Sostenibilidad y tecnología: el futuro de la logística en España

En entrevista con Movant Connection, Rafael explica que, en España, la logística se encuentra frente a tres grandes desafíos y señala la relevancia que tendrá la acción de las administraciones públicas para superarlos.

La logística en España, y a nivel mundial, se ha puesto muy de moda en los últimos años. Antes, la mayoría de la población no sabía mucho sobre este sector, asociándolo únicamente con camiones o temas militares. Sin embargo, a raíz de la pandemia y el auge del comercio electrónico, todos hemos comprendido el impacto de la logística en nuestro día a día.

Ahora la gente entiende cómo el cierre de un puerto o un problema en el mar puede afectar directamente al consumidor. Esta mayor conciencia global sobre la logística se ha reflejado claramente en España.

Además, la logística se encuentra en el centro de atención por el desafío de la sostenibilidad. La cadena de suministro depende del transporte y este genera emisiones que están bajo observación en la actualidad.

España se enfrenta a complicaciones que se pueden resumir en tres grandes desafíos. En primer lugar, la sostenibilidad medioambiental. Se está poniendo mucho énfasis en reducir las emisiones contaminantes.

En segundo lugar, existe una falta de personal calificado, especialmente conductores de camiones pesados, aunque también se necesitan otros perfiles como jefes de tráfico, de almacén y personal de atención al cliente.

El tercer reto está relacionado a la irrupción de nuevas tecnologías. Las empresas que no están a la vanguardia de la digitalización y la tecnología están condenadas a desaparecer. Es crucial que las empresas gestionen la incertidumbre actual y adopten tecnologías emergentes para obtener una ventaja competitiva.

Además, en España se podría sumar un cuarto desafío: el salto al ferrocarril, que aún está por desarrollarse de manera adecuada. Esta transición podría ser una solución a los dos primeros retos mencionados.

La situación entre Rusia y Ucrania ha llevado a las empresas en Europa a acostumbrarse a la incertidumbre. Ya no se gestionan presupuestos para los próximos 3 o 5 años de manera confiable.

Por otra parte, actualmente, tanto a nivel europeo como global, enfrentamos un desafío muy importante: la desglobalización. Veníamos de un mundo cada vez más globalizado, con mayores conexiones y, debido a una serie de eventos, nos hemos dado cuenta de que debemos cambiar nuestra dependencia excesiva, especialmente de China.

Existe una guerra comercial entre Estados Unidos y China, y Europa se encuentra en medio de ella. Eso implica acercar la producción que antes se hacía en China a otros países, lo que impacta en la logística.

Aunque tenemos buenas perspectivas, enfrentamos una serie de desafíos que no compartimos con otros países y que deben resolverse. Sin embargo, la administración pública está intentando abordarlos, especialmente en lo que respecta a la sostenibilidad, porque las empresas no pueden hacer la transición solas, necesitan apoyo, no sólo en términos de normativa, sino también para facilitar el proceso.

A nivel impositivo, somos de los más castigados de la Unión Europea, lo que es un lastre para las empresas que quieren establecerse aquí. Sin embargo, actualmente, con ayuda del Estado, muchas empresas extranjeras se están instalando en el país y esperamos que la tendencia se mantenga en ese sentido.

Este rubro es muy prometedor y muchas empresas, tanto extranjeras como nacionales, están reconociendo que la logística es sinónimo de competitividad. Por lo tanto, creo que es un sector que va a seguir en auge, pero que necesita un poco más de reconocimiento y apoyo por parte de las administraciones públicas.