Con una trayectoria de 30 años en el ámbito del supply chain en sectores de consumo masivo, electrónica y retail, comparte con Movant Connection su mirada sobre la importancia de lograr una integración efectiva entre los diversos eslabones de las cadenas para optimizar recursos y ser más efectivos en la resolución de problemas.
¿Cómo definirías la relación entre la logística y la supply chain?
El concepto de supply chain, o cadena de abastecimiento, abarca la logística, que es solo una parte de la misma. De esta forma, la logística es un subsistema de la supply chain, la cual se entiende como un proceso integral desde el proveedor inicial hasta el cliente o consumidor final. La gestión de la cadena de abastecimiento incluye varias etapas, como por ejemplo: proveedores, transporte del proveedor al fabricante o distribuidor, operaciones de manufactura, distribución y la llegada hasta la última milla.
En la gestión de organizaciones maduras, actualmente se utilizan conceptos sofisticados como la colaboración con proveedores, la cual implica, entre otras cosas, compartir información sobre niveles de inventario, permitiendo que los proveedores reabastezcan automáticamente ciertos productos para mantener el nivel de servicio deseado. Es un concepto beneficioso para ambas partes, alineado con el conocido “win-win”.
¿Por qué plantear una gestión integradora de las operaciones en la cadena de suministro?
En primer lugar, destacar que hasta no hace muchos años áreas como logística u operaciones no tenían el protagonismo y la relevancia estratégica que hoy se les reconoce en las organizaciones.
En este sentido, la integración de las operaciones típicas de abastecimiento, logística interna, manufactura, distribución, postventa (si aplica), servicio al cliente y logística inversa, genera una perspectiva sistémica y holística de toda la operación. Este enfoque integrado permite centrarse en aspectos claves como son los costos y el servicio, en lugar de fragmentar responsabilidades entre diferentes áreas de la compañía como manufactura, compras o logística.
Esta visión unificada bajo el concepto de supply chain ayuda a resolver los conflictos interdepartamentales, ya que la operación se coordina de forma integral bajo la dirección de una persona que contempla todos estos aspectos, permitiendo una gestión más eficiente y efectiva de los recursos y procesos de la empresa.
¿Cómo es aplicar este concepto integrador en la particular dinámica argentina?
No es lo mismo abordar este tema en regiones donde ya está todo más resuelto que en Argentina, donde el contexto general a menudo te hace avanzar un paso para luego retroceder dos.
A menudo, el cortoplacismo hace que perdamos de vista el desarrollo a largo plazo y la relación de mutua conveniencia con los proveedores. En nuestro país, debemos adaptarnos constantemente a cambios circunstanciales, lo que nos desvía del enfoque a mediano y largo plazo que otros países tienen más consolidado.
Por eso, muchas veces las circunstancias locales obligan a priorizar el costo sobre el servicio, afectando la toma de decisiones en la cadena de suministro.
Por otro lado, también hay culturas empresariales más proclives a la integración y otras que no lo son.
¿El concepto de integración de la cadena de suministro contempla la relación entre compañías de tamaños y características diversas?
El manejo de proveedores en la cadena de suministro implica equilibrar relaciones con empresas de distintos tamaños. Los proveedores internacionales suelen ser más grandes que la empresa compradora que puede ser una pyme, por definición, más pequeña. El desafío está en cómo aprovechar la eficiencia de los proveedores grandes y la flexibilidad de los más pequeños.
El profesional de supply chain debe gestionar la distribución, transporte y almacenamiento, coordinando a todos los actores de una cadena logística extensa y diversa. Debe ser flexible pero, a la vez, firme cuando la situación lo requiera. Considerando que a menudo estas cadenas inician en lugares con diferentes culturas, limitaciones y ventajas, es preciso trabajar de manera integrada para que finalmente la pyme pueda realizar la entrega al consumidor final.
En este sentido, el profesional de supply chain necesita una visión sistémica, resiliencia y perseverancia a largo plazo para alcanzar resultados.
¿Qué beneficios has podido comprobar gracias a la integración de las diversas áreas de la cadena de abastecimiento?
En los últimos 20 años observé una evolución significativa en cómo se gestionan las áreas de logística, compras, comercio exterior, planeamiento y manufactura, que anteriormente operaban de manera segmentada. He visto cómo las cadenas de abastecimiento maduraron y evolucionaron en diversas compañías, y puedo afirmar con certeza los beneficios de integrar estas funciones.
Las empresas con cadenas de abastecimiento integradas suelen resolver mejor los problemas que surgen entre las diferentes áreas. Por ejemplo, si comprás barato el transporte, pero el servicio es deficiente, solo el departamento de compras estará satisfecho, mientras que el de distribución enfrentará problemas. Una visión más global y la integración tecnológica permiten crear un ecosistema de supply chain más eficiente y efectivo.
¿Qué pilares consideras fundamentales en la gestión actual de la logística y el supply chain?
La logística, las operaciones y el supply chain se centran en tres pilares fundamentales: profesionales, procesos y tecnología. Los profesionales son esenciales porque el trabajo en equipo y el enfoque sistémico son cruciales. Los procesos deben ser claros y bien definidos, con el área de supply chain liderando este aspecto.
Desde luego, la tecnología juega un papel vital. La combinación de personas, procesos y tecnología es lo que permite alcanzar casos de éxito, desarrollar equipos de trabajo eficientes, crear sistemas o redes de abastecimiento sólidos y establecer metodologías efectivas.
La visión del profesional de supply chain debe abarcar tanto las capacidades individuales como la cultura empresarial. Es esencial que exista una cultura de trabajo en equipo en la que cada miembro comprenda el impacto de su labor en el resultado final.
Por ejemplo, si un embarque de material se retrasa y no llega a tiempo, esto puede generar problemas en una fábrica, impedir una entrega o provocar un exceso de inventario, afectando así el capital de trabajo de la compañía. Por lo tanto, es fundamental adoptar una perspectiva sistémica en la gestión de la cadena de suministro.
En la práctica, es fundamental transmitir esta visión sistémica a modo de formación continua. De lo contrario, el responsable de compras se enfocará solo en comprar y el de distribución solo en distribuir, sin comunicación entre ellos.
Finalmente y tras más de 30 años de experiencia, puedo confirmar que la clave son las personas. Contar con el personal adecuado y motivado para lograr los resultados esperados constituye la base sobre la cual podemos construir.