El camino de la yerba: desde la cosecha hasta tu mate

Sebastián Quiñoy, Gerente Corporativo de Logística de una reconocida empresa de la industria yerbatera, explica cómo es el proceso de elaboración de este producto y detalla los factores que hacen crecer su demanda

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Sebastián Quiñoy es Gerente Corporativo
Sebastián Quiñoy es Gerente Corporativo de Logística de una reconocida empresa de la industria yerbatera (Imagen Movant Connection)

Desde la cosecha hasta la llegada al consumidor, Sebastián cuenta cuáles son las características y dificultades logísticas en la producción de yerba mate en Argentina.

¿Cómo es la logística de la industria de la yerba mate en Argentina?

El proceso de producción de la yerba tiene características muy particulares, combinando distintas estructuras: desde pequeños productores con vehículos precarios hasta procesos industrializados y robotizados con brazos mecánicos que arman los palets de mercadería. Es un proceso variado y nutrido, interesante tanto desde el punto de vista de la producción como de la logística.

La yerba recorre muchos kilómetros antes de llegar a la góndola y al consumidor, principalmente en camiones preparados para transportar yerba a granel y en big bags. Hay mucho movimiento logístico entre todos estos procesos hasta que finalmente llega al cliente.

La planta de yerba crece mejor en las zonas de Misiones y Corrientes, donde se encuentra el 98% de las plantaciones. Es un arbusto que se cosecha y tiene un tiempo muy limitado desde su recolección hasta su primer proceso industrial, que consiste en eliminar el agua de la hoja, ya que tiene un alto contenido de humedad.

En esa primera etapa se realiza una pequeña molienda de la hoja sin agua, conocida como “sapecado”. Este proceso se lleva a cabo principalmente en Misiones, en secaderos equipados con grandes tubos por donde pasa la yerba. En menos de un minuto, se seca y queda preparada para la siguiente fase de estacionado. Este estacionado puede ser natural, en cámaras, o más industrializado, y su duración depende del método utilizado. Después del estacionado, la yerba se muele al tamaño que conocemos los consumidores.

Posteriormente, dependiendo del tipo de producto final, la yerba puede mezclarse con otras hierbas provenientes de diferentes zonas como San Juan y Córdoba, y luego se envasa. Así se obtiene el producto terminado, listo para el consumo.

Por otra parte, en Argentina también hay algo de yerba importada, principalmente de Brasil y Paraguay, pero su cantidad es mínima y depende mucho de las condiciones del negocio, las posibilidades de importación y exportación, y las fluctuaciones del mercado.

En cuanto a la exportación, se realiza principalmente en palets y bultos, y a menudo se envasa según las especificaciones del destino, lo cual es una particularidad interesante. Además, algunas empresas exportan la materia prima pero el gran volumen corresponde a productos terminados.

¿Cuáles son los puntos más complicados de la logística de esta industria?

Al ser un alimento, la yerba requiere muchos cuidados desde el punto de vista de calidad. Todo debe estar preparado y habilitado por instituciones como el Senasa, y es necesario certificar la calidad en todos los procesos para asegurar que no haya contaminación. Además, dado que es un producto libre de gluten, es crucial evitar la contaminación cruzada en todo el proceso.

Por otro lado, Misiones es una zona con mucho calor en verano, por lo que se debe cuidar la hoja para que no se deteriore. Estos son detalles interesantes que añaden complejidad al proceso logístico.

"La yerba recorre muchos kilómetros
"La yerba recorre muchos kilómetros antes de llegar a la góndola y al consumidor, principalmente en camiones preparados para transportar yerba a granel y en big bags", afirma Sebastián (Imagen Ilustrativa Infobae)

¿En qué mercados hay demanda de yerba mate?

Existen dos mercados clave para este producto: uno emergente, impulsado por figuras del fútbol como Messi y otros futbolistas reconocidos, lo que despierta la curiosidad en muchos países sobre lo que están tomando. De esta forma se han generado nuevos mercados gracias a estos “embajadores”.

El otro mercado está compuesto por argentinos que se han mudado a otros países, creando pequeños nichos donde podemos abastecer.

Por otra parte, Chile, especialmente en el centro y sur, consume mucha yerba argentina. También exportamos a Europa, Estados Unidos, Canadá y Asia, donde el producto está ganando popularidad.

La yerba tiene un gran potencial debido a sus cualidades y beneficios, aunque se consume en diferentes formatos al mate compartido que tomamos en Argentina.

En tu experiencia, ¿se valoran de forma adecuada las tareas logísticas en los productos de consumo masivo?

Sí, la logística y toda la cadena de abastecimiento experimentaron un crecimiento enorme y cada vez tienen más importancia. Hoy en día, todas las compañías de consumo masivo cuentan con una posición en la mesa de dirección dedicada a la logística, con un profesional a cargo de la cadena de suministro. Este profesional se ocupa de controlar los costos, lo cual es particularmente relevante tanto a nivel nacional como global.

Además, es crucial tener una visión profesional de la logística y adaptarse a las nuevas tendencias de los consumidores. En este sentido, el logístico se enfrenta a numerosos desafíos, ya que las necesidades del cliente están en constante cambio.

¿Cuáles son las deudas pendientes de Argentina y de esta industria en particular con la competitividad?

Creo que los argentinos estamos acostumbrados a ser extremadamente flexibles ante los cambios en las normativas, lo que nos obliga a adaptarnos rápidamente. Sin embargo, ser más ordenados y previsibles en cuanto a las políticas de transporte, exportación y comercio exterior en general, nos ayudaría significativamente.

Aún tenemos muchas oportunidades en cuanto a la utilización de capacidades ociosas a lo largo de toda la cadena. Es crucial trabajar más estrechamente con nuestros proveedores para optimizar los procesos y lograr que nuestras cadenas funcionen de manera más rápida, ágil y eficiente.

Actualmente, perdemos mucho tiempo. Hay tramos en las rutas que se recorren vacíos, bodegas con espacios sin utilizar, y recursos humanos y tecnológicos desaprovechados. A nivel macro, tenemos la oportunidad de optimizar el uso de todos estos recursos para mejorar nuestra eficiencia y la capacidad exportadora del país.

La cadena de suministro en nuestra industria es muy larga y requiere socios que nos ayuden a recorrerla adaptándonos mutuamente. Esto es esencial para equilibrar costos y niveles de calidad, logrando los objetivos del complejo yerbatero de Argentina.

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