Esta guía es para aquellos turistas que no tengan muchos días en París y no quieran perderse las verdaderas maravillas que brinda la ciudad de las luces o porque no del amor.
Si vas pocos días ubicarse en la zona cercana a la Torre Eiffel no es mala opción porque llegas caminando a la mayoría de los lugares más atractivos, pero si encontraste una oferta de hotel más alejada no te preocupes que el metro te lleva a todos lados, aunque siempre la mejor opción de conocer una ciudad es a pie y a prepararse en la capital francesa para hacer varios kilómetros al día.
Si hablamos de París comencemos por lo primero, esa imponente estructura de hierro construida por el francés Alexandre Gustave Eiffel para la exposición Universal de 1889 y en reconocimiento al ingeniero que la levantó lleva su nombre. Para contemplarla podés ir a los jardines donde se encuentra y alejarse unos metros para tomarte una foto de ella, también puedes subir y mirar la vista de la ciudad, pero debes prepararte para las escaleras, sino ir hasta Trocadero y una opción es sentarte en el Café que lleva ese nombre a mirarla mientras disfrutas de algunas de las delicias de la patisserie francesa.
Ahora para verla en su mayor esplendor, esperá a que caiga el sol y a cada hora en punto comienza a destellar por cinco minutos, un lugar ideal es la terraza del Hotel Pullman Tour Eiffel donde la tienes en primer plano, allí se puede cenar y otra opción es el restaurante de la Torre Montparnasse, donde puedes ver sus destellos acompañada de las luces de la ciudad. El restaurante arriba de la torre Eiffel también es una buena opción, pero puedes tener meses de espera y las mejores vistas de la ciudad son hacia la torre, sin menospreciar las que se ven desde arriba de la estructura de hierro de 324 metros.
Luego de visitar la Torre prepárate para continuar el recorrida, puedes ir hacia el Arco del Triunfo y luego caminar por la Avenida Champs Elysees, es un emblemático paseo de compras donde encontrarás variadas tiendas. Sigues por esta avenida hasta la Place de la Concorde, donde se encuentra el obelisco de Luxor un icono egipcio laminado en oro que posee jeroglíficos fue colocado en 1836 y fue sitio donde se realizaron numerosas ejecuciones en la época. Ahí mismo verán un pórtico de entrada hacia los Jardines de Tuileries, en época de verano se monta un parque de diversiones, puede verse la tradicional Noria de la ciudad, también suele haber camas elásticas para los más pequeños y mucho espacio verde para disfrutar de los floreados jardines parisinos. Si quieren tomarse un descanso en una de las calles que bordea el parque encontrarán el café Angelina Paris, muy típico de la ciudad, es el mismo que se encuentra dentro del Palacio de Versalles y en los Jardines de Luxemburgo.
Ya que andan por la zona pueden pasar a conocer la calle St. Honoré, donde se encuentran las marcas de lujo y desemboca en la Place de la Vendôme, sitio donde se encuentra el Ritz Hotel, en el que Lady Di junto a su novio Dodi Al fayed cenaron la noche antes de su trágica muerte en el túnel del alma en la ciudad parisina el 31 de agosto de 1997.
Si continúan en zona y apuran el ritmo en ese día de caminata por París pueden llegar a la Gran Ópera Garnier, ubicada a tan solo cinco cuadras, es uno de los edificios más característicos del paisaje parisino y fue Napoleón III quien ordenó su construcción al arquitecto Charles Garnier y fue inaugurado en 1875.
Por detrás de la gran Ópera de París, sobre la calle Haussmann se encuentran las Galerías Lafayette de 1912, una tienda de artículos de lujo, con una imponente cúpula en el centro.
Otro día en la ciudad y el Museo del Louvre es un clásico, más que un clásico se podría decir el más famoso del mundo por la cantidad de visitantes que tiene a diario y por la cantidad y calidad de sus obras, una de las más conocidas la Mona Lisa. El edificio era antiguamente el Palacio del Louvre una fortaleza del siglo XII donde vivían los monarcas de la época. Tras el traslado de la residencia real al Palacio de Versalles comenzó su transformación a museo.
En 1989 se construyó la pirámide de cristal para romper con la monotonía de los bloques grises. Tengan en cuenta que la entrada al museo cierra a las 1600 ya que el recorrido es largo. Ese mismo día pueden ir caminando hasta la Ile de la Cite donde se encuentran dos de las iglesias más emblemáticas de la ciudad: Notre Dame de París y Sainte Chapelle.
En la actualidad Notre Dame solo puede ser vista desde el exterior porque se encuentra en total reconstrucción tras el incendio que sufrió el 15 de abril de 2019, donde la catedral con 850 años de antigüedad ardió por horas hasta que colapsó el techo de su icónica aguja central.
Sainte Chapelle tiene sus puertas abiertas al turismo para visitar sus dos capillas. Esta iglesia fue creada por el Rey San Luis de Francia entre 1242 y 1248 para albergar sus reliquias, tiene paredes abovedadas, influencia de la cultura musulmana de la época. La capilla inferior es mucho más discreta, era el lugar de culto del personal del palacio, en ella puede verse representada la Flor de Lis y la imagen de Castilla en honor a la madre del Rey que pertenecía a la corona de Castellana, mientras que a la capilla superior solo podían acceder el Rey y sus allegados y esta recubiertas de vitro que representan 1.113 imágenes de la biblia, el 70% son originales de la época, todo un símbolo del estilo gótico del siglo XIII en Francia.
Ya que hablamos de residencias reales vamos hasta Versalles. Luis XIV fue el primero en transformar y ampliar el pabellón de caza de su padre, Luis XIII, era el lugar de fin de semana de la realeza, pero en el año 1682 se instalaría la Corte y el gobierno. Desde entonces y hasta la llegada de la Revolución Francesa, diferentes monarcas se fueron sucediendo en el trono y continuaron embelleciendo el palacio que constaba de 8.800 hectáreas, hoy en día tiene 830 de las cuales 77 son destinadas a los jardines que se realizaron en época de Luis XIV quien tuvo un jardinero a cargo por 40 años que generó un verdadero museo de arte al aire libre lleno de estanques, fuentes, esculturas y vegetación de todo tipo.
El palacio ha sido escenario de series y películas, las historias del rey, sus amantes y la Gran María Antonieta corre por los pasillos del palacio y sus imponentes jardines. Hay historias por todos lados. Uno de los sectores más visitados dentro del palacio es la galería de los espejos que separaba los aposentos del rey y la reina, era una terraza abierta a los jardines, tardó seis años en realizarse, se finalizó en 1.685 y se convirtió en un lugar de sociabilización importante, representa el poderío francés de la época.
Allí se realizaban incontables fiestas de la alta sociedad francesa, los parques eran escenario de celebraciones tras las victorias en batalla de Napoleón Bonaparte.
En las afueras del palacio principal el rey Luis XV construyó uno más pequeño llamado Grand Trianon para alejarse de las cuestiones de la corte, para dispersarse e iba con sus amigos y sus favoritas como llamaba a sus amantes, a unos metros de distancia construyó el Petit Trianon para Madame de Pompadour la favorita del rey, pero ella falleció antes de mudarse así que pasó a Madame Du Barry, la última favorita del rey. Luego Luis XVI cuando María Antonieta asume el trono en 1774 se lo regaló a ella y pasó a ser el lugar de descanso de la Reina de Francia.
El palacio de Versalles está a solo media hora en auto desde la Torre Eiffel, también se puede llegar en tren y es recomendable bajarse con anticipación la aplicación del palacio al celular que tiene una guía turística en diferentes idiomas y recordar llevar tus propios auriculares.
Regresamos a la ciudad y uno no puede irse de París sin visitar otra de las reliquias que se encuentra a lo alto de la capital francesa, La basílica de Sacre Coeur, construida en la colina del barrio de Montmartre, se comenzó a construir en 1875 pero no se consagró hasta finalizar la Primera Guerra Mundial, tiene forma de cruz griega adornada con cuatro cúpulas, el domo superior tiene una altura de 80 metros y se inspira en la arquitectura romana y bizantina. Para llegar a ella pueden hacer un paseo previo por el barrio que fue cuna de los impresionistas, de la bohemia parisina del siglo XIX, en el camino no dejen de pasar por la puerta del emblemático Moulin Rouge e ir subiendo la colina recorriendo las tiendas de obsequios hasta llegar a la Plaza du Tertre o más conocida como plaza de los pintores de donde salieron reconocidos artistas.
No deben dejar de hacer un paseo al borde del Sena, recorrer sus puentes, uno de los más lindos es Alexandre III y desde allí puede ver Inválidos, un edificio que lleva ese nombre dado que el rey Luis XIV de Francia, ordenó su construcción en 1670, con la intención de que las instalaciones ofrecieran cobijo para los veteranos inválidos de guerra que quedaban sin hogar.
Para finalizar un breve recorrido por el coqueto barrio de Saint Germain, pasear por sus calles, ingresar a su iglesia, comerse unos macarrones en Laduree, la casa de Té que nvento esa delicia francesa y sentarse a tomar un café en Deux Magot o Café de Flores, tradicional café parisino fundado en 1887 que se hizo reconocido por las personalidades que lo frecuentaban como Guillame Apollinaire, André Breton y sus amigos.
Ya que están en el barrio recorrer los Jardines de Luxemburgo, la construcción de ese palacio y sus jardines tuvo lugar entre los años 1615 y 1617 cuando María de Médicis, cansada de la vida en el Louvre, decidió ordenar la construcción de un palacio a la italiana hecho a su medida. Con el estallido de la Revolución Francesa el Palacio acabó convertido en una prisión, mientras que durante la Segunda Guerra Mundial fue utilizado como cuartel por los alemanes, que construyeron un búnker en el jardín.
Hablar de París sería un libro interminable, pero en esta nota pueden encontrar sus principales monumentos, palacios, iglesias, jardines y una pizca de la historia francesa.