Una naviera internacional se sumó al listado de empresas que decidieron suspender la recepción de pagos en Bolivia. De esa manera, seguirán sus operaciones pero exigiendo que los pagos sean realizados en países vecinos como Chile o Perú. Esta medida surge como consecuencia de las dificultades que enfrentan las navieras para transferir lo facturado en Bolivia a sus casas matrices.
Esteban Arandia Pedrazas, especialista en supply chain y negocios en Bolivia, subrayó, en diálogo con Movant Connection, que “la suspensión de pagos en Bolivia por parte de estas navieras internacionales supone un duro golpe para el comercio exterior de Bolivia”.
La imposibilidad de realizar pagos dentro del país obliga a los importadores y exportadores a enfrentar complicaciones adicionales al realizar transacciones en el exterior, incrementando sus costos operativos y logísticos.
Arandia Pedrazas advierte sobre otro efecto preocupante: la posible desaparición de las oficinas que estas compañías mantenían en Bolivia. “Es muy probable que, en el corto plazo, estas oficinas cierren, ya que las empresas dejarán de operar en términos reales dentro del país”, comentó el especialista.
La incertidumbre generada por esta medida también puede afectar la posición de Bolivia en el mercado internacional. El incremento de costos operativos y logísticos puede llevar a una pérdida de competitividad frente a competidores de otros países que no enfrentan estas restricciones. Esto podría traducirse en una reducción de las exportaciones bolivianas y en una menor atracción de inversión extranjera, elementos cruciales para el desarrollo económico del país.
Además, la posible salida de las navieras del país podría debilitar aún más la infraestructura logística de Bolivia, reduciendo la disponibilidad de servicios de transporte marítimo y complicando las operaciones de comercio exterior. La situación también podría impactar negativamente en otros sectores económicos que dependen de un comercio exterior eficiente y accesible.
Impacto en los costos logísticos: cómo impactó la decisión de las navieras
La decisión de las navieras ha provocado un incremento del 30% en los costos logísticos en Bolivia, según detalla Arandia Pedrazas. Los importadores y exportadores del país andino se ven ahora obligados a asumir costos adicionales y enfrentar las complicaciones propias de la logística al realizar pagos en los países vecinos, afectando la competitividad y eficiencia de sus operaciones.
Este aumento de costos se debe a dos factores principales. Primero, el 20% del encarecimiento se relaciona con la diferencia del tipo de cambio necesaria para obtener los dólares con los cuales realizar los pagos.
En un contexto de escasez de dólares como el que atraviesa Bolivia, conseguir divisas en el sistema financiero formal se vuelve “casi imposible”, explica Arandia Pedrazas. Como consecuencia, la mayoría de la demanda de divisas se vuelca entonces al mercado informal, donde el valor es mayor.
El segundo factor, que representa el 10% del incremento, está directamente vinculado a las comisiones bancarias, una tasa regulada por la banca a través del Banco Central de Bolivia. Estas comisiones añaden un costo extra a las transacciones internacionales, sumando una complicación a la situación que atraviesan las empresas bolivianas que dependen del comercio exterior.
La suspensión de pagos en Bolivia por parte de las principales navieras internacionales representa un desafío significativo para el comercio exterior del país. Con costos logísticos en aumento y la posible desaparición de oficinas locales, las empresas bolivianas se enfrentan a una situación compleja y adversa.
Bolivia a un paso de integrarse al Mercosur
Por otra parte, tras la presentación del último instrumento de ratificación por parte del Gobierno boliviano, ahora empieza la cuenta regresiva para que el país andino se convierta en un plazo de 30 días en un miembro de pleno derecho del bloque económico, del que ya forman parte Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay. Esto podría dar un impulso al comercio exterior boliviano.
Según la diplomacia brasileña, la adhesión de Bolivia, cuyo proceso arrancó en 2015, demuestra “el vigor y la relevancia continua del bloque en la promoción de la integración regional y en el fortalecimiento de las relaciones entre los países sudamericanos”.