Innovación y sustentabilidad en la logística del agro argentino

La logística en el sector agrícola argentino enfrenta múltiples desafíos, pero también presenta vastas oportunidades para la innovación y la mejora

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Germán Parodi es ingeniero en producción agropecuaria y tiene un posgrado en logística y comercialización de granos (Imagen Movant Connection)
Germán Parodi es ingeniero en producción agropecuaria y tiene un posgrado en logística y comercialización de granos (Imagen Movant Connection)

Con una infraestructura que necesita urgentemente inversiones y una integración tecnológica en proceso que puede revolucionar la eficiencia y la sustentabilidad, la Argentina tiene el potencial de transformarse en un líder global en la logística agrícola.

Desde hace muchos años, la maquinaria agrícola tiende a ser más grande y más eficiente, esto hace que los campos se siembren y se cosechen más rápido. También, otro condimento que aumenta el estrés logístico es la genética de los cultivos, que cada vez produce más. Aquí hay un combo explosivo: siembra concentrada, cosecha rápida y muchas toneladas.

En este sentido, la infraestructura logística en Argentina requiere de una revisión y mejoras significativas. Las rutas actuales están deterioradas, los ferrocarriles, vías fluviales y puertos no están optimizados para la carga, transporte y descarga eficiente de productos agrícolas. Un ejemplo claro de esta situación es la congestión en los puertos durante la temporada de cosecha de granos, donde miles de camiones esperan horas para descargar, creando enormes ineficiencias que impactan directamente en los costos.

Comparativamente, nuestro país vecino Uruguay, trabaja para que los tiempos de espera del camión en los puntos de carga y descarga sean lo más cortos posibles, invirtiendo en infraestructura, información y capacitación para todos los actores intervinientes de la cadena.

Temporada alta de logística

La cosecha de granos es un periodo crítico para la logística agrícola. Mejorar las rutas y accesos a puertos es esencial para manejar el volumen de productos cosechados. La creación de plantas concentradoras de descarga de granos en zonas estratégicas del país, que puedan servir de “buffer” para amortiguar la demanda instantánea de descarga de camiones y, desde estas plantas, cargar trenes para transportar los productos hasta los puertos.

Esto podría aumentar significativamente la eficiencia. Un tren de carga puede transportar hasta 1.500 toneladas, lo que equivale a aproximadamente 50 camiones. Esta eficiencia no solo reduciría costos de la cadena logística, sino también el impacto ambiental y mejoraría la seguridad vial.

En paralelo, para abordar estos desafíos se necesita que todos los actores involucrados en la cadena de suministro generen juntos estrategias y definiciones de cambio. Es crucial impulsar inversiones reales y planes de incentivo que fomenten la mejora de la infraestructura y la adopción de tecnologías avanzadas. Las políticas de Estado, en este sentido, deben ser diseñadas para durar más allá de los ciclos gubernamentales, asegurando continuidad y estabilidad en los proyectos de desarrollo logístico.

Por otro lado, la implementación de tecnologías como el Internet de las Cosas (IoT), Big Data, Blockchain y Digital Twins, entre otras, puede transformar la cadena de suministro agrícola en el país. Estas tecnologías permiten una trazabilidad completa de los productos, garantizando su calidad y seguridad.

"Con el enfoque correcto, Argentina puede posicionarse como un líder en la logística agrícola global", destaca Germán (REUTERS/Matias Baglietto)
"Con el enfoque correcto, Argentina puede posicionarse como un líder en la logística agrícola global", destaca Germán (REUTERS/Matias Baglietto)

Sustentabilidad: una meta alcanzable

La sustentabilidad en la logística agrícola es crucial. Reducir la huella de carbono es un objetivo que muchas empresas ya están persiguiendo mediante diversas estrategias.

En este punto debemos actuar coordinadamente los dadores de carga, las empresas de transportes y los receptores de la mercadería. Tenemos que velar para que ese camión que se carga pueda volver a tener mercadería nuevamente lo más cerca del lugar de descarga. Esto nos permite hacer eficiente el consumo del combustible.

Generalizando el concepto, tenemos que hacer que las unidades de transporte (camión, tren, barcaza, barco, avión) viajen lo más cargadas posibles y con la mayor cantidad de kilómetros que se pueda a lo largo del año, respetando los máximos de carga permitidos por ley. Esta lógica nos permite emitir menor cantidad de gases a la atmósfera por tonelada transportada. Sé que no es una tarea fácil, ya que hay un desbalance entre los volúmenes de carga de granos versus las posibilidades de cargas de retorno, pero debemos desafiar nuestra imaginación para hacer la mayor cantidad de kilómetros cargados.

Sin embargo, un gran desafío persiste: la mayoría de los camiones en Argentina son antiguos y emiten más dióxido de carbono que los modelos más nuevos y eficientes, que cumplen con las normativas Euro.

Argentina tiene el potencial de mejorar significativamente su logística agrícola a través de inversiones en infraestructura, la adopción de tecnologías avanzadas y un enfoque en la sustentabilidad. La colaboración entre el gobierno, las empresas y otros actores clave es esencial para crear un sistema logístico que no solo sea eficiente y rentable, sino también sustentable y preparado para los desafíos futuros.

Con el enfoque correcto, Argentina puede posicionarse como un líder en la logística agrícola global, beneficiando tanto a su economía como al medio ambiente.

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