Liberalización del mercado cambiario: cómo impactan las nuevas regulaciones en los consumidores y empresas

El Banco Central de la República Argentina (BCRA) determinó modificaciones para el pago de importaciones y la liquidación de exportaciones de servicios. La norma publicada por la autoridad monetaria busca llevar alivio financiero para las empresas involucradas en el comercio exterior.

Uno de los principales cambios consiste en que el BCRA decidió acortar los plazos para las empresas que quieran acceder al mercado de cambios para pagar importaciones. El otro importante cambio que se determinó a partir del Comunicación “A” 8074 es el aumento del monto que los exportadores de servicios no están obligados a liquidar en el mercado de cambios.

Consultada por Movant Connection, una consultora especializada en comercio exterior y finanzas, señala que “si tu proveedor estaba dispuesto a financiarte 120 días a un determinado precio, quizás al reducir los plazos a 60 días se puede obtener un precio más competitivo”. Además, afirma que esta medida implica una reducción en los costos, tanto bancarios como financieros.

A modo de tendencia, la especialista también destaca que esta medida también “impacta en las expectativas, ya que claramente estamos yendo hacia un camino de normalización, de flexibilización, donde cada vez que el Banco Central tiene la oportunidad brinda alguna facilidad”.

Por su parte, un profesional de comercio exterior especializado en retail consultado por Movant Connection, considera que este nuevo contexto “va a traer beneficios a nivel consumo porque va a haber mayor oferta de productos y de insumos para aquellas empresas que los necesitan para producir”.

Además, destaca que esto también puede ser beneficioso para la industria local, ya que “se van a poder renegociar y mejorar las condiciones de pago, con lo cual también desde la mirada de la producción nacional posiblemente muchos proveedores van a poder importar materia prima bajo esas condiciones”. Además, señala que “las mejoras en las condiciones de pago representan una mejora para quienes importan y para los consumidores”.

Hasta el momento, las importaciones de bienes se pagan con un esquema de cuatro cuotas por un monto equivalente al 25% del valor a contar desde los 30, 60, 90 y 120 días corridos desde su ingreso aduanero.

El cambio consiste en que, a partir de agosto, estos bienes tendrán acceso al mercado de cambios para pagarse en dos cuotas, una a partir de los 30 días y la segunda a partir de los 60 días de su ingreso aduanero, por el 50% cada una.

Con la nueva calendarización de pagos, algunos bienes tendrán esquemas particulares: los bienes vinculados a la energía se pagarán al contado, mientras que productos farmacéuticos, bienes relacionados con la salud, fertilizantes, productos fitosanitarios y productos de la canasta básica tendrán acceso al mercado de cambios a los 30 días desde el registro de ingreso aduanero.

En tanto, los bienes suntuarios y autos terminados, que se pagaban a partir de los 120 días, a partir de agosto podrán acceder al mercado de cambios a los 90 días. Al respecto, la consultora contactada por este medio explica que se está llevando a cabo “una baja progresiva”, ya que recientemente hubo una baja de plazos para este tipo de productos y ahora se da una más.

Además, indica que esta medida “va a tener un impacto en costos porque 90 días es una ventana mucho más corta, donde las empresas van a tener más certidumbre sobre lo que puede pasar y van a poder desarrollar una política de precios considerando el costo del producto de forma mucho más adecuada”.

El BCRA también decidió aumentar el monto que los exportadores de servicios no están obligados a liquidar en el mercado de cambios. Anteriormente, el límite era de 12.000 dólares por año.

A partir de la comunicación de la autoridad monetaria, las personas humanas residentes podrán cobrar hasta 24.000 dólares anualmente en sus cuentas locales en dólares sin la obligación de liquidarlos en el mercado de cambios oficial. Esta adecuación es una respuesta a la necesidad de mayor flexibilidad en la política cambiaria, facilitando así las operaciones de los exportadores de servicios y promoviendo un entorno más favorable para su desarrollo.