La justicia laboral ordenó al secretario General de la Uatre, José Voytenco, reincorporar al consejo directivo del sindicato a los dirigentes que había expulsado.
Con la medida cautelar en su favor retornaron sus lugares de conducción Juan Carlos Castro, histórico tesorero de la organización desde los tiempos del “Momo” Venegas y Jorge Eduardo “Pocho” Davalos, dirigente de Florencio Varela y actual secretario adjunto del gremio.
Además se ordenó que sesione el Secretariado Nacional, el órgano de conducción natural del sindicato que Voytenco intentó presionar cuando se vio en minoría. Se enfrentó a los representantes de las provincias agropecuarias más importantes del país, que ahora tendrán la mayoría en el secretariado del gremio.
Semanas atrás recuperó la conducción de la obra social el diputado massista Pablo Ansaloni, pese a las denuncias penales que el chaqueño presentó contra él y su operador Fernando Antunez. Voitenco tuvo que ceder luego de un pedido directo de Luis Barrionuevo, su padrino sindical.
Este padrinazgo de Barrionuevo sobre Ansaloni y Voytenco tuvo su impacto en la interna de la CGT. Se trata de una alianza que inquieta a los gordos de la central obrera de cara al próximo confederal donde elegirán a su nueva conducción.
Los sectores mayoritarios de la CGT mantienen una tensión histórica con Barrionuevo y ahora miran con desconfianza el rol de los numerosos delegados de la Uatre en el próximo congreso.
Una situación inestable que se agravó cuando el dirigente del sindicato e intendente de San Pedro por el Partido Fe, Cecilio Zalazar, rompió con Voytenco en rechazo a su acuerdo con Ansaloni.
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