Competitividad e incertidumbre: el desafío de los supermercados argentinos

Fernando Aguirre, vocero de la Cámara Argentina de Supermercados (CAS), analiza la situación actual del sector supermercadista en Argentina

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Fernando Aguirre es vocero de la Cámara Argentina de Supermercados (Imagen Movant Connection)
Fernando Aguirre es vocero de la Cámara Argentina de Supermercados (Imagen Movant Connection)

Representando a una amplia red de supermercados pymes, en esta entrevista con Movant Connection, Fernando analiza la preocupación del sector por la inestabilidad económica y la importancia de mantener reglas claras para los exportadores.

¿Cuál es la actualidad del sector de los supermercados en Argentina?

El sector está preocupado, como todos los empresarios del país, debido a la inestabilidad y a las fluctuaciones en los precios. En los últimos meses, hemos visto fuertes aumentos de precios que luego se fueron estabilizando. Eso se dio por un incremento significativo de los proveedores que, en buena medida, se revirtió.

De esa manera, aunque parece imposible en Argentina, hubo una baja de precios porque algunos se estimaron con un dólar muy alto y, cuando el dólar se estabilizó, los precios también lo hicieron.

Sin embargo, en las últimas semanas, este proceso parece estar revirtiéndose. En Argentina es así, si el dólar sube, los precios también suben, incluso en productos que tienen poca o ninguna materia prima importada. Eso está pasando ahora: el dólar sube y, lentamente, los precios comienzan a moverse hacia arriba nuevamente.

En medio de todo eso, lo que estamos observando es que, desde hace meses, la gente se está inclinando hacia productos de menor valor, como las segundas o terceras marcas, las marcas propias de los supermercados y los envases más pequeños. Esto es un comportamiento típico en tiempos de crisis, similar a lo que hemos visto previamente en etapas similares.

¿Cómo impacta en el sector la apertura de importaciones que se está implementando?

Ese es un proceso lento; no se puede importar de un día para otro. Se necesita conocimiento, contactos y una serie de requisitos que, generalmente, las pymes no tienen y que, por lo tanto, probablemente nunca se decidan a importar por sí mismas. En todo caso, lo podrían hacer mediante un importador.

Las grandes cadenas, que básicamente son seis, están acostumbradas a importar y para ellas es un proceso bastante rápido. De hecho, ya se han realizado importaciones, pero aún no se puede decir que haya mucha presencia de productos importados en las góndolas de todo el país.

Argentina puede posicionarse en materia de precios siendo grandes exportadores de alimentos procesados (Shutterstock)
Argentina puede posicionarse en materia de precios siendo grandes exportadores de alimentos procesados (Shutterstock)

¿Cuál considerás que es el camino para estabilizar los precios en Argentina?

Entendemos que la forma en que Argentina puede posicionarse en materia de precios es siendo competitivos en el mundo, siendo grandes exportadores de alimentos procesados.

El grano de soja es un alimento, pero no un alimento procesado. Debemos impulsar la exportación de alimentos procesados, esa es la clave. Si somos competitivos y tenemos precios que puedan disputar a nivel mundial, no nos preocupará la importación. En el caso de lograr eso, probablemente los precios también se estabilicen porque, si aumentan las exportaciones ingresan más dólares, lo que ayuda a mantener estable el tipo de cambio.

Por otra parte, creemos que Argentina podría convertirse en uno de los grandes exportadores de alimentos saludables. Actualmente ya es uno de los cinco mayores exportadores de productos orgánicos a nivel mundial. Sin embargo, estamos observando una caída muy fuerte en el consumo, lo cual es muy preocupante y está poniendo en problemas a algunas empresas. Creo que este es uno de los temas que el Gobierno debe atender de manera urgente.

¿Qué factores impactan en la competitividad de las pymes argentinas que exportan?

Uno de los grandes problemas en las exportaciones son los constantes cambios de reglas. Ese tipo de modificaciones abruptas ponen a los exportadores en una situación muy difícil ya que, de repente, pueden encontrarse exportando a pérdida.

Las pymes no pueden mantenerse mucho tiempo exportando a pérdida. Por lo tanto, cortan la exportación, pierden ese mercado y recuperarlo es diez veces más difícil que comenzar, porque deben demostrar que no se retirarán nuevamente.

Por eso es crucial tener reglas claras y fijas en el tiempo, que perduren muchos años, para saber que las condiciones de exportación no cambiarán.

Miremos casos cercanos como el de Chile, que exporta vinos desde hace años y se mantiene en las góndolas de todo el mundo, mientras que nosotros entramos y salimos. Así no se puede exportar. Los brasileños lo tienen muy claro también: cambian los gobiernos, cambian las autoridades de los primeros niveles, pero de ahí para abajo todo sigue igual. Esas enseñanzas son las que debemos incorporar.

El tema del dólar es un factor crítico también. Cuando el dólar se devalúa o se revalúa, algo que en Argentina sucede con una frecuencia poco común en el mundo, desestabiliza todo tu modelo de negocios. Si el dólar fluctúa de manera considerable, se deben recalcular los costos constantemente, lo cual es inviable en el comercio internacional. Hay demasiada competencia para estar ajustando cuentas continuamente. No podemos permitirnos esto si realmente queremos ser un jugador importante en el mercado global de alimentos.

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