FMI). En junio, organismo internacional desembolsó 800 millones de dólares, pero insistió en la necesidad de un tipo de cambio más flexible y en la eliminación progresiva del Impuesto PAIS antes de fin de año. Con esta reducción, se avanza en esa dirección, aunque la eliminación total de la alícuota está prevista para diciembre.
Las tensiones en torno a la continuidad del cepo cambiario y la resistencia a implementar una nueva devaluación han sido puntos críticos en las conversaciones con el FMI.
La exclusión del turismo y su repercusión en el sector
A pesar de las expectativas generadas, la rebaja del Impuesto PAIS no incluirá los gastos de turismo en el exterior. Caputo aclaró que, al menos por ahora, la medida se limitará a las importaciones de bienes y fletes, dejando fuera a uno de los sectores más gravados por la carga impositiva actual.
El dólar turista, que se calcula aplicando un 30% sobre el tipo de cambio minorista en concepto de Impuesto PAIS y otro 30% de percepción a cuenta de Ganancias o Bienes Personales, se mantendrá sin cambios, lo que implica que los viajeros seguirán enfrentando un costo superior a los 1.500 pesos por dólar, cifra que incluso supera al dólar blue y al dólar MEP.
Según el último informe del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), durante julio, en plena temporada alta de turismo invernal, ingresaron al país 959.000 visitantes, mientras que 1.190.400 residentes salieron al exterior, generando un saldo negativo de 231.400 viajeros. Esta dinámica refleja el atractivo de los destinos internacionales para los argentinos, a pesar de los elevados costos asociados.
Perspectivas y desafíos para el comercio exterior
La reducción del Impuesto PAIS es un paso relevante para los importadores, quienes han visto cómo las políticas fiscales y monetarias han encarecido el acceso a insumos y bienes del exterior en un contexto de alta inflación y recesión. Sin embargo, la medida también plantea desafíos, especialmente en cuanto a la efectividad de la misma para revitalizar un comercio exterior que se enfrenta a un entorno global complejo y a una economía doméstica en desaceleración.
El mercado estará atento a cómo impacte esta reducción en los precios de los bienes importados y en la competitividad de las empresas argentinas que dependen de insumos extranjeros.
En definitiva, la rebaja del Impuesto PAIS es un alivio esperado para el sector importador, pero su impacto real dependerá de cómo evolucionen tanto la demanda interna como las políticas económicas en los próximos meses. Con el horizonte anunciado de diciembre como límite para la eliminación total del impuesto, el comercio exterior argentino se encuentra ante un escenario en el que cada decisión propia y del Gobierno puede generar grandes repercusiones en sus negocios.