Paso internacional: tras 20 días de cierre, ¿se podían minimizar las pérdidas y complicaciones logísticas?

El Paso Internacional Sistema Cristo Redentor, arteria logística vital para el tránsito de los vehículos de carga que circulan desde Argentina hacia Chile, muchos de los cuales provienen de otros países limítrofes como Brasil o Paraguay, lleva más de dos semanas cerrado debido a los grandes volúmenes de nieve caída que bloquea las rutas del paso.

Las problemáticas derivadas de esta situación son múltiples y complejas. La interrupción del abastecimiento, según informan productores locales argentinos, ya está produciendo del lado chileno quiebres de stock de diversos productos que el país trasandino importa, a la vez que miles de conductores se encuentran varados a ambos lados a la espera de poder transitar, sumando días de ausencia en sus hogares y sufriendo los rigores de la situación, más allá de que cuentan con el apoyo y la asistencia de las autoridades a ambos lados de la frontera.

Desde luego, nada hay que objetar cuando se trata de brindar seguridad ante las inclemencias climáticas a todos los que por allí transitan. Sin embargo, especialistas del sector del transporte terrestre internacional, señalan que existen varios aspectos que, desde una mejor gestión, podrían mejorar considerablemente esta problemática.

El cuadro de situación tras veinte días de cierre, es de alrededor de casi 3.000 camiones varados en Mendoza, tanto en diversos paradores en las cercanías del cruce como esperando salir de diversas empresas de transporte de la provincia.

Pero, a la vez, existe un número indeterminado, pero sin dudas muy relevante de camiones que se encuentran detenidos en diferentes puntos del país y de las fronteras con Brasil, Uruguay y Paraguay, muy lejos del cruce mendocino de Cristo Redentor, por un tema netamente normativo.

“LOT38″ es el nombre que la Aduana le asigna al punto operativo Mendoza, así como el punto de salida Uspallata “40111″. Ante el cierre del cruce fronterizo Cristo Redentor, actualmente la Aduana bloquea estos puntos operativos lo que impide el paso de camiones con destino a dicho cruce, incluso negándoles el cruce por otros puntos fronterizos.

De esta forma, los camiones no pueden hacer Aduana ni ingresar al país, literalmente, no pueden hacer nada.

Esto genera el gran perjuicio de que estos vehículos no pueden ni siquiera acercarse a la zona. Daniel Gallart, Director del Departamento de Transporte Internacional de la Federación Argentina de Entidades Empresarias del Autotransporte de Cargas (FADEEAC), señala que esta modalidad, “es absolutamente perjudicial para nosotros, porque en lugar de poder estar parados a, por ejemplo, 200km del cruce internacional, los camiones quedan detenidos en frontera, a 1.000 o 1.500km de distancia. Esto hace que cuando se habilita el paso, los camiones deben sumar un día y medio a su tiempo de viaje hasta llegar a la zona del cruce”.

Además, el especialista destaca que, de acuerdo a las condiciones climáticas, el paso podría haber estado al menos dos días abierto aprovechando la ventana de buen tiempo que se registró durante este periodo de cierre, 48 horas en las que podrían haber cruzado entre 800 y 1.000 camiones.

Por último, también destaca que, en los países nórdicos, los trabajos de limpieza con motoniveladora de las rutas comienzan cuando se acumulan solo diez centímetros de nieve, en lugar de esperar los enormes volúmenes que se deben remover actualmente en las rutas tanto argentinas como chilenas.

En conclusión, mediante un mejor trabajo coordinado entre las autoridades de ambos países y optimizando la gestión aduanera, el especialista de FADEEAC considera que se podrían minimizar los fuertes perjuicios de la clásica temporada invernal de anegamientos en el cruce internacional más relevante para el comercio exterior entre Argentina y Chile.