Alfredo destaca la importancia de la representación federal y territorial de CAME, cómo esto permite abordar con precisión la realidad económica del país desde la perspectiva de las pymes, y comenta las estrategias para mejorar la logística y fortalecer la internacionalización.
¿Cómo describirías el perfil de CAME?
En CAME cerca del 100% de los dirigentes somos empresarios pymes, por eso la exactitud a la hora de comentar lo que es la economía real en Argentina y lo que vivimos en distintos aspectos. Somos una entidad muy federal y territorial.
¿Cómo es tu mirada sobre el presente del mapa productivo argentino?
Tenemos la suerte de tener un país grande y productivo en todos los sectores, en distintas medidas. Hay provincias, como Río Negro Río, que son dos provincias en una: una es la que ronda el Atlántico y otra la cordillera, con dos formas de producir totalmente distintas. Lo mismo sucede con otras provincias y regiones. Por ejemplo, el Norte y la Patagonia son parecidas, pero no iguales. Parecidas, porque en ambas regiones tenemos dificultades por la falta de infraestructura y de conectividad. Por su parte, la Patagonia es hermosa para el turismo, pero es un territorio hostil para producir y lo mismo pasa en parte del Norte donde, como sucede en Resistencia, Chaco, no tenemos gas.
En este sentido, nuestra labor fundamental es apoyar a todos los sectores, como es el caso de la economía regional, que es el primer cordón productivo de la Argentina. Hay 432 entidades agrupadas en esta área, mediante las que representamos a casi 30 sectores productivos de la economía regional y somos paritarios, junto con el sindicato de los trabajadores rurales y las cuatro entidades del campo. Lamentablemente, el 70% de la industria pyme nacional está dentro del cordón del AMBA, Gran Buenos Aires y parte de Rosario, mientras que en el resto del país hay muy pocas industrias.
Naturalmente, cuanto más cerca está la empresa del Puerto de Buenos Aires tiene más posibilidades de desarrollo, y cuanto más lejos son menores. El sector más amplio que tenemos es el de Comercio y Servicios, donde también formamos parte de la paritaria más grande del país, junto a la Cámara Argentina de Comercio y el Sindicato de Comercio.
¿Qué percepción tienen de la actualidad logística que presenta el país?
Estamos esperando la próxima licitación de la hidrovía, un recurso que no se usa a nivel logístico para el interior del país, pero que es algo que nos puede permitir comercializar de una mejor manera con Paraguay, Uruguay y principalmente con Brasil. De hecho, tenemos muchas relaciones con el empresariado del sur de Brasil donde están muy interesados en utilizar la hidrovía, ya que les resultaría mucho más barato.
Mientras Argentina no tiene barcazas por dificultades gremiales, Paraguay tiene la segunda o tercera flota fluvial más importante del mundo, debido a que se potenció con empresas argentinas.
Tenemos poca extensión de autopistas y muchas rutas doble mano, lo que es realmente muy peligroso, sin mencionar que no están en buen estado. Eso encarece mucho el producto y la producción. En este sentido, trabajamos muy a la par con FADEEAC porque es importante fortalecer el sistema de transporte polimodal en la Argentina.
¿Cuál es el contexto hoy del sector pyme?
Es difícil, pero venimos hace mucho tiempo así. En marzo empezó a menguar un poco más la caída fuerte que tuvimos en enero y febrero. En abril, la medición respecto al consumo pyme de venta minorista nos marcó un 7,3% de baja. Eso cierra un cuatrimestre de 18,4% en caída con relación al año anterior, lo que en las empresas repercute en un freno de entre el 40% y 50%.
Si bien la caída va aminorando, como está pasando con la inflación, la situación es difícil porque desde junio de 2022 venimos continuamente a la baja. Solamente en diciembre de 2022 se registró saldo positivo en relación a las ventas del año anterior. Mientras que el año 2023 fue catastrófico, inclusive diciembre, que es el mes estrella en consumo, junto al Día de la Madre.
En líneas generales, hubo caída desde diciembre del año 23: enero 28%; febrero con 25%; aminoró en marzo con un 12,7 %; y abril un 7,8%. Siempre negativo, pero estamos trabajando para poder mejorar esa situación a través de acciones de negocio para fortalecer el consumo que es de lo que vivimos las pymes. De hecho, fue de CAME la idea de la “Cuota Simple”, a la que pudimos agregar más rubros, como la construcción, motocicletas y bicicletas, y la línea blanca (electrodomésticos).
¿Cómo está ayudando CAME a internacionalizar a las pymes argentinas?
Desde que asumimos en agosto de 2021, la primera línea de política gremial que llevamos adelante fue la digitalización de los procesos de las pymes, pero más allá de su participación en el comercio electrónico, sino para que también puedan tener una mejor performance en su resultado final.
Además, trabajamos mucho en el triple impacto, porque hoy hay un mundo de consumidores nuevos que lo demandan, así como los países de Europa y también Brasil, que son dos destinos importantes de nuestra producción. De hecho, CAME generó un sello de triple impacto junto a la Cámara de Certificadores de Argentina.
Puntualmente en la internacionalización de las pymes comenzamos con Uruguay, porque es un mercado más chico que permite poner a prueba los procesos, y también potenciamos fuertemente el sur de Brasil, que es por donde entran los productos argentinos. En este sentido, tenemos una relación excelente con los colegas de la Federación de Comercio y de Industria de Brasil, y con la SEBRAE, que es la entidad pública y privada que aglutina a todas las pymes del país, que son más de 11 millones legales, más alrededor de 4 millones informales.
Por otro lado, en 2023 logramos llevar 50 empresas argentinas a una exposición en Brasil donde los supermercadistas buscaban proveedores de 10 provincias argentinas, y en 2024 inauguramos el primer showroom de productos argentinos en el sur de Brasil, con 90 empresas argentinas interactuando con posibles compradores.
Ahora, comienza la otra parte del hito, que es que cada provincia haga una incursión a Curitiba en nuestro showroom, donde van a tener reuniones con posibles compradores y la oportunidad de cerrar negocios. Ese es el aporte que estamos haciendo para internacionalizar a la mayor cantidad de pymes exportadoras de nuestro país, para atraer dólares y que la producción nacional se fortalezca.
¿Cuáles son tus expectativas?
Si uno busca la palabra resiliencia en el diccionario, todos sus conceptos están dentro del empresario argentino. Entre el 98% y 99% de todas las empresas argentinas son pymes. Esa resiliencia hizo que pasemos hiperinflaciones, descalabros macroeconómicos y una pandemia. En el 2008 éramos más de 620.000 empresas, hoy somos menos de 530.000. Eso se siente en el gran número de informalidad comercial y laboral que hay. Durante la pandemia, muchas pymes pasaron a la informalidad y utilizan a nivel de supervivencia las herramientas digitales de la Fintech para transaccionar y cobrar sus ventas y servicios. La diferencia allí es que no pagan impuestos.
En este sentido, nuestra expectativa es que el gobierno tenga en cuenta a las pequeñas y medianas empresas. Los empresarios pyme tenemos las mismas obligaciones, pero no las mismas oportunidades que las grandes empresas. Desde ese lugar, se debe tener siempre una política diferenciada para las pequeñas y medianas empresas, justamente para potenciarlas. Las pymes somos las que re invertimos el 100% de nuestras utilidades aquí en la Argentina.