De la cosecha al menú: los retos de la logística en la comida rápida

En el dinámico mundo de la comida rápida, la logística es esencial para asegurar que los productos lleguen a los clientes de manera eficiente y oportuna

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Ernesto Avendaño es Director Corporativo de Cadena de Suministro en una de las mayores marcas de comida rápida en América Latina
Ernesto Avendaño es Director Corporativo de Cadena de Suministro en una de las mayores marcas de comida rápida en América Latina

En esta línea, uno de los mayores desafíos en la cadena de suministro de comida rápida proviene de las distorsiones, ya sean internas, como por ejemplo las promociones, o externas, como pueden ser los incidentes climáticos inesperados.

Con respecto a la logística interna, en este rubro se maneja un gran volumen de papas y trabajamos diariamente para mejorar la eficiencia en su gestión. Estos productos son estacionales pero se consumen durante todo el año. La papa se cosecha en diciembre en el norte y en enero, febrero, marzo y abril en otras regiones, y es un producto que requiere un almacenamiento controlado cuando se tiene que mantener por largos periodos. En este sentido, constantemente nos esforzamos para equilibrar una demanda que tiene un ciclo de producción específico.

Aquí, el objetivo principal es mantener la cadena lo más estable posible. La clave está en la consistencia y en desarrollar una dinámica que responda de manera efectiva a las necesidades comerciales, sin sacrificar la calidad ni la eficiencia.

A nivel internacional, las realidades globales y locales afectan la logística. Eventos como la pandemia y las disrupciones en el Canal de Suez han tenido un impacto significativo en las cadenas de suministro globales. A nivel local, cada país en América Latina enfrenta sus propios desafíos, como la inflación en Argentina o los diferentes esquemas impositivos en Brasil. Adaptarse a estos desafíos requiere una combinación de eficiencia operativa y flexibilidad estratégica.

Sumar eficiencia desde la gestión logística

Lógicamente, cada país en América Latina presenta sus propias particularidades en términos de logística y comercio. Por ejemplo, en Brasil o Argentina, el 90% de los productos son locales, mientras que en otros países existe una mayor dependencia de las importaciones.

Al respecto, una estrategia podría ser desarrollar proveedores locales, siempre que sea posible, priorizando su producción para garantizar frescura y reducir los tiempos de entrega. Esto no solo apoya las economías locales, sino que también mejora la eficiencia operativa al reducir la dependencia de largos tiempos de transporte.

Desde mi perspectiva, la eficiencia en las operaciones logísticas es fundamental. La logística no debe ser rápida, sino tener ritmo y estar bien estructurada. La eficiencia no solo se mide en términos de velocidad, sino en cómo gestionar los procesos de manera integral. Por ejemplo, en la distribución de productos en ciudades congestionadas como Buenos Aires, San Pablo o el Distrito Federal en México, es esencial planificar las entregas en horarios específicos para minimizar el impacto en el tráfico y mejorar la eficiencia.

"Uno de los mayores desafíos en la cadena de suministro de comida rápida proviene de las distorsiones internas, como por ejemplo las promociones", comenta Ernesto (Imagen Ilustrativa Infobae)
"Uno de los mayores desafíos en la cadena de suministro de comida rápida proviene de las distorsiones internas, como por ejemplo las promociones", comenta Ernesto (Imagen Ilustrativa Infobae)

Mirando hacia el futuro, hay una evolución en la cadena de suministro, donde el poder se está desplazando de los fabricantes y minoristas tradicionales hacia los distribuidores de última milla. En este contexto, ser eficiente se vuelve aún más crucial. La eficiencia no solo permite competir en un mercado saturado, sino que también es esencial para adaptarse a cambios rápidos y demandas fluctuantes.

Por otro lado, en la última milla es una falacia creer que la entrega es gratis. En esta competencia por ganar consumidores, se confunde al cliente haciéndole pensar que el servicio de entrega no tiene costo. Los logísticos enfrentamos esta falacia creada por el marketing, de hacer creer que lo que en realidad tiene un costo muy significativo es gratuito.

Bienestar y eficiencia

Un aspecto que destaco es la importancia de establecer vínculos positivos con los empleados y socios logísticos. Por ejemplo, es clave implementar mejoras en las instalaciones para los camioneros, asegurando que tengan acceso a baños limpios y áreas de descanso adecuadas. En este sentido, mi objetivo es que los camioneros nos elijan para trabajar.

Es vital estudiar cada paso de la cadena para reducir los tiempos de tránsito, logrando pasar de ocho a siete días, y luego a seis, ya que cada minuto ahorrado significa un día más que los camioneros pueden pasar con sus hijos, no en la carretera.

Este enfoque humanizado no solo mejora la moral de los trabajadores, sino que también incrementa la eficiencia operativa, ya que los empleados están más motivados y dispuestos a colaborar.

En resumen, la logística en la industria de la comida rápida es un campo complejo que requiere una combinación de eficiencia y adaptación. A pesar de los desafíos, es posible mantener una cadena de suministro eficiente y eficaz mediante la planificación estratégica, el desarrollo de proveedores locales y un enfoque constante en la mejora continua. De esa forma, no solo se asegura la calidad de los productos, sino que también se fortalece la posición en el competitivo mercado de la comida rápida en América Latina.

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