“Durante los últimos años, con el dólar oficial atrasado, los importadores ingresaron mucho producto. Hoy hay en el mercado juguete importado para 10 años. Está saturado de mercadería; y el 40% del total del mercado corresponde a juguetes truchos”, precisaron desde la Cámara Argentina de la Industria del Juguete.
Esta contracción, reflejo del deterioro en el poder adquisitivo de las familias, no solo impacta el mercado interno, sino que también profundiza la crisis en el comercio exterior de juguetes, exacerbando un problema ya existente: la saturación de productos importados en un mercado en declive.
El contexto económico y su impacto en las ventas
En un escenario económico marcado por la inflación y la pérdida de poder adquisitivo, las familias argentinas redujeron significativamente sus gastos, afectando especialmente las compras de juguetes y productos relacionados con el Día del Niño.
Este año, a pesar de las promociones y descuentos ofrecidos por los comercios, el ticket promedio se redujo, lo que sugiere que los consumidores están priorizando productos más básicos y económicos. La contracción en las ventas no solo afecta a los comerciantes locales, sino que también repercute en la cadena de suministro y, en particular, en las importaciones.
La saturación del mercado con productos importados
Uno de los problemas más acuciantes en el sector de juguetes es la saturación del mercado con productos importados. Según datos de la Cámara Argentina de la Industria del Juguete, el mercado argentino se encuentra inundado con juguetes importados, en parte debido al retraso del tipo de cambio oficial, que permitió la entrada masiva de estos productos en los últimos años. Hoy en día, se estima que un 40% del total del mercado corresponde a juguetes “truchos”, lo que agrava aún más la situación.
Por otro lado, la CAME reporta que mientras en 2015 los juguetes nacionales representaban el 50% del mercado, en la actualidad esa cifra ha caído a sólo el 35%. Esta disminución en la participación de la producción local se ve reflejada en las cifras de importación. En el primer semestre de 2022, las importaciones del sector alcanzaron los USD 51 millones, pero este año cayeron a casi USD 35 millones, un descenso que revela la disminución de la demanda debido a la crisis económica y la saturación del mercado.
Estrategias de supervivencia en un mercado en declive
Para enfrentar esta situación, tanto fabricantes como comerciantes implementaron diversas estrategias comerciales. Algunas empresas optaron por descuentos y promociones agresivas, mientras que otras diversificaron su oferta para incluir productos más económicos que puedan atraer a un público más amplio. Sin embargo, estas tácticas tuvieron un impacto limitado, ya que la caída en las ventas continúa siendo significativa.
El sábado fue el día con mayor actividad, lo que marcó una diferencia significativa, ya que los días previos fueron comparables a una jornada normal. Sin embargo, la mitad de los comerciantes no se sorprendió por los resultados modestos, considerando que estaban dentro de lo esperado. Por otro lado, un 25% de los consultados afirmó que las ventas fueron peores o mucho peores de lo anticipado, mientras que un 26,9% opinó que el desempeño fue mejor o mucho mejor de lo previsto, según datos de CAME.
El ticket de ventas promedio fue de $31.987, un incremento del 165% en comparación con la última medición, pero aún inferior a la inflación anual, lo que indica que los consumidores ajustaron sus compras más en términos de valor que en cantidad de unidades. Este año, el 60,4% de los comercios ofreció alguna promoción, un aumento de 10 puntos respecto al año pasado, cuando solo el 50% recurrió a este tipo de estrategias, más comunes en épocas de baja demanda en Argentina.
Perspectivas a futuro y el rol del comercio exterior
Las perspectivas para el sector no son alentadoras. La saturación del mercado con productos importados, junto con la contracción del consumo, plantea un desafío significativo para la industria del juguete en Argentina. Los fabricantes nacionales, que ya enfrentan una competencia feroz por parte de los productos importados y falsificados, ven reducida su participación en el mercado, lo que podría tener consecuencias a largo plazo para la producción local.
El comercio exterior, que tradicionalmente ha sido un motor de crecimiento para la industria, se enfrenta a una encrucijada. La disminución de las importaciones podría aliviar la presión sobre los productores locales, pero también refleja una contracción general del mercado que no augura un retorno a los niveles de actividad previos.
La caída en las ventas del Día del Niño no solo subraya la crisis económica que atraviesa Argentina, sino que también destaca los desafíos estructurales que enfrenta el sector del juguete.