Temporada de arándanos en Argentina: desafíos y expectativas

El éxito de la temporada de arándanos no solo depende de la calidad de la fruta y de las condiciones climáticas locales, sino también de factores externos como las políticas comerciales internacionales, la competencia de otros países productores y las fluctuaciones en la demanda global.

Además, esta industria argentina se enfrenta a una competencia feroz por parte de Perú que, a la vez, impulsa la necesidad de mejorar la logística y reducir costos. Si, a partir de ese proceso, se alcanza el nivel de adaptación necesario para responder a las demandas del mercado internacional, seguramente surgirán oportunidades significativas.

En ese marco, para esta temporada, las expectativas de las principales empresas exportadoras de esta fruta son optimistas, aunque se prevé que los precios internacionales serán considerablemente más bajos que los registrados en la exitosa campaña de 2023.

El año pasado, Argentina exportó un total de 6.305 toneladas de arándanos, lo que representó una de las mejores temporadas de los últimos años, especialmente para un mercado que había estado en crisis tras varios años de resultados desfavorables en términos comerciales.

Uno de los factores determinantes de las malas temporadas que atravesó el mercado de arándanos en Argentina fue el crecimiento desmedido que había experimentado el mercado peruano.

Perú tiene la característica de exportar la gran mayoría de sus arándanos por vía marítima, beneficiándose de una cadena de producción y distribución con costos significativamente más bajos que los del mercado argentino. A la vez, eso hace que competir en términos de precio y volumen sea casi imposible para Argentina.

Pero, en 2023, se dio una situación que rompió la tendencia cuando el país andino enfrentó un retraso significativo en el inicio de su temporada debido al fenómeno climático conocido como El Niño.

Además, la falta de fruta en el hemisferio norte (especialmente en Estados Unidos) y en los principales países europeos (como Alemania y Holanda) resultó en precios elevados en el mercado internacional.

Todos esos factores combinados, generaron una inesperada oportunidad para los productores argentinos que les permitió finalizar una temporada con saldo positivo. Sin embargo, resta saber si se podrán saldar algunas de las deudas pendientes en la industria.

Un aspecto a destacar es el impacto de la logística en la competitividad de las exportaciones de arándanos. En Argentina, en 2023, el 91% de las toneladas vendidas al exterior fueron enviadas por vía aérea. Eso refleja la urgencia por colocar la fruta en el mercado rápidamente, pero también indica costos logísticos altos.

En contraste, Perú desarrolló una infraestructura marítima eficiente, permitiendo envíos masivos a menor costo que los del mercado argentino. En el caso de la última temporada, el país andino comerció el 93% por transporte marítimo.

Para que Argentina pueda competir de manera más efectiva, será fundamental que se exploren opciones para optimizar la logística y reducir costos, una posibilidad puede ser incrementar la capacidad de envíos marítimos, sin sacrificar la frescura y calidad del producto.

Además, el sector debe estar preparado para enfrentar cambios abruptos en las condiciones del mercado, como lo fue el impacto del fenómeno El Niño. La capacidad de respuesta rápida y la flexibilidad en la estrategia de exportación serán claves para adaptarse a las condiciones cambiantes del mercado global.

Con un enfoque en la colaboración y la innovación, Argentina tiene el potencial de seguir destacándose en el mercado global de este fruto, asegurando un futuro próspero para sus productores y exportadores.