Cadenas de suministro: claves, desafíos y particularidades argentinas

En diálogo con Movant Connection, Juan Manuel cuenta algunas de las características que deben tener las personas que integran equipos encargados de las cadenas de suministro. Además, destaca la importancia de poner el foco en la obtención de resultados.

En lo que tiene que ver con la logística, hay varias deudas vinculadas al transporte. Por ejemplo, en Argentina, que es un país tan extenso, la falta de una estructura de transporte de carga por trenes genera aumento de costos logísticos respecto de otros países perdiendo competitividad. Por otro lado, esto genera un excesivo transporte por camiones que daña las rutas y aumenta la necesidad de inversión a nivel país en su mantenimiento, además de aumentar el riesgo de accidentes de tránsito

Hay muchas empresas que son muy buenas transportando productos de consumo masivos o dimensiones estándar, pero cuando te vas a lo más específico, que tiene que ver con cargas que superan las dimensiones más comunes, aparecen varias complejidades, como entender cuáles son los requerimientos técnicos de transporte y los permisos necesarios para mover ese tipo de carga.

En cuanto al comercio exterior, Argentina es un país complejo porque tiene un montón de regulaciones. En ese marco, si vos vendés soluciones, es fundamental entender los requerimientos particulares, y tener un buen despachante, para saber cómo clasificar tus productos y así no generar un problema a futuro.

Además, Argentina es un país que muchas veces cambia de requerimientos, eso te obliga a estar constantemente revisando cosas que estaban bien pero que, tras el último cambio de normativa, ya pueden no estarlo más.

Siempre, para cada país del cual se analiza importar, se evalúa si hay tratado de libre comercio, qué regulaciones tiene, y el producto en sí. Lo mismo pasa cuando se contratan servicios en el exterior.

Siempre hay que hacer un análisis para determinar cuál es el mejor flujo logístico en relación a costos y posibles riesgos. Porque puede pasar que consigas algo que, a nivel de costo parezca bueno pero que, al poner en la balanza todos los riesgos posibles que implica, no sea tan conveniente.

A los riesgos hay que ponerles precio. Eso puede servir para ver si el camino que tenés pensado es el mejor, o si te conviene evaluar uno alternativo.

Hay tres características que son clave. Lo primero es conformar el equipo con personas con determinado nivel de flexibilidad y madurez para que, cuando haya problemas, tengan la capacidad de poder afrontarlos.

Las dificultades pueden aparecer por el precio de determinado insumo, por el valor de la mano de obra, o por una restricción para importar por un certificado. Todo eso pasa por un tamiz en el que se analiza la operación desde diferentes ejes y con diferentes expertos para poder avanzar.

Es muy importante también poder aprender de las lecciones aprendidas. Cada proyecto es diferente pero hay ciertas temáticas o problemas que pueden ser comunes. En relación a eso, contamos con una base que nos permite pensar qué problema puede aparecer en cada parte del proceso.

Para mí esas tres cosas son clave: las personas que conforman el equipo, el tener un buen registro de experiencias pasadas y poder hacer un buen análisis de los posibles riesgos que puede atravesar el proyecto.

Cuando me tocó empezar a liderar equipos, el máximo desafío que tuve fue soltar la necesidad excesiva de control. Cuando empecé a tener equipos a cargo quería que la gente hiciera las cosas de la misma manera que yo. Eso me consumía mucha energía y, a la vez, veía que desmotivaba a las personas de mi equipo, porque quizá lo querían hacer de otra manera.

Tuve todo un proceso de aprendizaje sobre eso con la ayuda de otras personas, de mentores, de formaciones y de libros. De esa manera, me di cuenta que la gente tenía muchas mejores ideas que yo y que también las podían ejecutar mejor.

Eso me motivó a proponerle a las personas que traigan ideas nuevas, también busco mover a la gente dentro de la empresa y traer personal de fuera del mercado, como una forma de oxigenar el equipo con nuevas prácticas y formas de pensar.

Terminé viendo lo importante que es el resultado, siempre manteniendo parámetros de ética y tratos en el proceso, pero respetando que cada persona es diferente. Esas diferencias, en mi experiencia, permiten alcanzar mejores resultados.