La situación actual afecta directamente los precios, ya que la demanda asiática muestra signos de contracción.
Las especulaciones sobre una posible “guerra comercial” entre Estados Unidos y China, dependiendo del resultado de las elecciones a fin de año en Estados Unidos, mantienen en alerta a los operadores de soja en Chicago. Estas especulaciones se intensifican dado que, hasta la fecha, solo se han comprometido 1 millón de toneladas de soja para la campaña 2024/25 desde Estados Unidos hacia China, cuando normalmente este compromiso alcanza las 7,6 millones de toneladas, según el promedio de los últimos cuatro años.
En este contexto, China continúa enfocando su demanda de soja en Sudamérica, aunque ya debería estar ocurriendo una transición hacia compras en América del Norte debido a la inminente llegada de la nueva cosecha. Sin embargo, la menor demanda china se hace evidente. En el primer semestre de 2024, las importaciones de soja por parte de China cayeron un 9% en comparación con el mismo período en 2023, alcanzando las 48 millones de toneladas, principalmente provenientes de Brasil y reduciendo la participación de Estados Unidos.
Además, se anticipan buenos niveles de oferta en Estados Unidos y en otros grandes productores, lo que ha contribuido a una tendencia bajista sostenida para la soja en el último tiempo. No obstante, no solo el aspecto comercial parece estar influenciando el mercado, sino también el impacto de la coyuntura económica en Asia y la disminución del consumo de carne de cerdo en China, lo cual podría estar afectando indirectamente la demanda de soja en ese país.
Desaceleración económica y peste porcina
China representa la mitad del consumo mundial de carne de cerdo, y la harina de soja constituye una parte importante de la dieta del ganado porcino. Según el último informe del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA) para 2024, se prevé una disminución del 3% en el consumo de carne de cerdo en China. Esta contracción se debe, en parte, a la desaceleración económica que enfrenta el gigante asiático en el presente año.
Además, las existencias de cerdas reproductoras disminuyeron significativamente desde los niveles elevados de años anteriores. Durante 2023, con más de 717 millones de cabezas, los abundantes suministros de carne de cerdo mantuvieron los precios deprimidos durante todo el ciclo.
Según el Ministerio de Agricultura y Asuntos Rurales de China (MARA), los productores porcinos experimentaron las mayores pérdidas sostenidas desde 2014. Esta situación se ha agravado con la peste porcina africana, lo que llevó a una liquidación acelerada de ganado en 2023 y el primer semestre de 2024.
Entre enero y junio de este año, la faena de cerdos en China alcanzó los 160 millones de cabezas, manteniéndose en niveles similares a los del primer semestre del año anterior. Este ritmo de liquidación es el más significativo en al menos quince años, reflejando una tendencia sostenida de liquidación del ganado porcino en el país debido a diversos factores económicos y sanitarios.
Según la última actualización del USDA en su informe de economías externas, se espera que la cantidad de vientres en China retroceda un 3% en 2024 en comparación con 2023, quedando en 695 millones de cabezas. Este sería el nivel más bajo desde 2021, lo que dejaría los stocks al final del año como los más ajustados desde 2019.
Menor nivel de vientres porcinos requiere, en suma, un menor nivel de alimento forrajero, debilitando la demanda por harina de soja. De hecho, sobre el mercado de futuros en China - Dalian Commodity Exchange - las cotizaciones por harina de soja retrocedieron 23% desde inicios de año y se encuentran en mínimos desde agosto del 2020.
Además de la caída en la demanda, China acumuló altos niveles de stocks de porotos de soja en los principales puertos del país. Durante 2024, estos niveles oscilaron diariamente entre 7 y 7,7 millones de toneladas. Este volumen, que solo ha sido superado en 2021, representa uno de los niveles más altos en al menos una década, lo que añade presión a las cotizaciones y agrava la tendencia bajista en el mercado de soja.
Las caídas en las cotizaciones de la soja impactaron fuertemente en los márgenes de molienda en las fábricas chinas. Actualmente, todas las terminales productivas están operando a contramargen, lo que significa que el margen promedio para la soja importada es tan negativo como lo fue en 2022. Esta situación refleja la presión económica a la que están sometidas las plantas de molienda en China, exacerbada por la caída en la demanda y los altos niveles de inventarios.
Como resultado de los márgenes operativos negativos y los altos niveles de reservas, junto con una demanda interna en contracción, el programa de importación de soja de China mostró signos de debilitamiento. Estas condiciones combinadas llevaron a una disminución en las compras de soja por parte del gigante asiático, afectando no solo los mercados internacionales, sino también las perspectivas de exportación para países productores clave como Estados Unidos y Brasil.
En un contexto desafiante para la demanda de proteínas, la dinámica comercial de la soja enfrenta un escenario complicado. China, que es el mayor importador mundial de poroto de soja, representa el 61% de las compras externas, con un promedio de 100 millones de toneladas importadas anualmente en las últimas cinco campañas. Esto ocurre en un marco de oferta mundial de soja en expansión, y se espera que la campaña 2024/25 marque un nuevo récord en la producción global.
La actual coyuntura en China está teniendo un impacto significativo en el mercado internacional de soja, siendo en gran parte responsable de las recientes caídas abruptas en las cotizaciones de esta oleaginosa. Con el inicio de la nueva campaña mundial y la cosecha en el hemisferio norte a partir de septiembre, las expectativas en torno a la demanda de poroto de soja están llevando a especulaciones que presionan los precios a la baja, alcanzando niveles mínimos en más de cuatro años.