Uruguay: desafíos y potencial en el comercio internacional

Sin embargo, actualmente, el país sudamericano se encuentra con desafíos que deben ser abordados lo antes posible para tomar decisiones que permitan aprovechar plenamente las oportunidades que ofrece el mercado mundial.

Uno de los desafíos más significativos que enfrenta el comercio exterior uruguayo es la necesidad continua de mejorar su infraestructura logística. Los puertos de Montevideo y Nueva Palmira son puntos clave para la exportación e importación de mercancías y es fundamental invertir en su expansión y modernización para aumentar su capacidad y eficiencia.

Al respecto, en abril de este año, la Administración Nacional de Puertos (ANP) inició el dragado del Puerto de Montevideo, aumentando la profundidad del acceso de 13 a 14 metros. Eso permitirá la llegada de buques portacontenedores y graneleros de mayor tamaño. También facilita el comercio de productos de países vecinos como Paraguay y Bolivia, que lo utilizan para acceder a mercados internacionales.

El dragado de 14 metros fue un objetivo largamente buscado, iniciado en 2013, que debía contar con el consentimiento de Argentina, el cual fue logrado luego de muchas idas y vueltas a inicios de este año.

Sin embargo, en ese sentido, es indispensable profundizar este tipo de políticas para aprovechar al máximo la capacidad exportadora del país.

Por otra parte, Uruguay es un país con una rica tradición agrícola y ha basado gran parte de su economía en la exportación de productos como carne, soja, arroz y lácteos. Históricamente, esa matriz productiva generó vulnerabilidad ante las fluctuaciones del mercado global.

A pesar de iniciativas para diversificar el comercio exterior, y mostrar avances, uno de los desafíos más importantes de Uruguay consiste en no desistir en el avance de nuevas ramas exportadoras.

Otro aspecto que resta abordar con mayor profundidad respecto de la agricultura uruguaya, es la sostenibilidad, factor que se ha vuelto clave en el comercio internacional.

Los consumidores y las empresas están cada vez más interesados en productos que se producen y transportan de manera sostenible. Uruguay tiene una ventaja competitiva en esa materia, ya que es reconocido mundialmente por su producción agrícola sostenible. Resta establecer estrategias para aprovechar al máximo esta tendencia que atraviesa a todo el mundo.

Finalmente, podríamos decir que Uruguay se beneficia de su pertenencia a bloques comerciales como el Mercosur. No obstante, en los últimos años, se ha generado una postura crítica en relación a éste, por un reclamo mayor flexibilidad y apertura.

A la vez, la actual política exterior del gobierno se ha orientado a la diversificación de mercados y la firma de acuerdos comerciales bilaterales y ha intentado avanzar incluso en negociaciones con países fuera del Mercosur, lo que ha significado tensiones con los países miembros de ese bloque.

Uruguay también intentó profundizar su relación con China, su principal socio comercial del país, y comenzó negociaciones por un posible tratado de libre comercio, objetivo que también encontró resistencia dentro del bloque regional latinoamericano.

En ese marco, parece clara la necesidad de un análisis que permita comprender las ventajas y contras de cada camino. A partir de eso, Uruguay podrá tomar una decisión clara y contundente respecto del rumbo internacional que debe tomar.